«¡¡Yo también iré a Jaca…!!» o la historia del Festival Folclórico de los Pirineos

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Pasacalles del conjunto folclórico de Moldavia por Jaca, prolegómeno del Festival de 2017.

por Rebeca Ruiz

Colorido, música, espectáculo. Cultura sin inhibiciones. Con más de cincuenta años de historia, el Festival Folclórico de los Pirineos se consolida como el evento internacional de carácter social y cultural más importante de los que se celebran en Aragón. El Festival de Jaca se reinventaba en la última edición, la de 2015, con fuerzas renovadas, y pretende hacer de la de 2017 una de las más grandes de su historia. Como anfitriona, la capital turística del Pirineo abre sus puertas al mundo con más ganas que nunca por hacer de esta Fiesta de Interés Turístico Nacional su mejor tarjeta de presentación. Jaca, en el mapamundi y el mundo entero por las calles de Jaca.

Después de haber cumplido medio siglo de exitosa vida, el Festival Folclórico de los Pirineos luce con más fuerza que nunca. Esta fiesta de Interés Turístico Nacional volverá en 2017 a convertir a Jaca, por unos días, en el centro neurálgico de la tradición y la cultura internacional, en el punto de encuentro del folclore de los lugares más variopintos, en una ocasión única para conocer otros países y de contribuir a este intercambio cultural de alto nivel. Jaca, cuna de Aragón, primera capital del reino, acercará otra vez a nuestras tierras las culturas, las danzas, las músicas, las lenguas y los folclores de los lugares más lejanos y recónditos del mundo para que los conozcan los aragoneses y para que, al mismo tiempo, habitantes y ciudadanos de otras sociedades milenarias conozcan la cultura, el arte y la forma de vivir de los jacetanos.
La 49ª edición del Festival Folklórico de los Pirineos vuelve a presidir, de nuevo, como una cita cultural ineludible, la agenda del Pirineo aragonés desde este momento, cuando falta un año para su inauguración. Son muchos los preparativos y los esfuerzos que confluyen para sacar adelante tan ingente proyecto. Un gran proyecto que, sin su alma mater, el voluntariado, sería imposible sacar adelante.
El certamen más antiguo de España, y uno de los más reconocidos a nivel internacional, se renueva, edición tras edición, para sorprender a jacetanos, aragoneses y visitantes sin renunciar a su filosofía, a su espíritu fundacional, a su esencia, aquella que movió a sus creadores y posteriores impulsores a reunir en las calles jaquesas un trocito de la vida y de las razones de ser de unos cuantos países muy diferentes del mundo entero, con la misma ilusión que en aquella primera y ya legendaria ocasión, con las fuerzas renovadas y con más ganas que nunca para que todo salga como siempre, a la perfección.
En 2015, durante la última edición, más de un millar de danzantes y músicos (el próximo año se espera incrementar esa cifra) tomaron el relevo de aquella ingente empresa que comenzó en 1963, que convirtió a Jaca, poco a poco, en una gran ciudad, que logró una proyección turística impagable para la capital de la Jacetania, que la puso en el mapa y que, asimismo, ha conseguido llevar, durante estos más de cincuenta años, el nombre de Jaca por todos los rincones del mundo.

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El grupo de Moldavia, durante su actuación por las calles de Jaca.

La vocación pirenaica es una de las señas de identidad de este certamen cultural que, cuando nació, fue pensado precisamente para resaltar los valores artísticos, sociales y culturales del Pirineo en su dimensión más internacional, con la encomiable intención de servir para que ese carácter pirenaico convirtiera las fronteras existentes en pasos abiertos entre civilizaciones. El Festival ha cumplido, después de todo este tiempo, con creces, sus objetivos y Jaca ha conseguido, también, crecer y hacerse mayor al cobijo del acontecimiento folclórico universal. El festival nace, en aquel momento, fruto del hermanamiento entre los pueblos francés y español. Hoy, la plena responsabilidad del certamen recae en Jaca, que ha visto afianzado con ello su carácter acogedor y cosmopolita. Armenia, Bolivia, Irán, Nicaragua, Nueva Zelanda, Uganda, República Checa, Singapur, Uruguay, México y Francia, entre otros, a los que se está intentando sumar representantes del norte de África, Turquía, Túnez o Grecia, aportan el colorido al lienzo de 2017, sumándose, como no podía ser de otra manera, a la representación local y a otros participantes españoles. Sólo una pequeña muestra de todo el amalgama cultural, musical y artístico que se ha desplegado por las calles de Jaca a lo largo de estos cincuenta años de historia ininterrumpida.
partitura_himnoEsta mezcla de civilizaciones tan rica como atractiva, de espectáculo, de emociones, de expectación, en definitiva, este evento único por sus características en todo el mundo, no podría hacerse realidad, superándose en cada edición, sin los voluntarios y tantas personas que, desinteresadamente, trabajan antes, durante y después para hacer del Festival Folclórico de los Pirineos lo que es hoy, un acontecimiento único. Con la sola recompensa de ver sus expectativas superadas, año tras año.
Los datos hablan por sí mismos. Acompañantes, traductores, controladores de alojamiento… En total, más de 300 personas dedicadas en cuerpo y alma a lograr el óptimo desarrollo del festival. Aunque no se conocen cifras concretas de lo que puede suponer la celebración de este acontecimiento en plena temporada alta en Jaca, se puede decir que la población se multiplica por cuatro o por cinco con la celebración de este evento internacional, considerado de primera magnitud cultural en numerosos países de los cinco continentes.

 

Ya ha comenzado la cuenta atrás para el Festival de 2017. El conjunto moldavo Viorika ha revivido el espíritu del Festival por las calles de Jaca. Por delante, unos meses de vértigo, mucho trabajo y mucha ilusión. Y en la mente de todos, instalado ya el himno del festival: «¡Yo también iré a Jaca…!». Ya falta un poco menos.