Terrén: «Aunque pienses que no llegas a la pelota, si lo intentas lo logras», una lección de vida

Terrén: «Aunque pienses que no llegas a la pelota, si lo intentas lo logras», una lección de vida. Luis Terrén, junto a su mujer, Conchita Sanclemente, en su casa de Villanúa.

Luis Terrén es el único jacetano, en toda la historia, que ha jugado en la Primera División del fútbol español como profesional. «Aunque pienses que no vas a llegar a la pelota, si lo intentas lo consigues, una lección del fútbol que sirve para la vida», afirma. De arraigada familia jacetana, con el escenario de un polémico Mundial de fútbol de telón de fondo, Terrén repasa sus ricas vivencias en ese apasionante y turbio mundo del fútbol español, la cumbre del deporte de élite, mientras mira hacia la cima blanca de Collarada desde Villanúa, su hogar por elección.

Un hombre al que la vida hizo a sí mismo, a quien el sueño de los goles le alejó de casa, le enseñó la vida, el mundo, le llenó la mochila de madurez y le convenció para regresar entre los suyos, con una enorme experiencia bajo el brazo.

Un hombre al que las cartas diarias que le escribía «esta chica», dice refiriéndose a Conchita, su mujer, y que recibía todos los días cuando salía del entrenamiento, allá donde estuviera, le sirvieron, según recuerda sesenta años después, para superar esa emigración buscada pero no por ello menos dura ni carente de nostalgia, en tantas veladas y jornadas solitarias.

Para Terrén, la clave del buen fútbol es la rapidez, la velocidad en el juego

Un futbolista profesional de alto rendimiento, retirado hace más de cincuenta años, para quien la clave del fútbol moderno, y también en buena parte del no tan moderno, reside en la rapidez, en la velocidad.

Luis Terrén fue jugador de clubes legendarios de Primera División como el Deportivo de La Coruña y el Osasuna de Pamplona. Pero también jugó en el Numancia, en el Orense o en el Huesca y, sobre todo, en el Jacetano.

Luis Terrén empezó a jugar con 13 años en el equipo de su pueblo, midiéndose con jugadores de 20 años o más, hombres ya hechos y derechos. «Aquellos primeros esfuerzos y sacrificios físicos se han cobrado su precio: las caderas se me resienten hace tiempo y ahora me acaban de poner una rodilla nueva», dice, a sus 82 años, con ironía pero sin esconder cierto orgullo por el trabajo bien hecho.

«LO MÁS IMPORTANTE QUE ME LLEVÉ DEL FÚTBOL SON LAS BUENAS COSTUMBRES»

«Hay veces que piensas que no vas a llegar a la pelota y si lo intentas, lo consigues… eso es quizás una de las mejores lecciones que aprendí del fútbol».

Terrén aprovechó las posibilidades que le ofrecía el fútbol profesional para estudiar y aprender idiomas pero lo que más valora, sin duda, son los buenos hábitos y las buenas costumbres, sanas y saludables, que le llegaron por su auténtica entrega al fútbol.

Confiesa, con cierto pudor, que no se ha emborrachado nunca en su vida ni ha fumado nunca un cigarrillo.

«Lo más importante que me llevé del fútbol son las buenas costumbres, los hábitos sanos y saludables, en el sentido físico y en el humano, los sacrificios que suponía vivir lejos, solo, no he conocido más que a mi mujer y no fue por falta de oportunidades…, me dedicaba a entrenar, ir a clase, los viajes y jugar…», afirma recordando aquellos años de juventud fuera de casa, entregado al fútbol de élite.

«HASTA QUE NO ACABA EL PARTIDO NO SE PUEDE DAR POR PERDIDO NI POR GANADO»

«Seguramente, lo que más me ha enseñado el fútbol, como persona, es que hasta que no acaba el partido no se puede dar por perdido ni por ganado», asevera Terrén antes de recordar que salió en la primera plana del Ideal Gallego cuando marcó seis goles en un partido, jugando con el Numancia, cedido por el Dépor.

«ESPAÑA LAS PASARÁ CANUTAS CONTRA JAPÓN…» Y ACERTÓ

Respecto al Mundial de Qatar, Luis Terrén lo tiene muy claro: «Lo más triste del Mundial es que, de nuevo, el capital se impone. Qatar no tiene identidad ni categoría futbolística ni capacidad deportiva para organizar un mundial, el fútbol solo lo han visto en la tele».

«Eso hace que futbolísticamente esté muy por debajo de otros mundiales», explica el exjugador jacetano. «Hay menos figuras, más igualdad entre los equipos, Messi va a menos mientras otros menos conocidos van tomando cuerpo: me sorprendió el buen juego de la selección danesa y los buenos jugadores que tiene», añade, antes de pronosticar y acertar con la Selección Española:

«España las pasará canutas esta tarde contra Japón que es un equipo muy rápido, con mucha velocidad y mucha fuerza». Efectivamente, el maestro acertó contra todo pronóstico: España perdió frente a Japón.

ESPAÑA TIENE BUEN EQUIPO PERO LLEVAN POCO TIEMPO JUGANDO JUNTOS, SEGÚN TERRÉN

«Es muy difícil acertar en el fútbol, concurren demasiadas circunstancias en un partido, España tiene muy buen equipo, muy joven, eso es positivo para la velocidad pero llevan poco tiempo jugando juntos, hay otras selecciones en las que los jugadores llevan ya mucho tiempo jugando juntos y eso se nota, eso hace mucho, no sé hasta dónde llegará nuestra selección, yo no apuesto ni por Argentina…», comenta Terrén González.

Un futbolista de la década de 1960 que jugaba de 8 o de 10, lo que entonces suponía ser el cerebro de la delantera y situarse entre quienes debían meter los goles. Un delantero muy habilidoso como recordaban quienes le vieron jugar.

 «El que marca los goles es el que se lleva la gloria -afirma contundente-, pero sin el trabajo, sin el juego de los demás no los podría marcar, casi como la vida misma…», asegura el expresidente del Jacetano. «Esa experiencia ya me pasó en el Huesca, donde había un jugador que era muy bueno pero que se aprovechaba del juego de los demás, Porta.

Luego lo fichó el Granada y se convirtió en el máximo goleador de la Liga Española, era un hombre gol, al final volvió al Zaragoza donde casi no jugó», asegura el jugador de Primera retirado.

TERRÉN, EL ÚNICO JACETANO QUE HA JUGADO EN PRIMERA: «EL QUE MARCA LOS GOLES SE LLEVA LA GLORIA, COMO EN LA VIDA MISMA…»

La trayectoria futbolística de Luis Terrén es una verdadera antología del crecimiento y la madurez personal y profesional, trufada de anécdotas y episodios tan crudos como la propia  condición humana.

«Me vino a buscar el Barbastro para jugar una liguilla de ascenso, de ahí pasé al Amistad, que entonces era el filial del Zaragoza, y después al Arenas de Zaragoza, cuyo presidente era Alfonso Soláns y puso de entrenador a Zapata, un jugador muy vinculado al fútbol aragonés, adonde llevaron también a jugadores del Real Zaragoza como Bernad, Gil Rubio, Estiragués, Baila y otros.

Yo era mucho más joven, entonces tenía 18 o 19 años, y destaqué por mi velocidad», cuenta el único jugador jaqués de Primera División de toda la historia.

Los goles de Terrén en el Arenas zaragozano llamaron la atención del presidente de la Diputación Provincial de Soria que se lo llevó a jugar al Numancia a cambio, entre otras cuestiones, de librarse de la mili. Lo fichó el Numancia, eterno aspirante a subir a Primera en aquella época, y se fue a vivir a Soria.

Pronto, nuevamente, los goles de Terrén trascendieron allende las fronteras futbolísticas numantinas y le fue a buscar el Coruña.

CON 22 AÑOS, SE CONVIRTIÓ EN JUGADOR DE PRIMERA DIVISIÓN, LA ÉLITE DEL FÚTBOL ESPAÑOL

Con 22 años se convirtió en jugador de Primera División del fútbol español, la élite deportiva nacional que competía en escenarios internacionales. Siendo jugador del Deportivo, el Numancia lo pidió, en un intento más por subir a Primera, y lo cedieron.

«Cuando bajas de una categoría alta a otra inferior, en lugar de sobresalir te contagias del nivel más bajo y pierdes muchos enteros», señala Luis Terrén, relatando su experiencia deportiva.

Luego volvió al Deportivo de La Coruña pero, con modestia, el exjugador reconoce que «no acababa de ser bueno del todo, me faltaba el salto definitivo y me cedieron al Orense, que también luchaba entonces por el ascenso a Primera, luego volví al Dépor pero cuando jugamos contra el Osasuna les metí dos goles y, posteriormente, me quisieron fichar y el Coruña no puso inconveniente», describiendo su trayectoria.

LUIS TERRÉN: «NO SUPE ESPERAR A QUE LLEGARA EL ÉXITO»

Así llegó a jugar en el Osasuna y a vivir varios años en Pamplona. Estamos hablando de los años 1964, 65, 66… Siendo jugador del Osasuna se casó con Conchita Sanclemente: «Allí hicimos muy buenos amigos», evocan los dos. «En Osasuna, tuve un entrenador que pensaba que no era tan bueno y me dejaba de suplente hasta que fuimos a jugar a Coruña y, entonces, por aquello del morbo, sí que me sacaron a jugar…

Entre que lo de quedarme de suplente nunca ha sido lo mío y otras cosas que veía en el fútbol no me gustaban, todo ello me llevó a retirarme. No supe esperar a que llegara el éxito… Luego aprendí que hay que esperar hasta que salen las cosas…», expone Terrén sobre su rápida carrera deportiva en el fútbol de élite.

el osasuna resultó todo un espectáculo en villanúa, cuando se concentraba en el roca nevada

«Curiosidades de la vida, a mí nunca se me han caído los anillos por hacer de obrero, de propietario o de lo que hiciera falta -cuenta Luis-, y un día estaba yo haciendo un servicio de gasolinero y paró a repostar Zabalza, entonces entrenador del Osasuna y que había jugado conmigo, había sido compañero mío en Osasuna y me dice ¿Luis, pero que haces tú aquí?…

A raíz de aquello, el Osasuna vino cuatro años seguidos a hacer la concentración de pretemporada en el Roca Nevada; todo un espectáculo para Villanúa y para el Pirineo aragonés, entonces el Osasuna jugaba la Copa de Europa y era jugador el inglés Michael Robinson, que luego fue comentarista de televisión, en fin… todo un acontecimiento…», relatan Luis y Conchita Sanclemente, su mujer, la última maestra de Cenarbe, que abandonó el magisterio para apoyar la aventura empresarial de su marido en Villanúa.

«ES LAMENTABLE QUE DéS DINERO A UN SINVERGÜENZA QUE SE UNE CON OTRO SINVERGÜENZA PARA COLOCAR A UN JUGADOR EN UN CLUB…»

El futbolista retirado considera que es muy difícil llegar al máximo nivel en el fútbol español y cuenta: «Entre los 15 o 20 buenos que destacan, por ejemplo, en las selecciones regionales solo llega uno o dos… hay otros que los colocan por influencias y luego es lamentable, como ocurre, que dés dinero a un sinvergüenza que se une con otro sinvergüenza para poner a un jugador en un equipo, y eso se hace mucho.

Entre las triquiñuelas del fútbol, firmabas ocho fichas: la amarilla, la juvenil, la profesional, la amateur… si salías bueno te vendían o lo que fuera…Recuerdo que el presidente del Deportivo no tenía más que un almacén de patatas y con el traspaso de jugadores se hizo millonario».

Terrén sigue recordando: «Como anécdota significativa, estando en el Osasuna, ficharon a un goleador del Atlético de Madrid por 10 millones de pesetas según la Prensa, en la época toda una fortuna.

Cuando llegó a la caseta, le dijimos, bueno, pues los goles los meterás tú porque a nosotros no nos pagan ni la décima parte de eso y nos respondió que los 10 millones se los habría quedado otro porque a él lo habían fichado a tanto por partido…

«el fútbol, como la vida, estaba muy sucio…»

Luego, también, no había forma de cobrar lo que firmabas, te hacían firmar por lo que te debían, por ejemplo, 26.000 pesetas y te daban 2.000 y vente mañana, acababas harto y los restos muchas veces ni los cobrabas… El fútbol, como la vida, estaba muy sucio… Por cosas como estas, mi fútbol en Primera fue muy corto, no supe esperar…», manifiesta el exfutbolista, mientras contempla el pico de Collarada nevado desde el ventanal de su acogedora casa en Villanúa.

Tras regresar de Pamplona, el ingeniero Jesús Peña Urmeneta, muy conocido en la vida oscense de la época y, entre otros cargos, vicepresidente del Huesca, llamó a Terrén para jugar en el Huesca. «Si fichas por nosotros, la Bujaquera es tuya, me dijo, y le respondí que con 10.000 metros cuadrados me valía», dice. Así es como Luis Terrén se estableció en Villanúa. En 1967 abrió la gasolinera, algún año después inauguró el Hotel Roca Nevada. Los Terrén convirtieron un terreno baldío, sin agua ni luz, en un cómodo y atractivo lugar de acogida para los turistas que pasaban o llegaban a Villanúa, y en un hogar feliz.

«NOS JUGÁBAMOS LA VIDA PARA BAJAR DEPRISA A JACA Y METER ALGÚN GOL PARA QUE EL JACETANO TUVIERA BUENOS RESULTADOS»

El jugador jacetano jugó dos años en el Huesca, al final de su carrera deportiva. Después, con el negocio en marcha, cuando al Jacetano le iban mal las cosas en los partidos, subían a buscarle, corriendo, para enderezar el resultado: «Me venían a buscar Vidal o Sanara y bajaba yo, como el Cid, ya retirado, a ver si les hacía resucitar…», comenta Terrén.

Quien añade que se sintió contento y satisfecho porque se consiguió el objetivo: «salvamos la papeleta, les resulté útil y, sobre todo, barato…», agrega entre sonrisas.

Luis Terrén fue después presidente del Jacetano durante diez años: «Hice de todo, hasta pintar la valla del campo, por las mañanas, cuando no nos veía nadie… Entonces el Ayuntamiento no se preocupó nunca del estado del campo del Oroel y lo manteníamos nosotros.

Tuve un gran apoyo con Pepe Lorés, hasta llevamos a jugar al Jacetano a París, todo un hito histórico. A mí no me pasó como a los presidentes de aquellos equipos, a mí me costó mucho dinero…», asegura el empresario jaqués.

LUIS TERRÉN TIENE UN POSIBLE SUCESOR FUTBOLÍSTICO EN SU NIETO EDUARDO, QUE YA JUEGA EN EL JACETANO

A pesar de todo, el exjugador hace un balance positivo de su paso por el fútbol. Terrén recuerda con cariño, cuando ve jugar a su nieto Edu, la promesa futbolística familiar (que también con 13 años ya juega en el Jacetano), la ilusión que su padre, el yayo Miguel, sentía cuando le veía jugar a él y esperaba que lo pudiera hacer bien para triunfar y llegar a algún equipo grande.

VALORES Y FAMILIA, DOS CUESTIONES MUY IMPORTANTES EN LA VIDA PARA TERRÉN

«Creo que ha merecido la pena por haber llevado una vida ordenada, fruto del fútbol en buena parte, y por haber encontrado el sentimiento de portarse bien, de hacer bien las cosas, lo que te da la fuerza moral para pedir ayuda y que te pueda ir bien en la vida, esa fuerza moral creo que la descubrí por el esfuerzo y el sacrificio del fútbol», concluye, con sentimiento, Luis Terrén.

Quien echa de menos «el reconocimiento que antes había por las personas, nos tratábamos con más afecto, con más respeto y la educación en casa era fundamental, ahora hay mucha menos relación en las familias», considera el exjugador de fútbol jacetano.

Miguel Terrén, padre de Luis, y su madre Trini regentaron durante muchos años el comercio Mainer. Uno de los establecimientos más conocidos de Jaca en aquella época, ubicado primero en la calle Mayor y después en la calle Echegaray, dedicado al comercio de tejidos que también vendían por toda la comarca con varias tiendas en Siresa, Ansó o Biniés.

Por Carlos del Pueyo

FOTOS: Rebeca Ruiz

La SD Huesca de los años 60. En el círculo, Luis Terrén. (FOTO: UD Villanúa)

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