De Jaca al Líbano: cuestión de paz

En las próximas semanas, aproximadamente 200 militares del Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña que participan en la XXXV Operación Libre Hidalgo comenzarán a desplegar en el Líbano. Lo harán como parte del Grupo Táctico Ligero Protegido (GTLP) Oroel, constituido en base al Batallón Pirineos, y en el marco de la Brigada Aragón. Y en el contexto de una misión internacional en la que, más allá de cifras y estadísticas, están las personas. Hombres y mujeres con una incontestable vocación de servicio y una exigente preparación que, durante casi seis meses, dejarán atrás su país y a sus familias para cumplir la misión que les ha encomendado Naciones Unidas. Cada uno de ellos, con su historia. Cada uno de ellos, con su responsabilidad. Y todos, con el orgullo de servir a España. Y con el reto de mantener la paz en el mundo. Estos son cuatro de ellos, cuya misión, de Jaca al Líbano es, ni más ni menos, que cuestión de paz.

De Jaca al Líbano: cuestión de paz. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De Jaca al Líbano: cuestión de paz. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Soldado Rebeca Martín, conductora de un vehículo pesado Lince: «Tenía claro que quería ir al Líbano»

La soldado Rebeca Martín es conductora del Lince -y la responsable de su mantenimiento- de una de las dos compañías en las que se estructura el GTLP Oroel. El Iveco LMV es un vehículo militar pesado blindado, habitual en este tipo de misiones exteriores del Ejército español -como en Irak, Afganistán, Mali o el Líbano-, que va armado con una ametralladora. Con solo 23 años, la soldado Martín es ya una militar experimentada, que ha superado exigentes procesos de formación desde que se incorporó al Regimiento Galicia hace tres años.

En su caso, esta zamorana siempre tuvo claro su vocación por el Ejército. Por ello, tras terminar su formación como veterinaria, no tardó en incorporarse a las Fuerzas Armadas. Será su primera misión exterior. Y, como sus compañeros, la afronta con una gran responsabilidad, y consciente de que el reto no es sencillo. A pesar de todo, “tenía claro, al cien por cien, que quería ir”, asegura.

De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Soldado Rebeca Martín. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Soldado Rebeca Martín. (FOTO: Rebeca Ruiz)

La importancia de los medios materiales en la zona de operaciones

Conocedora de la situación sanitaria -que no es fácil en el Líbano, en este momento-, a Martín no le asusta lo que pueda encontrar allí. De hecho, para incorporarse a la misión, ha tenido que superar un proceso de selección, con un curso específico muy exigente tanto teórico como práctico, para poder desempeñar este puesto táctico de primera línea, conductora de un blindado pesado en zona de operaciones. Comunicaciones, electrónica, funcionamiento de sistemas inhibidores… son algunos de los campos que han completado su formación.

Además de su labor propiamente dicha -patrullas, traslados, escoltas,…-, la soldado Martín será la máxima responsable del mantenimiento preventivo e integral, a todos los niveles, del vehículo. Para ello contará, lógicamente, con ayuda de sus compañeros. “El vehículo es muy importante, porque sin él no se puede salir de patrulla; y de él depende el éxito o el fracaso de una misión”, recuerda.

Sobra decir que la selección del personal al que se le encomienda este tipo de tareas es muy rigurosa y estricta. Y, en este caso, la soldado Martín ha sido la designada tras superar con creces las pruebas psicológicas y físicas que forman parte del proceso.

Sargento Salvador Geli, jefe de pelotón: «Lo que más echaré de menos es la montaña, algo muy importante en mi vida»

Procedente de la Compañía de Esquiadores y Escaladores del Galicia 64, el sargento Salvador Geli formará parte de la compañía del GLTP Oroel constituida en base a ella.

El sargento Geli procede de Girona y tiene 23 años. En 2018, terminó el Curso de Montaña, incorporándose al Regimiento en 2019. Llegará al Líbano como jefe de pelotón, y tendrá a su cargo dos vehículos. “Mi principal función allí será gestionar a mi personal para el cumplimiento de distintas misiones”, consistentes, entre otras, en patrullas para controlar la Blue Line y labores de seguridad en la base Miguel de Cervantes. “Me hace ilusión ir al Líbano -es su primera misión exterior-, porque como militar, el fin último de nuestra preparación es ir a una misión en el extranjero, sobre todo”, apunta.

De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Salvador Geli. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Salvador Geli. (FOTO: Rebeca Ruiz)

“Seguramente, lo que más eche de menos sea la montaña -explica el militar-. Una de las frases por las que rijo mis principios es la de un alpinista que murió en el Annapurna en 1997, Anatoli Bukreev: Las montañas no son estadios donde satisfacer mi ambición deportiva, son catedrales donde practico mi religión”. Y así lo siente y es esa su máxima en el día a día.

Su padre es montañero y le supo transmitir su afición. Un hecho que, junto a su vocación militar, le llevó a las Tropas de Montaña. “La montaña es algo muy importante en mi vida”, señala el sargento Salvador Geli.

Sargento Jorge Juan Elorza, jefe de pelotón: «El mayor temor que puede tener un jefe de pelotón es la rutina. Siempre es necesario un orden»

El sargento Jorge Juan Elorza Martija está destinado en el Regimiento Galicia 64 de Jaca desde hace 5 años -tras pasar por la Academia de Infantería de Toledo y por Pamplona- y acudirá al Líbano como jefe de pelotón. Tiene 35 años y será su segunda misión. Ya estuvo desplegado en Afganistán; entonces, como tropa, y ahora, como suboficial. Desde su experiencia, aborda con expectativas diferentes ambas misiones.

“La perspectiva la marcan los objetivos de la misión. En este caso, vamos como fuerza de interposición; es una misión totalmente distinta a Afganistán. Tener personal a cargo implica otras responsabilidades, pero siempre vienen marcadas por las necesidades de la misión, como fuerzas de Unifil”, explica. El sargento considera que “el mayor temor que puede tener un jefe de pelotón -como es su caso- es la rutina. Es un arma de doble filo, donde la psicología puede jugar una mala pasada. Una rutina buena, donde se compaginan momentos de sacrificio, de ocio y destinados a la misión, puede tener muy buenos frutos; pero si no hay equilibrio, puede ser un desastre. Es tan malo el exceso de disciplina como el de relajación. Siempre es necesario mantener un orden”, explica.

De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Jorge Juan Elorza. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Jorge Juan Elorza. (FOTO: Rebeca Ruiz)

La comunicación con las familias

Sabe que echará de menos a su mujer, Bianca, y a sus tres hijos, Julia, Miguel y Berta, de 7, 5 y 2 años. Son alumnos del colegio San Juan de la Peña y de la guardería municipal, y el sargento no quiere dejar pasar la oportunidad de agradecer a la comunidad educativa de estos centros y a Jaca, en general, la buena acogida que ha recibido su familia desde que llegaron a la ciudad.

Además, Elorza no quiere pasar por alto la figura de la pareja del militar, aquellos que se quedan cuando ellos deben salir a una misión la exterior. “A veces no tienen información real de lo que sucede –en la zona de operaciones-, hasta que no pueden hablar directamente con nosotros”, en relación a que, cuando no llega de primera mano, la información se puede distorsionar. Un hándicap que se suple, en los últimos años, con las nuevas tecnologías, que permiten que, periódicamente, los militares desplegados mantengan videoconferencias con sus allegados.

Por eso entiende, y quiere poner en valor, que la dureza de las misiones para un militar siempre es compartida con sus familias. “Ellos tienen asumido que mis labores y mis responsabilidades responden al cumplimiento de unos objetivos que mi empleo demanda”, señala.

El equipo de apoyo a las Familias

En este sentido, cabe destacar la labor que realiza el Equipo de Apoyo a las Familias una vez que los militares ya están desplegados en el exterior. Un equipo y una labor fundamental -y, a veces, desconocida-, ya que los profesionales que lo integran serán los vínculos que, con sus familias, dejan los militares en España.

El equipo está formado por personal especializado, en el seno del propio Regimiento, dirigido a velar por las personas que los militares que se van fuera dejan aquí, en beneficio, principalmente, de su moral, o para solucionar cualquier tipo de cuestión o problema que pueda surgir durante la ausencia del militar desplazado. Una labor fundamental para el éxito de la misión y que, la mayoría de las ocasiones, pasa desapercibida.

Sargento Mario Sancho Mendoza, responsable de la cooperación cívico-militar: «jaca siempre se vuelca con nosotros»

El sargento Mario Sancho Mendoza es especialista en Automoción, si bien en esta ocasión su cometido pasa por responsabilizarse de todo lo relacionado con la cooperación cívico-militar. “Sin perder el norte de lo que es la propia misión, que es el mantenimiento de la paz entre dos países que tienen hostilidades, a través de la vigilancia de la Blue Line, al final no dejamos de ser un contingente en un país extranjero. Y tenemos que tener su aceptación para poder estar ahí, para que se acepte nuestra presencia y ello facilite nuestro trabajo”.

Ahí es donde se enmarca su tarea, que va desde las relaciones con autoridades locales hasta la colaboración, en distintos ámbitos, con la población civil, tanto en el Líbano como en España. Precisamente, una faceta de su labor ha sido gestionar las donaciones y el apoyo que se ha realizado, por parte de la sociedad civil, en los últimos meses. Unas donaciones que el propio General Jefe de la Brigada Aragón I, Javier Mur Lalaguna, agradeció personalmente al Ayuntamiento de Jaca -que ha colaborado en la coordinación del proyecto-, durante un acto organizado a tal efecto.

De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Mario Sancho Mendoza. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De Jaca al Líbano: cuestión de paz. Sargento Mario Sancho Mendoza. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Intercambios culturales entre los colegios de Jaca y los escolares del Líbano

Sancho Mendoza destaca “el apoyo que recibimos de la ciudad de Jaca siempre que salimos, porque siempre se vuelca con nosotros”. Por eso, este año, y a pesar de las dificultades por la pandemia y la falta de tiempo, la intermediación del Ayuntamiento jaqués en la coordinación de las donaciones ha permitido que los mayores esfuerzos se han podido encaminar a plantear intercambios culturales desde los colegios, que se hará de forma recíproca con los escolares del Líbano. En medida, obviamente, que la pandemia lo permita.

El sargento, a sus 36 años, afronta en El Líbano su segunda misión en el exterior, después de Mali I, en el primer contingente internacional que pisó suelo maliense en 2013. Ha pasado por la Legión, por la Academia Militar de Zaragoza y por la Academia Logística de Calatayud. Por ello, su labor va respaldada por una amplia trayectoria profesional. En Jaca se quedará su pareja, Natalia, y su hijo, Ismael, alumno de Escuelas Pías. “En principio, es la familia lo que más se echa de menos. Y, a la vez, lo que más miedo te da. En mi anterior misión, mi hijo era muy pequeño. Ahora, con 11 años, lo pregunta todo, lo quiere saber todo,… Y eso te obliga a andar con pies de plomo, porque tienes que darle toda la información posible, pero sin decirle nada que le pueda afectar”.

Por eso, Sancho Mendoza insiste, como sus compañeros, en “la importancia de la gente que dejamos atrás”, consciente de “la impotencia que se puede llegar a sentir de no poder hacer nada si pasa algo”, en España, y a miles de kilómetros, a su familia. “Por eso son tan importantes los grupos de apoyo a las familias, que te aportan un plus de tranquilidad”, señala el sargento.

(FOTO: Rebeca Ruiz)
(FOTO: Rebeca Ruiz)

LA MISIÓN EN EL LÍBANO

La Resolución 17/01 de Naciones Unidas marca una serie de cometidos para la misión en El Líbano: verificar el cese de hostilidades entre las partes y el respeto a la Blue Line como línea de separación acordada entre Israel y Líbano es el primer objetivo de la presencia española en la zona.

El segundo, pasa por apoyar al Ejército Libanés en su despliegue por el sur del Líbano (que, antes de la llegada de la misión UNIFIL era, prácticamente, inexistente). Además, también se apoyará al Gobierno del Líbano y a las LAF (Lebanese Armed Forces) para lograr que el sur del país sea una zona libre de armas ilegales y de personal ilegalmente armado.

El cuarto cometido consiste en dar respaldo a las dos instituciones citadas en las operaciones de retorno de refugiados. Y en proteger a la población civil que esté en inminente peligro físico. Ello se traduce, sobre el terreno, en la realización de patrullas, observatorios y puestos de control (sobre todo, y en la medida de lo posible, junto a las LAF). Garantizar la seguridad del propio personal expatriado y de la base, y la escolta de convoyes completan la labor que tendrán que desarrollar las fuerzas españolas en el Líbano.

A final de mes comienza el traslado de los militares que desplegarán en el Líbano

A final de mes, está previsto que comience el despliegue de la Brigada Aragón -y de los militares de Jaca- en el Líbano. Se realizará en tres rotaciones. El calendario de traslados se alargará más de lo habitual. Los militares deben someterse a estrictos protocolos COVID y a un plan de cuarentena tanto en territorio nacional como en zona de operaciones. En este contexto, alrededor de 200 efectivos del Galicia 64 se incorporarán a la trigésimo quinta Operación Libre Hidalgo en el marco de la Misión UNIFIL. España participa en esta campaña desde septiembre de 2006. 

La última vez que el Regimiento de Jaca participó en una misión internacional fue también en el Líbano, en 2018. Al igual que ahora, se trataba de una operación de mantenimiento de paz. A nadie le pasa desapercibido que, a diferencia de entonces, a la crisis política que se arrastra durante años se suma ahora la crisis social y económica, con un incremento del empobrecimiento de la población como consecuencia de la pandemia. Un desafío que los militares sabrán afrontar gracias a la preparación, el compromiso y la vocación se servicio que les vuelve a llevar, de Jaca hasta el Líbano, por una cuestión de paz.

Por Rebeca Ruiz

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