El legado del tiempo, el tesoro mejor guardado de la EMMOE de Jaca

Recientemente, la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales abría al público su nuevo Museo de la Ciudadela de Jaca. Un espacio que, en el 75 aniversario de la fundación de la EMMOE, llegaba para acercar a la sociedad la apasionante historia de la escuela militar, pero también de la montaña.

Sin embargo, en el Castillo de San Pedro solo se muestra una pequeña parte del legado que ha dejado el paso del tiempo en la EMMOE. Su tesoro mejor guardado se halla en el Museo del Acuartelamiento San Bernardo, el gran desconocido y donde se custodia la verdadera esencia y la historia viva del que se ha convertido en un referente internacional en la formación militar de élite.

Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Miles de piezas únicas en el museo original de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales del Acuartelamiento San Bernardo

Miles de piezas únicas y auténticas conforman los fondos del museo original de la EMMOE. «El museo se creó en 1960. Y desde entonces, vamos incorporando fondos», explica el subteniente Ricardo Bueno, responsable del espacio museístico. Por eso, «se iba guardando todo desde el comienzo de las unidades de montaña».

Hoy se continúa inventariando todos los fondos, con el asesoramiento del Instituto de Historia y Cultura Militar.

Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)

En un principio, la intención era conservar colecciones de material -como guantes, polainas, fijaciones, raquetas, ataduras o esquís- con el objetivo de que sirvieran para completar la formación a los militares que se incorporaban cada año a los cursos de la escuela. Era la mejor forma de que los alumnos pudieran estudiar la evolución de las distintas técnicas y materiales y experimentar con ellos.

Por eso, en el espacio museístico del Acuartelamiento San Bernardo se pueden encontrar piezas procedentes del Instituto Pirenaico de Ecología -como Escuela Militar de Montaña que ha sido, desde sus inicios-. Fauna, flora y geología pirenaica tienen espacio en este centro, gracias a la cesión, entre otros materiales, de animales y aves disecados y colecciones de fósiles para su estudio.

«Todo ello se estudiaba aquí para conocer el medio en el que te movías», señala el subteniente Bueno. Es un museo vivo -matiza-, ya que continuamente se están incorporando novedades por la propia naturaleza del mismo, que sigue creciendo después de más de seis décadas. «Los conceptos museísticos van cambiando» -matiza Ricardo Bueno-. Y, de la misma manera, va evolucionando el museo de la EMMOE.

Subteniente Ricardo Bueno, responsable del museo de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Subteniente Ricardo Bueno, responsable del museo de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Un museo que cuenta la historia

En este sentido, el espacio está organizado de manera que se cuenta la historia, comenzando por el Teniente General Rafael García-Valiño, uno de los impulsores de la creación de la EMMOE como «un centro de formación específico para las unidades de montaña, que no existía hasta entonces». «A raíz de que se creara la escuela nació una doctrina de trabajo, con mandos diplomados en montaña, con una metodología de enseñanza para los soldados que venían, en aquellos tiempos, a hacer el servicio militar», recuerda el subteniente Bueno.

También destacan las referencias al coronel de Infantería Francisco Javier Fernández Trapiella, que modernizó la Escuela Militar de Montaña con las técnicas de esquí y escalada que aprendió en Italia, y que se implementarán en los primeros cursos que se impartieron en la EMMOE. Y no falta el recuerdo a los caídos.

La evolución de las fijaciones y raquetas, en el museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
La evolución de las fijaciones y raquetas, en el museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Un paseo por la historia de la EMMOE

El recorrido por el museo de la EMMOE supone un paseo por la historia de la montaña. Pero también por la evolución de la enseñanza, la investigación y el conocimiento, en la vida civil y militar.

Hay que recordar que el Ejército siempre ha estado a la vanguardia, en numerosos ámbitos, como la ingeniería, y especialmente, en todo lo relacionado con la montaña.

Rombos que se conservan en el museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Rombos que se conservan en el museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Los banderines originales de las primeras compañías y los rombos -que permiten seguir la evolución de los emblemas militares, desde aquellos primeros en los que aparecía la diosa Minerva hasta hoy-,… Imágenes de las primeras instalaciones, entonces ubicadas en el que hoy es el instituto Domingo Miral, desfiles o maniobras en la nieve… O las gafas de protección, las tablas, las cuerdas de escalada originales (por ejemplo, aquí se conserva la fijación Kandahar o tipo escuela, todo un clásico). Y las primeras botas de escalada, confeccionadas con esparto…

Cada pieza tiene su historia. Y hace falta recorrer este espacio con mucho tiempo para que ningún detalle pase desapercibido.

Banderines. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Banderines. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Algunas de las piezas más curiosas del museo de la EMMOE

El museo de la EMMOE expone también una colección de armas, entre las que se puede destacar una pieza de 1752 o un fusil de avancarga de pedernal, con más de 160 años de antiguedad -procedente de donaciones de particulares-. O revólveres únicos que hoy se consideran de colección. Comparten espacio con maquetas para la instrucción en condiciones invernales, o con esturcturas ideadas para trasladar la artillería por las cumbres nevadas, entre otras muchas aportaciones.

Farmacia militar en el Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Farmacia militar en el Museo de la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)

También están aquí los primeros materiales de biathlon -disciplina deportiva en la que los militares fueron pioneros-, trofeos en distintas competiciones y un espacio reservado para las expediciones del Grupo Militar de Alta Montaña de la EMMOE y otras misiones. La farmacia militar, las transmisiones y comunicaciones o el equipamiento también forman parte del espacio museístico.

Expediciones en la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
(FOTO: Rebeca Ruiz)

LA HISTORIA DE LA ESCUELA MILITAR DE MONTAÑA

La EMMOE llegó a Jaca hace justo 75 años. Su primer emplazamiento fue el instituto Domingo Miral, pasando más tarde a trasladarse a los terrenos que actualmente ocupa. Considerada como un referente internacional en la formación militar de élite, la EMMOE afronta, en los últimos años, la evolución necesaria para un escenario en el que estas capacidades -Montaña y Operaciones Especiales- cobrarán cada vez más protagonismo. Su director es el Coronel José Antonio Jáñez, que se encuentra al frente del centro desde mayo de 2019.

Vídeo difundido por el Ministerio de Defensa para celebrar el 75 aniversario de la Escuela Militar de Montaña.

Por Orden Ministerial de 12 de abril de 1945 se creaba la Escuela Militar de Montaña para homogeneizar la instrucción de los cuadros de mando de las tropas de montaña, así como para asesorar al mando en esta materia y estudiar los procedimientos y técnicas, el armamento, vestuario y equipo. Desde 1946, cuando se comenzara a impartir el curso para obtener el diploma para el Mando de las Unidades de Esquiadores Escaladores, la evolución del centro ha sido continua, apostando, ya desde esos primeros años, por su internacionalización. En 1961, las oficinas y servicios de la Escuela se instalan en el recién construido Acuartelamiento San Bernardo. Y el 1 de diciembre de 1975 adopta su denominación actual: Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales. Entre otros importantes hitos, repasando su historia, cabe destacar la creación del Grupo Militar de Alta Montaña, en 1985. Pero hay mucho más… (FUENTE: https://ejercito.defensa.gob.es/unidades/Huesca/emmoe/Historial/index.html)

La EMMOE, 75 años después

Actualmente, la EMMOE imparte cursos especializados para los diferentes Ejércitos nacionales y extranjeros. También desarrolla estudios y trabajos de investigación. Y realiza análisis de diferentes aspectos dentro de las especialidades de montaña y operaciones especiales. Además, asesora al mando superior en la especialización y mantenimiento técnico del personal de los diferentes Ejércitos en lo relativo a sus enseñanzas, y realiza colaboraciones con entidades públicas y privadas.

La EMMOE de Jaca continúa escribiendo su historia. Y su museo es el más fiel testigo de su evolución y de su esencia más auténtica, ya que se va completando con las aportaciones de los que formaron parte o continúan en la escuela.

En la actualidad, el centro está abierto a quien esté interesado en visitarlo -principalmente, a aquellos que un día pasaron por sus cursos-. De hecho, el museo pretende ser «un homenaje» a todos ellos. No obstante, está abierto a todo el que quiera conocer el alma de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca, si bien es necesario concertar cita previamente.

Por Rebeca Ruiz

(FOTO: Rebeca Ruiz)
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Expediciones en la EMMOE. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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