El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo ‘Infierno Blanco’

Apenas despunta el alba en Candanchú cuando los hombres del Galicia 64 parecen salir de las mismas entrañas de una montaña fría y hostil. Llegan al campo de tiro para ejecutar un ejercicio con fuego real tras unas jornadas interminables donde ni el cansancio ni la dureza de la montaña han logrado doblegarlos. Durante la última semana, la Compañía de Esquiadores Escaladores del regimiento de Jaca ha vuelto a desafiar al Pirineo en su preparación para enfrentar un nuevo Infierno Blanco que pondrá a prueba a las Tropas de Montaña en Cerler durante los próximos días.

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'. En la imagen, el capitán De la Rosa y el sargento Gómez Cañarte junto al puesto de transmisiones de la patrulla de reconocimiento.
El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo ‘Infierno Blanco’. En la imagen, el capitán De la Rosa y el sargento Gómez Cañarte junto al puesto de transmisiones de la patrulla de reconocimiento.

Patrullas de reconocimiento en el Valle del Aragón

El Valle del Aragón se vuelve a convertir en el escenario de unos ejercicios tácticos tipo Alfa de combate en montaña invernal basados en una operación de control de zona. Las maniobras parten en esta ocasión del supuesto de «una escalada de tensión a raíz de un referéndum que ha derivado en un conflicto de alta intensidad». Algo que, como explica Mauro de la Rosa, capitán de la Compañía de Esquiadores Escaladores, podría recordar perfectamente los conflictos que están surgiendo actualmente en Europa.

En este contexto, el capitán ha marcado a sus equipos operativos distintos objetivos localizados por todo valle, como depósitos de munición y armamento del figurado enemigo. En la primera fase del ejercicio se han destacado patrullas de reconocimiento. Su labor es observar esos objetivos críticos contemplados previamente y enviar informes con datos e imágenes, a través de medios HF, al puesto de mando ubicado en el Acuartelamiento San Bernardo. El capitán De la Rosa, desde Jaca y a partir de ese material, gestiona y envía al resto de los equipos desplegados en la montaña la información necesaria para que puedan planificar la acción ofensiva.

El Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña está formado por el Batallón Pirineos -con cinco compañías, tres de Cazadores de Montaña, Mando y Apoyo y Servicios-; y la Compañía de Esquiadores Escaladores. La primera es una unidad táctica fundamental para el combate en montaña. La Compañía de Esquiadores Escaladores está especializada en reconocimiento y combate en alta montaña.

Los militares del Galicia 64, Mimetizados con la montaña

Uno de los condicionantes para el éxito de la misión es, inevitablemente, que las patrullas pasen desapercibidas. Para las Tropas de Montaña, el medio es aliado y enemigo a partes iguales. Y esta vez la falta de nieve no pone las cosas fáciles. Cualquier sombra, cualquier movimiento, cualquier reflejo, por mínimo que sea, puede desenmascarar a la patrulla. Tendría consecuencias fatales para la operación. Y lo que es peor: pondría en serio peligro la vida de sus integrantes.

Sin embargo, los hombres y mujeres que forman el Regimiento Galicia 64 están hechos por y para la montaña. Reclaman -así reza su himno- como su tradición el andar por las cumbres; la nieve es sendero normal para ellos y su misión está en las crestas y picos.

Entrenados física y mentalmente para enfrentarse a condiciones extremas (en todos los sentidos), son profesionales especialmente preparados para vivir, moverse y combatir en terrenos de alta montaña y climas extremadamente fríos. Una circunstancia que les convierte al mismo tiempo en el personal idóneo para afrontar todo tipo de operaciones de cualquier otra naturaleza.

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

La patrulla de reconocimiento

El ejercicio comienza. En algún lugar de Candanchú, al abrigo de la Ciudad de Piedra y el Collado de Besata, se encuentra desplegada una patrulla de reconocimiento. Invisible a todo y a todos, es prácticamente imposible de detectar hasta estar apenas a unos pocos metros de ella. Sobra decir que sus integrantes lo tienen todo bajo control para poder reaccionar ante cualquier posible sospecha de haber sido descubiertos. Desde lo alto, en una posición privilegiada, son capaces de advertir cualquier movimiento a kilómetros de distancia.

«La Compañía de Esquiadores Escaladores -destaca De la Rosa- tiene que estar preparada para trabajar en profundidad en el despliegue enemigo. Por eso los medios que se utilizan son muy concretos (principalmente, las radios HF)». En una situación real, esta patrulla estaría actuando completamente aislada, en terreno enemigo y sin ningún tipo de apoyo ni logístico, ni de fuego,… De manera que el único enlace que tendría con su capitán serían unos marcos horarios pactados previamente para enviar la información sobre el enemigo y evitar así ser detectada. Exactamente del mismo modo sucede en el ejercicio de Candanchú.

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

Los Puestos de observación y de transmisiones de la Compañía de Esquiadores escaladores del Regimiento Galicia 64

Al frente de la patrulla de reconocimiento del Galicia 64 se encuentra el sargento Alberto Gómez Cañarte. «Hemos instalado un puesto de observación y en la retaguardia, en la parte más resguardada, tenemos el puesto de transmisiones, donde están las radios y desde donde enlazamos con el escalón superior», señala. La vegetación les ayuda a ocultarse. Y para enmascarar los puestos utilizan redes y lonas que simulan los colores del terreno. De igual forma hacen con sus uniformes. El puesto de observación está dotado con cámaras fotográficas y de visión térmica. De esta manera, desde allí se puede controlar cualquier actividad del objetivo enemigo que, en este caso, es una edificación con tres sujetos hostiles y armados.

El ejercicio de Candanchú -previo al Infierno Blanco 2023 que tendrá lugar los próximos días en Cerler y en el que participará todo el Regimiento Galicia, a cuyo mando se encuentra el coronel Antonio Ortiz– se viene preparando desde diciembre y se desarrolla en base a la Compañía de Esquiadores Escaladores, entre cuyos efectivos se cuentan tres mujeres. La mayor parte participa en las maniobras de Candanchú. Se dividen entre la plana de mando y tres equipos operativos de montaña: Uno especializado en reconocimiento (patrulla). Otro, en acciones ofensivas (ataque al objetivo). Y un tercero, en apoyo a la movilidad (cuya labor es equipar pasos técnicos para facilitar el avance de personal de la compañía o de otras unidades).

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

El Galicia 64 desafía al Pirineo para enfrentar un nuevo 'Infierno Blanco'

El galicia 64 se despide de Candanchú: El asalto al objetivo

Amanece en Candanchú. La noche anterior, en la recta final del ejercicio, el mando ha insertado al equipo de acciones ofensivas en Rioseta, donde el personal de apoyo a la movilidad ha equipado previamente el Corredor del Gayolo para que los que vienen detrás puedan franquear el paso sin problemas.

Es un paso técnico. Difícil. Con una longitud de 210 metros y con inclinaciones de hasta 50 grados. Hace tiempo que no se incluye un elemento tan específico en maniobras de este tipo, por lo que también supone un reto para la compañía. Ésta es una de las singularidades del ejercicio, en el que también se han implementado, por primera vez, procedimientos de Operaciones Especiales para poder mejorar la preparación de los militares.

Llega el momento de lanzar la ofensiva y ejecutar los planes que se han trabajado durante todo el ejercicio con fuego real en el campo de tiro que hay sobre el refugio militar. No ha sido fácil avanzar la noche anterior, ya que el estado de la poca nieve que queda en Candanchú ha dificultado la tarea al Galicia 64.

Con las primeras luces del día, y según lo previsto, los equipos asaltan el objetivo con una coordinación milimétrica. Los disparos retumban en las paredes de piedra, desnudas y heladas, del campo de tiro. En apenas unos minutos, los militares han aparecido de la nada, se han situado estratégicamente y han culminado la operación con éxito.

Después, todo vuelve a quedar en silencio. Misión cumplida.

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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