Las miradas ignoradas de Ismael García abren conciencias en la Ciudadela de Jaca

Las miradas ignoradas de Ismael García abren conciencias en la nueva sala Burnao de la Ciudadela de Jaca. (FOTOS: Rebeca Ruiz)
Las miradas ignoradas de Ismael García abren conciencias en la nueva sala Burnao de la Ciudadela de Jaca. De izda. a dcha., Rina, Fernández, García y Rubio, durante la inauguración. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Miradas ignoradas, del fotógrafo y escritor Ismael García, es un proyecto visual y literario que busca «abrir conciencias» desde la Ciudadela de Jaca. Una exposición con la que el Castillo de San Pedro da un paso más en su potente apuesta cultural -con ella llega la puesta de largo de la remodelación de la Sala Burnao-. Comisariada por Diego Fernández, la muestra supone un punto de inflexión en la propuesta cultural de la fortaleza, buscando el compromiso del visitante y llevando los sentimientos a su máxima expresión.

ISMAEL GARCÍA: «EL PROPÓSITO ES ABRIR LA CONCIENCIA DE LA GENTE HACIA SERES QUE ESTÁN IGNORADOS POR TODO EL MUNDO»

«Esta exposición tiene como propósito, fundamentalmente, abrir la conciencia de la gente hacia otras formas de vida; hacia otros seres que realmente están ignorados por todo el mundo. Los vemos en la televisión y creemos que no existen, que son de ciencia ficción, pero en realidad son seres de carne y hueso, que sufren, que viven en la miseria y solamente saldrán de ella a través de la muerte», explica Ismael García.

Fue en los ojos de un niño donde descubrió la forma de dar voz a los invisibles. Recorriendo las aldeas más aisladas del Oriente Lejano. Buscando en el corazón de Asia miradas tristes o la sonrisa sincera de quien solo le queda ver cómo pasa el tiempo en mitad de la jungla. Sorprendiéndose, con cierto pudor por sentirse afortunado, con los intocables de la India y la crueldad e injusticia que se esconde detrás de sus castas reflejadas en los ojos de un niño.

Camboya, Tailandia, Vietnam, Laos, India, Birmania… «Es en sudeste asiático donde me siento más cómodo», asegura el autor, que confiesa que no planifica sus viajes. Simplemente sale a buscar. Y los protagonistas de su obra aparecen, como si siempre hubieran estado esperando a ser inmortalizados en ese afán de trascendencia que caracteriza al ser humano -también a los ignorados-.

MIRADAS IGNORADAS, MIRADAS INCÓMODAS

Es esa naturalidad, junto a la timidez de García -como él mismo reconoce- lo que hace su obra única, con una marca personal inconfundible cargada de belleza, sentimiento y alma que busca la reflexión de quien la contempla.

De hecho, al entrar en la Sala Burnao, el espectador tiene la impresión de sentirse observado. Casi incómodo, transportado a esa realidad lejana que, en sus miradas ignoradas, ha sabido captar magistralmente el autor en su opera prima.

Entre los rostros asiáticos de Ismael García llama la atención uno. Como los demás, cuenta una historia. Es La Mami. Ella es cubana. Al primer golpe de vista, pareciera que está como fuera de lugar, lo que lleva inmediatamente a pensar si en realidad los 47 personajes que la acompañan -incluido Ismael García, que recibe al visitante en un retrato firmado por Diego Fernández- han encontrado su sitio.

La Mami, como los demás, está donde debe estar. Ella fue el origen; el comienzo de todo. Una génesis que solo se puede descubrir escuchando la historia que cuenta su rostro castigado por los años, sus penetrantes ojos negros y su piel caoba. Solo una historia más, como la del Niño Hmong que protagoniza el cartel de la exposición. O la de la paz que transmite la Gioconda camboyana que enamoró al fotógrafo en medio de la miseria de la isla de Siem Riep.

Miradas ignoradas en la Ciudadela de Jaca

Así, las Miradas ignoradas de Ismael García se convierten en la tarjeta de presentación de la nueva Sala Burnao. «Es una exposición especial; de personas que cuentan su historia», explica el director de la Ciudadela, el Coronel Francisco Rubio Damián, advirtiendo que hay una gran dosis de «ilusión» como telón de fondo. No en vano la propuesta «llega de la mano de una renovación de nuestra Sala Burnao por parte del Departamento de Cultura del Consorcio del Castillo de San Pedro, en colaboración con el propio artista».

En este sentido, el gestor cultural de la Ciudadela de Jaca, Julio Rina, pone en valor el esfuerzo que se está realizando desde la fortaleza por consolidarse como referente cultural: «Tenemos la historia, tenemos la tradición… y ahora tenemos también el arte con Ismael. Es subir un par de escalones para darle algo más a nuestros visitantes; para intentar traer lo mejor que hay», apunta.

La renovación de la Sala Burnao

Diego Fernández, comisario de Miradas ignoradas, revela que enseguida vio «la oportunidad de realizar una exposición» al descubrir la obra de Ismael García -con el que mantenía una estrecha amistad porque fue una de las personas que participó en el montaje el Museo de Miniaturas Militares del que Fernández fue director-.

A partir de ahí, se buscó «un diseño que revolucionara la sala», cambiando el color, mejorando la iluminación y añadiendo muros para compartimentarla. Pero, además, buscando la innovación, como explica el comisario de la muestra.

Por eso a la exposición se ha incorporado una serie de audios -con la voz del propio autor, de Toño L’Hotellerie, de Tony Avilés y de Maru Bernal– con las reflexiones del artista sobre cada imagen, que se pueden descargar a partir de códigos QR o leer en la propia sala y a través de la página web de la Ciudadela de Jaca. Un sistema que permite conocer qué se esconde detrás de cada una de las miradas captadas por el objetivo de Ismael García, que se desnuda compartiendo con su público las impresiones y los sentimientos que, en cada momento, inspiraron su obra.

Una experiencia que no deja indiferente al espectador

Como broche de oro, la Sala Burnao se ha dotado con música. Con ello se logra una experiencia inmersiva, en un espacio expositivo atractivo, moderno y sugerente, para lograr transmitir toda la fuerza de la imagen al espectador.

En definitiva, para no dejarle indiferente.

«Miradas ignoradas es un viaje a otros mundos, desconocidos y fascinantes, donde las gentes viven y sienten de forma diferente. Sus rostros nos hablan de sencillez, miseria, ilusión, alegría, desesperanza o sufrimiento. En definitiva, sentimientos comunes al resto de la humanidad. Pero son miradas ignoradas en nuestra sociedad occidental egoísta y que solo sabe mirarse al espejo. Ismael García, fotógrafo y escritor de sentimiento, rescata ahora sus historias en cada fotografía, que no son solo imágenes sino también literatura. Los visitantes de la Ciudadela podrán disfrutar de esta exposición con la entrada al castillo, sin pago adicional, hasta el 20 de noviembre de 2022 en la Sala Burnao«

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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