Paseos por Jaca y luthiers para volver a los orígenes del Festival Folklórico de los Pirineos

Paseos por Jaca y luthiers para volver a los orígenes del Festival Folklórico de los Pirineos. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Paseos por Jaca y luthiers para volver a los orígenes del Festival Folklórico de los Pirineos. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Paseos guiados por los lugares más emblemáticos de Jaca y con un significado especial para el Festival Folklórico de los Pirineos y una mirada a los instrumentos tradicionales, a través de la primera Feria de Luthiers, llevarán al público a los orígenes de esta celebración tradicional y multicultural única. Una edición «especial» y «complicada», como reconoce la organización, pero donde el espíritu de los Festivales «estará más vivo que nunca», cuando el evento cumple 51 ediciones.

Visitas teatralizadas por la memoria del Festival

Un viaje por los lugares que forman y han formado parte del Festival Folklórico de los Pirineos de Jaca, un recorrido emotivo y multicolor por la memoria de un evento que lleva Toda una vida entre los jacetanos, de la mano de Manuel Bueno.

Las visitas teatralizadas Toda una vida… son una de las novedades en el programa de esta 51 edición del Festival Folklórico de los Pirineos.

La visita, tal y como indicaba Olvido Moratinos durante la presentación, concejala delegada del Festival, «se enmarca dentro de las acciones de colaboración que el Ayuntamiento de Jaca está realizando con empresas, autónomos y promotores de actividades de animación de la ciudad, tan afectadas por la situación provocada por la COVID». Y es, «sin duda, una propuesta atractiva tanto para visitantes como para los jaqueses que quieran vivir y revivir la historia del Festival».

51 ediciones, toda una vida

51 ediciones que son también los 51 años de Manu Bueno, que se transformará en «personaje multicolor, y multicultural, ciudadano del mundo» para acompañar al público en este viaje al pasado para contar cómo el Festival ha formado parte de la sociedad jaquesa, de la memoria de los que han integrado cualquiera de sus ediciones: voluntarios, público, participantes… Tal y como lo define su autor: «Un paseo evocador con guiños, recuerdos, multi e interculturalidad para acercar a habitantes y visitantes la memoria de su Festival, preparada con mucho cariño y respeto».

Toda una vida… esperando a un Festival que «desde 1963 ha traído a nuestras calles y plazas -a nuestros escenarios y vidas- el folklore, la cultura y las gentes del mundo; que nos ha dejado momentos especiales que son inolvidables y una convivencia especial entre todos los que han formado parte del mismo, que ha forjado amistades que perduran a través de los años que ha acercado culturas y sociedades», explica la organización.

Un recorrido por momentos y recuerdos

Un recorrido «para descubrir cómo se vive y cómo el Festival ha pasado a formar parte de las vidas de los jaqueses. Evocando los momentos y los recuerdos que cuentan cómo fue, cómo es y cómo podría ser este encuentro que, en su espíritu, lleva como principal bandera el hermanamiento y la integración».

Y una visita teatralizada «por sus principales iconos, con sorpresas y con mucho corazón, pensada para todos los públicos y de una hora y media de duración, que nos llevará a recuperar el espíritu del Festival» en esta época tan difícil que, tal y como indica el autor, «precisa más que nunca de acercamiento y conocimiento del otro».

Las visitas teatralizadas tendrán lugar las tardes del 28 de julio al 1 de agosto. Su precio es de 5 euros para una persona. 9 euros, para dos, y 12 euros para tres personas (con 3 euros de coste para cada persona adicional). Podrán adquirirse online desde https://www.festivaljaca.es/entradas/ y en el Palacio de Congresos.

Los luthiers traen al Festival el origen de los instrumentos

Por otra parte, el arte de hacer instrumentos musicales se podrá descubrir en Jaca con artesanos de todo el país que se reunirán durante el fin de semana para mostrar su oficio e instrumentos. Maestros que realizan su trabajo artesanal con extremo mimo y amor por el oficio, son también investigadores y guardianes de sus orígenes y evolución.

En una época en que, debido a las circunstancias sanitarias, los encuentros de luthiers son menos frecuentes, Jaca apuesta por reunir a profesionales de la lutería para descubrir los orígenes de la música y los sonidos, a partir de la construcción tradicional de instrumentos pero también descubriendo las técnicas más avanzadas. El evento ha sido posible gracias a la iniciativa, coordinación y organización de Luis Salesa, sin cuyo apoyo no habría podido llevarse a cabo.

Mantener viva la llama del Festival y el voluntariado

El Festival continúa con su apuesta por la multiculturalidad, el folklore y el hermanamiento, por «mantener viva la llama del Festival y el voluntariado y apoyar la riqueza de nuestra cultura» -como ha indicado Olvido Moratinos-. Por ello, ha querido mirar también a los orígenes de la música, con una Feria de Luthiers en la que creadores de instrumentos venidos de todo el territorio nacional -con representantes del País Vasco, Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha o Aragón, entre otras- se reunirán en la Plaza de Biscós del 30 de julio al 1 de agosto.

Allí, darán a conocer el proceso de elaboración, orígenes y peculiaridades de gaitas de boto, dulzainas, vihuelas, guitarras, laudes o percusión, entre otros muchos.

El arte de los luthiers

«En la Feria de Luthiers encontraremos constructores de instrumentos antiguos -medievales, del Renacimiento o del Barroco-, gaitas de boto, guitarras, laudes y mandolinas pero también innovaciones como el corazón cónico de los txistus de Gancedo , los instrumentos de viento renacentistas creados con una impresora 3D o la línea de tambores creada en fibra de vidrio de Ezpela. Todo ello sin olvidar vihuelas, guitarras, sacs de gemecs, xeremies de Mallorca o trompas ribagorzanas, entre otros», explica la organización.

Los lutieres, luthiers o violeros que acercarán hasta Jaca su oficio y técnicas de trabajo, desde las más tradicionales hasta las más actuales, sus instrumentos y el saber de auténticas sagas de constructores de instrumentos, proceden de distintos territorios. Llevarán hasta el Festival Folklórico los sonidos y músicas de Aragón, Navarra, País Vasco, Cataluña y Castilla La Mancha.

El viento, la cuerda y la percusión, la tradición y la modernidad se darán cita en Jaca de la mano de los aragoneses Pablo Morales y Nacho Martínez, así como la Escuela de Violería de Zaragoza, José Antonio Plana de Calanda y Christian de Villiers desde Zaragoza. El País Vasco estará representado por José Mari Gancedo. Cataluña, por Jordi Aixalá y Joan Pellisa. Navarra, por Raúl Pariente. Y, finalmente, Tomás Leal, desde Cuenca.

I Feria de Luthiers. LUGAR: Plaza Biscós. HORARIO: 30 de julio, de 18:30 h. a 22:00 h. 31 de julio, de 10:00 h. a 14:00 h. y de 18:30 h. a 22:00 h. 1 de agosto, de10:00 h. a 14:00 h.

Los luthiers de la Feria de Jaca

Pablo Morales

Pablo Morales, músico y escultor de Caspe, unió sus dos pasiones para crear con mimo instrumentos tradicionales: gaitas, dulzainas, trompas… Licenciado en Bellas Artes aplica sus conocimientos artísticos a la fabricación artesanal de instrumentos y desarrolla trabajos de investigación en la construcción de instrumentos medievales. Intérprete, colabora con diversos grupos de música tradicional y participa en algunos de los espectáculos de Carlos Núñez.

Nacho Martínez de la Gaitería Tremol

Nacho Martínez de la Gaítería Tremol, fundada por Mario Gros, llevadesde los años noventa trabajando en la investigación, recuperación y elaboración de instrumentos tradicionales aragoneses, fundamentalmente la Gaita de Boto y la dulzaina.

Martínez participará en la Feria de Luthiers con gaitas de boto, dulzainas así como pequeños instrumentos de caña para los más jóvenes. Compagina sus actividades como artesano con la realización de cursos de construcción de instrumentos musicales para niños y mayores y desde 2005 participa activamente en el proyecto Escolarte, cursos para escolares en Aragón promovidos por la Asociación Profesional de Artesanos de Aragón.

Escuela de Violería de Zaragoza

La Escuela de Violería de Zaragoza también participará en la Feria de Luthiers; es la única en ofrecer cursos de larga duración para la construcción de instrumentos musicales de cuerda y estará representada por su director, Javier Martínez ,y dos de sus alumnas. La Escuela de Violería de Zaragoza es una iniciativa que persigue la recuperación del patrimonio organológico aragonés y la formación de nuevas generaciones de violeros. Investiga las técnicas, procedimientos, postulados, materiales y herramientas como parte de este mismo legado que merece ser preservado. Une a estas funciones, aspiraciones de responsabilidad social integrando en el proyecto de la Escuela a colectivos en riesgo de exclusión social.

Jordi Aixalá

Jordi Aixalá que viene desde Riudoms (Tarragona), es constructor de instrumentos antiguos, tratando de reproducirlos fielmente a partir de las fuentes originales. Crea instrumentos catalanes, aragoneses o mallorquines y reproduce las sonoridades antiguas, con la afinación y parámetros de la actual. Cada uno de ellos lleva un largo trabajo de investigación que busca ante todo ser fiel a los orígenes y que, por ejemplo, en el caso de la Trompa de Graus o Gaita de Casserres —creada a partir de los planos del Conservatorio Occitano de Toulouse— la ha mantenido sin cambios, consiguiendo, curiosamente, un instrumento con sonido actual sin necesidad de modificaciones.

José Mari Gancedo

José Mari Gancedo, segunda generación de constructores de instrumentos, en especial de txistus, que comenzaron hace algo más de medio siglo en Amurrio —en un momento en que la  escasez de instrumentos hacía imprescindible tomar el relevo de los mayores— no han dejado de investigar y buscar la manera de conseguir un mejor sonido, de perfeccionar el instrumento, incorporando, por ejemplo, el corazón cónico (en lugar de cilíndrico) a sus txistus, lo que de da una mejor afinación, equilibrio y sonido.

Fueron los Gancedo quienes construyeron los primeros chiflos de Jaca recuperados hace unos treinta años. En aquel entonces, por un contacto fortuito, les pidieron construir este instrumento del que no había modelo físico. Con un interesante trabajo de investigación, obtuvieron un prototipo a partir de fotografías antiguas y de los planos del único modelo antiguo que se conserva y de un ejemplar del de Yebra.

Christian P. de Villiers

Desde Zaragoza, Christian P. de Villiers traerá hasta la Feria de Luthiers de Jaca instrumentos de viento del Renacimiento creados con tecnologías de impresión 3D. Amante de la música de esa época, este luthier —además de construir tradicionalmente en madera— realiza con impresión 3D estos instrumentos, pensando en difundir y acercar los instrumentos de viento renacentistas. En material biodegradable (basado en maíz y serrín), se consigue un sonido idéntico al original pero a un coste más asequible.

Christian investiga, para ello, en archivos de catedrales y museos, en España y Europa, con el fin de obtener los datos que le permitan reproducirlos con fidelidad al original. Todos los que se acerquen a la feria podrán ver la evolución ya que durante los tres días se estará creando un instrumento.

Raúl Pariente

Raúl Pariente (Ezpela) crea percusión e instrumentos de viento tradicionales, realizados totalmente en su taller de Berriozar a partir de las materias primas: txistus, dulzainas, gaitas navarras, tambores de txistu, panderetas,… Todos ellos instrumentos personalizados, que construye a medida del cliente y sus necesidades. También, la línea de tambores Aiko, que supone una evolución a partir de los tradicionales. Un instrumento creado en colaboración con tamborileros y percusionistas y que incluyen tambores de fibra de carbono.

Tomás Leal

Tomás Leal, por su parte, es el continuador de una saga de lutieres de cuerda que comenzó en 1744 en Casasimarro (Cuenca). Su bisabuelo, su abuelo, su padre y, ahora, él se han dedicado a la construcción de estos instrumentos de cuerda, 100% artesanalmente.

Plana Conesa

Finalmente, se podrán conocer los tambores de Plana Conesa. Una empresa familiar con un gran arraigo en Calanda. En la de cuna de tambores y bombos arrancó su trabajo en los años 70, por la pasión de José Plana por su tierra y por la Semana Santa de Calanda. Fabrican y reparan de forma artesanal cada pieza que sale de su taller.

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