Tras los pasos de los pueblos olvidados: Ainielle y la Senda Amarilla

Cuando lleguen al alto de Sobrepuerto estará, seguramente, comenzando a anochecer. Sombras espesas avanzarán como olas por las montañas, y el sol, turbio y deshecho, lleno de sangre, se arrastrará ante ellas…» (La lluvia amarilla, Julio Llamazares)

Con estas palabras comienza La lluvia amarilla, el libro que puso en el mapa, para miles de personas, el nombre de Ainielle y otros pueblos del Sobrepuerto.

Y precisamente, a Ainielle nos vamos, siguiendo los pasos de La Senda Amarilla.

RUINAS. Ainielle. (FOTO: Ayuntamiento de Biescas)
RUINAS. Ainielle. (FOTO: Ayuntamiento de Biescas)

Este encuentro es mucho más que un sendero y un numeroso grupo de personas recorriéndolo en compañía. Lleva, desde hace casi catorce años, reivindicando el recuerdo de todos estos pueblos que fueron quedándose abandonados.

La Senda Amarilla parte de Oliván hasta Ainielle

Este recorrido parte desde la antigua escuela de la localidad de Oliván, cogiendo un camino en subida. Llegando a un cortado nos encontramos un monolito memorial y el camino gira hacia el norte, empezando una fuerte subida, que, posiblemente, sea el tramo más duro de todo el recorrido.

Transcurridos unos 20 minutos, la subida empieza a ser más suave. Siguiendo a media ladera sobre el Barranco de Oliván, atravesaremos varios barrancos que dejaremos a nuestra derecha.

Desde este punto, comenzaremos a descender hacia el cauce del barranco hasta llegar a la altura de los Huertos de Susín y continuaremos en paralelo al barranco hasta llegar al pueblo abandonado de Berbusa. Lugar ideal para hacer una parada y hacernos una idea de cómo pudo ser la vida en estas montañas.

MOLINO. Ainielle. (FOTO: Turismo Tierra de Biescas)
MOLINO. Ainielle. (FOTO: Turismo Tierra de Biescas)

El sendero que remonta en paralelo al Barranco de Oliván

Desde aquí seguiremos el sendero que poco a poco remonta en paralelo al Barranco de Oliván. Justo antes de llegar al Barranco de Ainielle, encontramos un sendero a la derecha que lleva a la pista forestal que une Oliván con el Puerto de Basarán. Continuaremos a la izquierda, hasta traspasar un portillo cerrado para el ganado, llaneando junto al Barranco de Ainielle por una zona repoblada con pinos, donde podremos apreciar antiguos campos con sus linderos de piedra. Al poco, podremos ver las ruinas de Ainielle, al que llegaremos cruzando el barranco.

Ya en el pueblo, podremos dar un paseo intentando imaginar cómo vivieron sus gentes, y seguro que nos recorrerá un escalofrío al acercarnos al Molino, recordando un pasaje de La lluvia amarilla.

Tres horas y media de camino hasta ainielle

El tiempo invertido normalmente en esta ruta es, aproximadamente, de tres horas y media, y un poco menos para regresar.

Como cualquier ruta que transcurra por media montaña, debemos usar un calzado adecuado al terreno, y no olvidar en nuestra mochila algo de comida, agua, ropa de abrigo y una prenda tipo chubasquero. Además, debemos estar atentos a la meteorología, tan cambiante en la montaña.

Espero que disfrutéis esta preciosa ruta y que durante un rato os convirtáis en vecinos de estos pueblos, devolviéndoles la vida y formando parte de su historia.

Hasta dentro de dos semanas. ¡Sed felices!

Por Rafael Martin. Técnico responsable de la Oficina de Turismo de Biescas

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