Mounqup inauguraba este fin de semana, en La Yurta, el Festival SoNna Huesca a ritmo de electrónica étnica en el corazón del Valle de Tena. Tomaba el relevo la kora de Ali Boulo Santo y el Bosque del Betato, que lograban hechizar al público.
El ritmo étnico se adueñaba del paraje que rodea La Yurta
El ritmo étnico se adueñaba del paraje que rodea La Yurta, en plena estación de Formigal (Sallent de Gállego), con la actuación de Mounqup para inaugurar este sábado el SoNna, una iniciativa de la Diputación Provincial de Huesca que ofrece 31 conciertos gratuitos durante todo el verano en las diez comarcas altoaragonesas. El estilo de esta artista francesa afincada en Galicia, que combina la tradición del folk-pop con la vanguardia de la electrónica, conectaba con un público que ha rozado el aforo máximo de cien personas marcado por la organización y que ha escuchado con atención desde sus respectivos asientos. Esta primera experiencia que une música y naturaleza servía para confirmar que esta combinación va a dar mucho de sí hasta que el próximo 20 de septiembre concluya este ciclo cultural de actuaciones musicales al aire libre.


El paraje en torno a La Yurta provocaba una sensación de libertad al público del concierto
Este primer concierto en SoNna Huesca ha sido toda una declaración de intenciones. El paraje en torno a La Yurta provocaba una sensación de libertad al público del concierto; muchos tumbados sobre las mantas que delimitan los asientos, otros medio sentados e incluso haciendo yoga en los minutos previos. La artista, Mounqup, como no podía ser de otra manera, ha dado rienda suelta a los resultados de su constante experimentación sonora. Un viaje a través de épocas, culturas y fronteras que ha adquirido mayor relevancia por el entorno natural escogido para la ocasión por la DPH. La inmensidad del paisaje en contraste con el reducido grupo que ha contado con invitación para acceder al concierto ha sido una de las imágenes llamativas; una demostración de que la música es tan incontenible como la propia naturaleza que nos rodea.

Música y naturaleza unidas por conciertos acústicos de pequeño formato
Es una de las características distintivas del Festival SoNna Huesca, aunar la música y la naturaleza mediante conciertos acústicos de pequeño formato en lugares singulares de todo el territorio altoaragonés. La propuesta se adapta a las necesidades actuales, con medidas preventivas como los aforos reducidos controlados mediante invitaciones, la asignación de asientos; el uso obligatorio de mascarilla; la desinfección de espacios y el cumplimiento de las distancias mínimas de seguridad, entre otras recomendaciones de las autoridades sanitarias.

La diputada provincial de Cultura, Maribel de Pablo, insistía, tras la primera actuación, en que «el Festival SoNna Huesca constata que las citas culturales pueden y deben desarrollarse porque miles de familias dependen de los ingresos derivados de estas actividades, aunque siendo siempre muy conscientes de que la seguridad es lo primero y lo más importante; el respeto de las medidas preventivas debe ser prioritario para que las actuaciones sean compatibles con el contexto actual».

Este festival nace con los objetivos de apoyar al sector cultural por la difícil situación que atraviesa con muchos eventos culturales suspendidos, motivo por el que el 80% de los artistas en la programación son aragoneses, y ensalzar el gran valor paisajístico, patrimonial y cultural del territorio para minimizar las consecuencias que genera la crisis sanitaria derivada del coronavirus. Once de los 31 conciertos que conforman la propuesta se retransmiten por streaming a través del canal de Youtube de la Diputación Provincial de Huesca. La primera de estas retransmisiones tuvo lugar este sábado, lo que ha permitido que todos los interesados en seguir el concierto de Mounqup hayan podido hacerlo desde cualquier lugar del mundo.
La kora de Ali Boulo Santo y el bosque del Betato hechizan al público del Festival SoNna Huesca
El segundo concierto del Festival Sonidos en la Naturaleza SoNna Huesca ha recordado este domingo en gran medida a la fábula del flautista de Hamelín. En este caso, el senegalés Ali Boulo Santo ha desplegado unas dotes prácticamente mágicas con la kora entre sus manos, la tradicional arpa del África occidental, y el acompañamiento de su voz anestésica.

La actuación se ha desarrollado en el Bosque del Betato, en Piedrafita de Jaca (Biescas); un lugar que se asocia al encantamiento, las leyendas y el misticismo. El público ha alcanzado el aforo máximo de cien personas determinado por la Diputación Provincial de Huesca, como impulsora de este festival. Las hayas han servido de cobijo para todos ellos, seducidos sin remedio por la música del griot y maestro de este instrumento que representa, según el propio músico, al legado cultural que sus antepasados dejaron para la posteridad. De ahí que valores como la bondad, la tradición, el respeto por la historia y la tolerancia hayan tomado su protagonismo durante la actuación.

El próximo concierto será el de la colombiana Urpi Barco, el próximo viernes, 31 de julio, a las 19.00 horas en la pradera de la ermita de Santa Elena, en Biescas. Cabe recordar que es necesario presentar invitación para acceder a todas las actuaciones de esta iniciativa cultural y que están agotadas en más de un 90% de las actuaciones previstas en el cartel.

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