Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva

Como cada Domingo de Pentecostés, devoción y fiesta se volvían a dar la mano en las faldas de la Peña Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva. Un día de celebración en torno a la eucaristía y a la bendición de términos, donde la imagen de la Virgen ha compartido protagonismo con las cruces de Ara, Navasa, Ulle, Barós y Jaca. Y una jornada de convivencia donde, cada año, también hay tiempo para la comida del alforja y el folclore.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.
Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Romería de la Virgen de la Cueva en el Parador de Oroel

En el Parador de Oroel se reunían las cruces de Ara, Navasa, Ulle, Barós y Jaca en torno a la misa de campaña, que esta ocasión era oficiada por el rector de Escuelas Pías, el padre Antonio Bastero, acompañado por el padre Jesús Alberto Díez.

Previamente, medio centenar de personas ha subido, como sucede en los últimos años, hasta la cueva original. Se hace así desde que los desprendimientos impiden que la romería se celebre en la gruta, prácticamente destruida, pero junto a la que se conserva la Casa de los Cofrades.

LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CUEVA. La imagen de la Virgen de la Cueva conserva trazas románicas, objeto de numerosas restauraciones que hacen muy difícil datar su verdadero origen. De la época románica, quizá del siglo XII, quedan el asiento, parte del cuerpo, los pies y restos de policromía. En el siglo XVI se la prepara para la época, para vestirla con mantos. Y durante la Guerra Civil, fue mutilada y destrozada. Posteriormente se restauró en Pamplona, donde se le intentó devolver la apariencia románica que hoy mantiene. Está custodiada por los Escolapios de Jaca.

Ángel Galindo, presidente de la Hermandad de la Virgen de la Cueva: «Es un día que se vive con mucha emoción»

«Es un día que se vive con mucha emoción», explica el presidente de la Hermandad de la Virgen de la Cueva, Ángel Galindo, que madrugaba para abrir la casa de los cofrades y recibir a los romeros que han llegado hasta la gruta, fieles a la cita. «Ha sido un año bonito, pues han subido unos 50; hasta una niña de dos años», añade.

En los últimos tiempos, tras el derrumbe de la cueva -que obligó a trasladar la romería al parador- y la llegada de la pandemia, eran sólo unos pocos devotos los que seguían manteniendo la tradición de subir hasta allí, como se había hecho siempre. No a todos los pueblos les gustó la idea, pero a la Hermandad no le quedó más remedio que renunciar a celebrar la romería junto a la cueva por el peligro que supone la posibilidad de nuevos desprendimientos en esta zona de la montaña, con una geomorfología muy inestable.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

Devoción y fiesta en las faldas de Oroel con la tradicional Romería de la Virgen de la Cueva.

HONORES y ofrendas

En la actualidad, la Hermandad de la Virgen de la Cueva cuenta con 450 miembros. «Somos familias enteras; los padres vamos apuntando a los hijos, a los nietos, a los amigos…», señala Galindo. Este carácter familiar es lo que hace de esta celebración una fiesta muy entrañable, donde conviven varias generaciones. El hermano más pequeño, de hecho, acaba de nacer, por lo que el relevo generacional está asegurado y garantiza que la tradición se seguirá manteniendo durante mucho tiempo.

Además de la misa, en la explanada del Parador de Oroel ha habido ofrenda de flores y se ha cantado el Himno de la Virgen de la Cueva -este año, con música y altavoz-. Después, ha tenido lugar la veneración y la procesión antes de la tradicional bendición de términos en el Canterón Peña Muro.

LA HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LA CUEVA

Durante varias generaciones, muchas han sido las familias jacetanas que, a lo largo de los siglos, han honrado a la Virgen de la Cueva. Especialmente, las procedentes de las ventas y pardinas del Sudoroel, de Navasa, Artaso y Bernués. Y de Ara, Abena, Binué, Barós, Jaca y Ulle, a principios del siglo XX, cuando la romería vivió uno de sus mejores momentos. Hay que explicar que, desde 1989, y tomando el testigo de la Real Hermandad de Santa Orosia, los hermanos de la Virgen de la Cueva son los encargados de mantener viva la tradición. Aunque, hoy en día, la romería se celebra en el Parador de Oroel, muy lejos de su lugar original. Más información en ESTE ENLACE

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

Galería completa de imágenes, en la página de Facebook de JACETANIA EXPRESS

ÚLTIMAS NOTICIAS: