Somos un país de sol y mucha luz. Un país donde las concesiones a ciertas autonomías y partidos es cosa del día a día en detrimento de los otros restantes. Y así nos va. Un país con un paro en aumento, con una pobreza al límite, con familias en la miseria más absoluta, con las ayudas europeas que llegarán, seguro, a los que menos tienen que llegar. Un país donde la política y una gran mayoría de políticos son ‘amateurs’ de una profesión que cada día genera más dudas, más incredulidad y más rechazo. Y es que España es diferente, somos así y así seguiremos.
«Pagamos la luz a precio de oro y lo aceptamos como súbditos sumisos»
No sabemos reclamar. Aguantamos hasta lo indecible, protestamos poco y, encima, sin efectividad ni perseverancia. Pagamos la luz a precio de oro y lo aceptamos como súbditos sumisos. Nos dicen que rebajan el IVA de la misma y nos quedamos tan tranquilos o panchos como si nos hubieran hecho un gran favor.
Nos dicen que lo de las pensiones está en modo quebradero y en peligro y reaccionamos poco o nada, a pesar de haber currado toda nuestra vida laboral para que algunos privilegiados o listillos politiqueros tengan su pensión y su vejez garantizada.
Nada. Que somos así y así parece seguiremos siendo. No cambiamos.
Nuestros jóvenes en paro o en viaje obligado de emigrantes al extranjero para salir adelante y, mientras, aquí, a trabajar más años pues esto no da para más.
Y que decir de la pandemia. La pandemia se va, la pandemia se viene. Nos dan algo de libertad y sonrisa y lo convertimos en libertinaje y fiesta de manera rápida e irresponsable. Nos solemos creer todo lo que nos dicen u oímos. Somos esclavos y seguidores (ahora followers) de las redes sociales, de sus ‘likes’ y su dependencia.
«Un país de sol y mucha luz, pero también de sombras y mucha oscuridad»
El móvil se ha convertido en el mejor amigo y aliado de jóvenes y menos jóvenes. Estamos perdiendo esas tertulias de tú a tú en persona y esas conversaciones improvisadas. Nos suben los precios y los impuestos y hasta nos convencen de que es necesario -y hasta solidario- para con los demás. Cada día dudo más de aquello de que ‘Hacienda somos todos’… Y más cuando ves a diario lo que ves y oyes lo que oyes.
Lo que decía: un país de sol y mucha luz, pero también de sombras y mucha oscuridad presente y quizás futura.
Acabo. El tiempo dará y quitará razones. El presente a día de hoy está en la burrocracia y en las ayudas europeas que, seguro, nos harán presentar papeles y más papeles, justificantes y hasta el libro de familia para poder conseguirlas.
Menos mal que nuestro guapo presidente y su gobierno mayoritariamente femenista está al tanto de la situación por la que estamos pasando. Si no, qué sería de nosotros.
Por Juan José Mairal Herreros
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