
Corría el final de la década de los años 50 del siglo pasado cuando un Renault Dauphine, de un espectacular rojo vivo, se convertía en objeto de deseo de propios y extraños por las calles de una ciudad todavía por entonces en blanco y negro. Jesús Mazuque, su propietario, inmortalizaba el momento para la posteridad. Hoy, 63 años después, y gracias a su nuevo dueño, José Lalana, y a la labor del Jacetania’s Classic Cars, se ha recreado aquel momento histórico. El mismo coche, el mismo edificio, los mismos azulejos con el nombre de la calle (la céntrica Avenida de Zaragoza) y la misma expectación. Pero esta vez, en color.
José Lalana devuelve a Jaca el dauphine de Mazuque
Seis décadas han tenido que pasar para poder inmortalizar el instante. Pero esta mañana, Jaca volvía a ser testigo de momentos de expectación y alegría cuando, tras mucho esfuerzo, el dauphine de Mazuque volvía a la ciudad tras su periplo por distintos coleccionistas y anticuarios de España gracias al empeño de José Lalana, su actual propietario, y al trabajo de Alberto Ara, socio del Jacetania’s Classic Cars.
«Llevábamos detrás del vehículo más de dos años», explica Lalana. «El hecho de que venga de Barcelona, de un propietario que era anticuario y tenía varios vehículos y era reacio a venderlo, todavía engrandece más lo que significa para el club y para Jaca», continúa, sin ocultar su alegría por haber podido devolver este clásico a la ciudad.


El regreso del dauphine a Jaca se convertía en todo un acontecimiento. Especialmente para los socios del Jacetania’s Classic Cars, que lo han recibido con mucha satisfacción y orgullo.
Así lo reconoce Ara, que anima «a toda la gente de Jaca que tenga un coche clásico o una moto a sumarse al club». De hecho, desde la asociación de clásicos se realiza una importante labor de investigación para poder localizar vehículos que son verdaderas joyas del motor y que siguen circulando por las carreteras de La Jacetania o el Alto Gállego. Ara agradece el apoyo que, para el evento de hoy como para otras actividades del club, reciben siempre del Ayuntamiento de Jaca y de la Policía Local.
Las singularidades del dauphine
El Renault Dauphine tiene «muchas singularidades», como advierte su dueño: es original, con la primera matrícula y con una placa dedicada al primer comprador (la única que hizo el fabricante). Y, sobre todo, «la satisfacción y el orgullo, por mi parte, de que de alguna manera implementa la categoría de la gran colección de vehículos que componen nuestro club», reconoce José Lalana.
Por todo ello, para el nuevo propietario, «el hecho de poder repetir una foto 63 años después en la misma casa, con los mismos carteles y con el mismo vehículo -si bien, lógicamente con distintas personas- tiene un romanticismo fuera de toda duda».
«El coche tiene muchos padrinos y va a estar mimado continuamente por unos y otros», concluye Lalana, que junto a su mujer, María Jesús Gracia, ha protagonizado otro momento para la historia de Jaca y del dauphine, rodeado de amigos y compañeros.

La última joya acaba de sumarse al cofre móvil de los tesoros del club de coches clásicos de La Jacetania. Un dauphine de 1959, nada menos, se suma a la lista de casi cien vehículos que ya atesora el club Jacetania’s Classic Cars, cuya historia cuenta en la actualidad con poco más de dos años. El popular Renault perteneció a Jesús Mazuque, regente del conocido establecimiento local de pinturas, y regresa a Jaca de la mano de José Lalana.
Por Rebeca Ruiz
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