El Balcón de la Tierra de Biescas

Al pensar en Biescas y su entorno siempre nos vienen a la mente ciertos lugares:  Santa Elena, la cascada de Os Lucars, las iglesias del Serrablo

Son lugares que a nuestros visitantes no les cuesta trabajo identificar como imprescindibles cuando disfrutan de unos días de vacaciones en nuestro territorio.

Pero, junto a estos, existen rincones que nunca dejan indiferentes a las personas que se aventuran a llegar a ellos. Lugares llenos de belleza y calma, donde el tiempo parece detenerse y la vida transcurre al pausado ritmo que imponen las estaciones.

El Sobremonte, verdadero balcón sobre Biescas

Uno de estos rincones es el Sobremonte, verdadero balcón sobre Biescas y el valle por donde transcurre el río Gállego .Tres son las localidades que lo conforman; Aso de Sobremonte, Yosa de Sobremonte y Betés. Pequeños pueblos, con construcciones de piedra de dos o tres plantas y  tejados de losa, donde la ganadería extensiva lucha por mantenerse viva, junto a un pujante turismo que busca en ellos la paz y el silencio que no pueden disfrutar en sus lugares de origen.

El Sobrepuerto, el balcón de la Tierra de Biescas.
El Sobremonte es el balcón de la Tierra de Biescas.

Enclavados en una pequeña meseta, con una altitud cercana a los 1.300 metros, surcada por el Barranco de Arás, con la Sierra de Limes como fondo. Rodeados de frondosos bosques y prados de siega, componen una pintoresca y original escena que sorprende por su fuerza y autenticidad y que nos invitan a ver amanecer mirando al Sobrepuerto, o a caminar sin prisa por sus rincones a través  de los senderos que los recorren. Asomarse al mirador y contemplar el milagro geológico de Las Señoritas de Arás y a deleitarse con el altivo vuelo del quebrantahuesos, siempre sorprendente. Éstas son solo algunas de las sencillas y deliciosas  experiencias que nos depara este rincón privilegiado.

Os Invitamos a recorrer este territorio sin prisas, disfrutando de las pequeñas grandes cosas que asoman en cada recodo del camino…

Os Invitamos a recorrer este territorio sin prisas, disfrutando de las pequeñas grandes cosas que asoman en cada recodo del camino, parando a ver el ganado que pasta en la libertad de sus prados o la paleta de colores que el otoño despliega ante nuestros ojos.

Con este artículo queremos invitarte a visitar el Sobremonte y sus pueblos, y animarte a salir del camino, a buscar esos rincones que a veces nos pasan inadvertidos y, como escribió Robert Frost,  “elegir el sendero menos trillado”.

Por Rafael Martín. Técnico responsable de la Oficina de Turismo de Biescas

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