Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur

Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur. (FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)
Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur. (FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)

Rozalén se quedó con el corazón de Pirineos Sur y recibió el calor de miles de personas en la fría madrugada del sábado con un auditorio en el que no cabía un alma más. En un impresionante directo, sus temas más conocidos hicieron vibrar y bailar y sentir a un público entregado, en el que el amor por su música unió a varias generaciones. «Anoche viví uno de los conciertos más especiales de mi vida», confiesa la artista. Y es que no fue un concierto más. Fue el concierto.

Casi 5.000 personas en el concierto de Rozalén

Casi 5.000 personas disfrutaron anoche del concierto de Rozalén en Pirineos Sur. Con el cartel de completo desde hace semanas, la velada era una de las más esperadas del festival de este año. Emocionante es la palabra que mejor define lo que se vivió anoche en Lanuza: tanto por parte de la artista, que el día anterior había recibido el Premio Música e Integración, como de sus incondicionales, que se entregaron ya a los primeros acordes de la albaceteña y su banda, que dejaron muy alto el listón de Pirineos Sur.

Y es que la actuación de Rozalén llegaba envuelta de una gran carga sentimental. Y fue precisamente eso lo que María de los Ángeles Rozalén Ortuño supo transmitir a su público. Su concierto fue intenso en todos los sentidos: en ritmo, en sentimientos y en emociones.

La cantautora aparecía sobre el escenario evocando la conexión familiar y emocional que guarda con el norte de Huesca. Con sus raíces muy presentes (como en toda su trayectoria), desgranaba algunos temas de su último trabajo, El árbol y el bosque. Una propuesta íntima y personal con la que comenzaba un concierto que fue in crescendo conforme entraba la madrugada.

Grandes clásicos y una gran carga sentimental en el concierto de Rozalén

Una voz inigualable, una conexión total con el público y una importante dosis de carisma hicieron el resto. No faltó en el repertorio La puerta violeta.

Tampoco sus girasoles ni su archicantado 80 veces. El día que yo me muera hizo estallar a un auditorio que bailó, cantó y disfrutó hasta la saciedad en lo que se convirtió en una auténtica fiesta. Que no, que no subió las pulsaciones que, en ese momento, ya hacía rato que iban a la par entre la artista y su público. Y con Vivir llegó el éxtasis.

Yo no renuncio o Agárrate a la vida se mezclarían con una magistral interpretación de Amiga -todo un reto en un escenario como Lanuza-. Vendrían muchos más temas. Y en cada uno de ellos, el público encontró una razón para refugiarse. El cariño y la simpatía de la cantante se fueron ganando poco a poco -si no lo habían hecho ya- el corazón de Pirineos Sur. Sin embargo, fue con Justo con el que Rozalén toco la fibra y arrancó, en plena fiesta, más de una lágrima.

«Anoche viví uno de los conciertos más especiales de mi vida. He cantado en uno de mis lugares favoritos del mundo. ¡Aún estoy flotando! Añado la noche de ayer a la lista de mis conexiones mágicas con esta tierra. ¿Cómo voy a agradeceros todo esto?». Así se despedía de Pirineos Sur Rozalén. Como si no lo hubiera hecho ya con su voz, su talento y su cariño, con los que arropó a Pirineos Sur entre las aguas heladas del pantano. Fue, sin duda, el concierto.

Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur
(FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)
Rozalén en Pirineos Sur. (FOTO: Pirineos Sur/Cinta Liarte)
Rozalén en Pirineos Sur. (FOTO: Pirineos Sur/Jaime Oriz)
Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur
(FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)
Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur
(FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)
Rozalén se queda con el corazón de Pirineos Sur
(FOTOS: Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz)
Travis Birds (FOTO: Pirineos Sur/Cinta Liarte)
Travis Birds (FOTO: Pirineos Sur/Jaime Oriz)

Travis Birds, los ritmos balcánicos y Ara Malikian

El show de Travis Birds contribuyó a la complicidad y conexión que se vivió en Lanuza entre el auditorio y el escenario. Su Coyotes levantó pasiones, en una actuación que fue subiendo de intensidad conforme avanzaba la noche.

Maggie 1983 o las sorprendentes versiones de Jeanette (Soy rebelde), Sabina (19 días y 500 noches) o Extremoduro (Standby) dieron paso a una declaración de amor antes del concierto de Rozalén. Él dijo sí. Fue perfecto.

El festival encara su recta final y continúa el sábado con Goran Bregović y Balkan Paradise Orchestra. Pondrá el broche de oro Ara Malikian, que regresa a Pirineos Sur este domingo para presentar su nuevo disco.

Por Javier del Pueyo/Rebeca Ruiz

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