Diez años de Tramasierras en Jarandín, albergue de la villa de Biescas. Por Pedro Estaún

Con motivo del décimo aniversario de la inauguración en Biescas del centro de actividades Tramasierras, el sacerdote Pedro Estaún repasa la historia del centro de actividades que gestiona la Fundación Gratal, y que encara el futuro con nuevos proyectos, como la rehabilitación de la antigua borda dotándola de algunas camas para que puedan acudir grupos pequeños o la instalación de una pequeña capilla en forma de zoco en el exterior de la zona edificada que se dedicará a Nuestra Señora de la Collada.

Diez años de Tramasierras en Jarandín, el albergue de la Villa de Biescas. Por Pedro Estaún.
Diez años de Tramasierras en Jarandín, el albergue de la Villa de Biescas. Por Pedro Estaún.

Tramasierras en Jarandín

Han pasado más de diez años desde que el 23 de marzo de 2013 se inauguraba en Biescas el centro de actividades Tramasierras y desearía aprovechar este aniversario para contar algunos detalles de este proyecto.

Se trata de un albergue situado próximo al núcleo urbano y cerca de la antigua central hidroeléctrica, en la partida que siempre se ha llamado Jarandín. Se encuentra en un terreno llano de algo más de una hectárea del que mi familia ha sido propietaria desde varias generaciones, que se ha cultivado con esmero y proporcionando buenas cosechas. Recuerdo que siendo niño participaba en la siega o en la trilla, ocasionando con mi ineptitud más problemas que ayuda.

Durante años lo tuvimos arrendado a distintas personas, pero al vivir ahora los familiares en diferentes lugares, decidimos dar al terreno una nueva finalidad. Desde el principio fue nuestra intención que allí se construyese un albergue con finalidades culturales, recreativas y de formación. Y fue entonces cuando, de acuerdo con la Fundación Gratal, se elaboró el proyecto.

Cedimos los derechos a la fundación y fueron los representantes de la misma los que se encargaron de la construcción y después de la gestión de un albergue. La familia quedó al margen de todo, pero se nos ha tenido en consideración. Lo único que no han respetado es el nombre de la finca. Nuestro deseo era que se llamase Jarandín, nombre conocido por todos los de Biescas, pero tras varias opiniones, se comprobó que ese nombre evoca jardín de infancia o algo infantil. Buscando otro topónimo, fue Maxi Palacios quien lo sugirió. Propuso que se llamase Tramasierras, que corresponde a una partida de terreno no lejos de allí, aunque al otro lado del río.

Diez años de Tramasierras en Jarandín, el albergue de la Villa de Biescas. Por Pedro Estaún.

Diez años de Tramasierras en Jarandín, el albergue de la Villa de Biescas. Por Pedro Estaún.

Diez años de Tramasierras en Jarandín, el albergue de la Villa de Biescas. Por Pedro Estaún.

Se encargó de realizar el proyecto el arquitecto Javier Domingo, de Huesca, y se le indicó que debería disponer de varias habitaciones individuales y otras múltiples de ocho literas (98 camas en total), sala de estar y capilla, además de cocina y comedor.

Aprobado el proyecto, se procedió a la construcción que se encargó la empresa Itarsa, también de Huesca. De la instalación del mobiliario se encargó Muebles Navas de Biescas. La zona exterior se acondicionó con una piscina, una pista polideportiva y un campo de fútbol.

Una entidad bancaria colaboró en los gastos, además de otras aportaciones. Ricardo Mur, párroco de Biescas, bendijo las instalaciones el 23 de marzo de 2013 y hubo entonces varias jornadas de puertas abiertas en las que los que lo desearon pasaron a conocerlo.

El Albergue Tramasierras es una iniciativa de la Fundación Gratal de Zaragoza, que nació con el objeto de facilitar el desarrollo de actividades culturales, formativas y deportivas en el Pirineo aragonés. Su finalidad es variada. Por una parte, se trata de un lugar para convivencias de adultos y jóvenes, además de campamentos con los más pequeños, y todo ello inspirado por con un espíritu cristiano atendido por sacerdotes del Opus Dei.

Durante estos años han sido muchas las actividades que allí se han tenido. Basta decir que el número de pernoctas supera con mucho, salvo en los años de pandemia, las 300 por año entre adultos, jóvenes y niños en los campamentos; y las solicitudes a la fundación que lo gestiona son cada vez más numerosas. Desde el principio ha estado atendido por Isabel y Miguel Ángel un matrimonio que anteriormente regentaban un restaurant en Soria y que próximamente se jubilarán.

En la actualidad hay nuevos proyectos. Uno es rehabilitar la antigua borda dotándola de algunas camas para que puedan acudir grupos pequeños y otro es la instalación de una pequeña capilla en forma de zoco en el exterior de la zona edificada que se dedicará a Nuestra Señora de la Collada, cuya ermita se destruyó en Biescas durante la Guerra Civil. Para que muchos que no lo conocen, nos indican que este verano habrá varias jornadas de puertas abiertas para que lo visite todo aquel que lo desee.

Y deseo concluir con las mismas palabras que dije en el balcón del Ayuntamiento el 14 de agosto de 2013, cuando la Corporación municipal tuvo la delicadeza de designarme como pregonero de las fiestas patronales de aquel año. Ante una multitud festiva congregada en la plaza del pueblo, dije entonces y mantengo ahora: «Comprenderéis que para mí es un auténtico motivo de alegría que, en los lugares en los que yo he jugado siendo crío, sean otros muchos los que ahora lo hagan». Y esto -junto con otras actividades- es lo que en realidad se está cumpliendo con el uso del albergue Tramasierras en Biescas.

Por Pedro Estaún. Sacerdote de Biescas

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