Canfranc y el sueño de volver a ver pasar el tren a Francia más de medio siglo después

Canfranc y el sueño de volver a ver pasar el tren a Francia más de medio siglo después. En la imagen, el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, en la nueva estación. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Canfranc y el sueño de volver a ver pasar el tren a Francia más de medio siglo después. En la imagen, el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, en la nueva estación. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Fernando Sánchez se asoma, con esperanza y optimismo, a la vía del tren. La mirada del alcalde de Canfranc refleja cierta nostalgia y, al mismo tiempo, la tranquilidad que solo aporta saber que todos los esfuerzos, todas las decepciones, todas las esperas han valido la pena. Cuando él nació, hacía apenas unos pocos años que el Canfranc había dejado de circular. Pero no recuerda cuando, de muy niño, fue la primera vez que sujetó entre sus manos una pancarta. Jugaba en la estación y añora aquel tiempo en el que acompañaba a su padre, que trabajaba en una agencia de aduanas, al edificio histórico. Eran tiempos de reivindicaciones con mayúscula, de lanzar los anhelos al aire, de los conciertos del gran Labordeta pidiendo a voz en grito la reapertura de la línea internacional. A unos días del aniversario del suceso de L’Estanguet, aquel niño, hoy alcalde, confiesa que su sueño es «ver vida en el entorno de la Estación y, a la vez, ver pasar el Canfranc a Francia». Y está convencido de que este sueño está a punto de cumplirse. Siempre lo estuvo.

El 27 de marzo se cumplen 52 años del accidente de L’Estanguet, que supuso el cierre de la Línea Internacional del Canfranc

El próximo 27 de marzo se cumplirán 52 años del accidente de L’Estanguet, que supuso el cierre de la Línea Internacional del Canfranc. El 52º aniversario de la clausura del Canfranc llega en un momento esperanzador, en el que se camina de la mano y a paso firme a ambos lados de la frontera con la finalidad de que la Línea Internacional que un día unió España y Francia sea una realidad en un futuro que se vislumbra, cada vez, más próximo.

Hace apenas unos días, salía a información pública el Estudio informativo de implantación del ancho estándar europeo en el tramo Huesca-Canfranc. Una nueva parada, en el sentido metafórico de la palabra, con la que se avanzan etapas en este viaje de largo recorrido que garantizará la interoperabilidad de la línea Zaragoza-Canfranc-Pau. «Es un paso clave fundamental para conseguir la reapertura de la línea internacional y para el objetivo prioritario, que es ver pasar trenes a Francia por el túnel ferroviario del Somport», explica el alcalde.

CANFRANC. Accidente de L’Estanguet. (FOTO: AZAFT)

El 27 de marzo de 1970, un convoy de mercancías, compuesto por dos máquinas del año 1922 y nueve vagones repletos de maíz, sufrió un accidente cuando se dirigía de Francia a Canfranc. El tren se precipitó contra el puente de hierro L’Estanguet, destrozando totalmente la infraestructura. El tráfico internacional por el Canfranero quedó suspendido, el puente nunca se reconstruyó y la línea Canfranc-Pau no volvió a recuperarse.

Su voz suena firme y se alza segura entre el ruido de las obras en el edificio histórico y su entorno, al mismo tiempo que, de forma inconsciente, dirige su mirada hacia el norte. Al otro lado de la frontera, que uno se imagina detrás de las montañas nevadas, conversando bajo el sol de invierno entre las dos estaciones. Entre la grandeza y la melancolía que inspira el edificio original, y la modernidad y todo lo que supone la nueva. Como quien casi alcanza a tocar con su mano el paso del tiempo desde los andenes de la historia.

De la ilusión al agotamiento, y hoy, al convencimiento de que la línea internacional de abrirá

«Desde 1970 -cuando se produjo el accidente de L’Estanguet y antes de que Sánchez naciera-, el pueblo ha estado luchando por la reapertura de la línea internacional. Por lo que me han contado, durante aquellos primeros diez años, incluso, se llegó a anunciar la apertura. Nunca se reabrió, obviamente. Yo sí que recuerdo, ya después, que hubo años de mucha reivindicación. Era el momento de los conciertos de Labordeta o de Ixo Rai. Había una gran movilización social, y aunque no había avances en el proceso para la reapertura, la gente tenía ilusión», explica el alcalde.

De aquella gran ilusión de las primeras dos décadas se pasó a la resignación. «La reivindicación se iba agotando y cada vez venía menos gente», reconoce Fernando Sánchez. Pero la llama nunca se apagó. Y en los últimos cinco años, se han dado pasos muy importantes, tanto en España como Francia, de cara a la reapertura. Un momento, de nuevo, ilusionante para Canfranc, aunque el alcalde, prudente a pesar de todo, señala que los canfranqueses saben que hay que esperar un poco más.

«Somos conscientes de que habrá dificultades y de que podremos encontrar piedras en el camino. Pero creo que ahora sí vamos a una buena velocidad de crucero. No a la que nos gustaría, que querríamos que fuera más rápido, pero ya no hay marcha atrás. Entiendo que los pasos que se están dando son definitivos. Y, aunque no me atrevo a dar una fecha, sí que creo que veremos pasar los trenes a Francia. Estoy convencido de que la línea se abrirá», asegura el alcalde. Todavía, de hecho, se percibe entre los vecinos cierta sensación de incredulidad. «Pero ahora -bromea Sánchez- parece que vemos, por fin, la luz al final del túnel».

La vida de los canfranqueses, que bien podría inspirar una novela

A Fernando Sánchez le brillan los ojos cuando habla de su niñez en Canfranc. «Nací aquí y crecí aquí -explica-. Cuando éramos críos, hacíamos la vida en la estación. Veníamos a jugar a las pocas zonas que había cubiertas. A la cantina, al médico, a la Policía, a Correos… veníamos aquí para todo. Entonces, casi todos los servicios del pueblo estaban en la propia estación, donde veíamos llegar el tren cada día».

Su relato bien podría inspirar una novela de las tantas que se han escrito sobre la Estación Internacional. Con tan impresionante edificio de fondo, cuesta poco imaginar cómo era la vida en el pueblo hace unas décadas. Y también antes. Es, justo en ese momento y en ese lugar, donde se acierta a comprender que sería impensable entender la historia de Canfranc sin el ferrocarril, ni al contrario.

Fernando Sánchez, con el edificio histórico de la Estación Internacional de Canfranc al fondo. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Fernando Sánchez, con el edificio histórico de la Estación Internacional de Canfranc al fondo. (FOTO: Rebeca Ruiz)

La batalla no ha terminado. Y al mismo tiempo que avanzan las obras de rehabilitación de la Estación Internacional de Canfranc, de la adecuación y modernización de las vías y de la construcción de uno de los mejores hoteles de España en el corazón del edificio histórico, el espíritu reivindicativo está más vivo que nunca.

El Ayuntamiento de Canfranc recuperará, después de dos años, las Jornadas del Canfranero. También la Recreación Histórica de la Inauguración de la Estación Internacional. Durante muchos años, la actividad cultural y lúdica ha servido a la localidad para seguir en la brecha. «Seguiremos reivindicando la reapertura porque es nuestra obligación, con nosotros mismos, con nuestro presente y con nuestro futuro. Pero sobre todo, también, con nuestro pasado, con esas generaciones que trabajaron aquí, que lucharon tanto por construir este ferrocarril, y que no nos perdonarían que no estuviéramos luchando todos los días por poder volver a ver pasar trenes a Francia», señala Sánchez.

el Canfranc del futuro

«El Canfranc -el ferrocarril- no supondrá lo que fue en su momento. Esto fue una gran plataforma logística que generaba muchos puestos de trabajo, con intercambio de mercancías manualmente, de unos trenes a otros,… y que ahora se va a trasladar a Zaragoza. Eso ya no va a ser igual. Para Canfranc -la localidad-, la reapertura será muy importante, pero también conllevará mucho más desarrollo industrial, por ejemplo, para la zona Jaca-Sabiñánigo, para Huesca, o para Zaragoza», apunta el alcalde.

«Yo siempre defiendo los hechos diferenciales -añade Sánchez-. Está demostrado que los sitios donde llega el ferrocarril -un transporte público potente- tienen muchas más posibilidades de desarrollo respecto a las que no llega. Posibilidades tremendas a nivel industrial, turístico y de todo tipo» que, en el caso de Canfranc, pasarían por la actividad turística, sin perder de vista las estaciones de esquí.

El edificio de la Estación Internacional de Canfranc

No puede pasar desapercibido, en el contexto de la reapertura de la línea internacional y en el aniversario del L’Estanguet, el proyecto del hotel de lujo que albergará el edificio histórico.

El Hotel Royal Hideaway del Grupo Barceló está inspirado en la estética de las antiguas estaciones y de los lujosos trenes de largo recorrido de principios del siglo XX, con sus particulares vagones y elementos representativos, pero adaptándola a su característico estilo y aportando un toque contemporáneo. Contará con 104 habitaciones y generará 150 puestos de trabajo directos.

«Un edificio histórico tan grande en una población de 600 habitantes tenía mal recorrido», explica el alcalde. «Desgraciadamente, solo se suele salvar el patrimonio que está en las grandes ciudades, al que se puede dar un uso. El que está en pequeñas localidades, en sitios un poco más remotos, tiende a desaparecer. Todos los años perdemos una gran cantidad de patrimonio simplemente porque no se puede mantener», recuerda Sánchez.

El reto de mantener un gran patrimonio histórico para un pueblo pequeño

En este contexto, desde el Ayuntamiento de Canfranc y el Gobierno de Aragón se marcaron el reto de mantener este importante patrimonio histórico que suponía la Estación Internacional. «No era sencillo. Se llevaba trabajando en ello desde el 92. Por eso, estábamos de acuerdo en que había que emprender algún proyecto que generara economía para poder rehabilitar y mantener un edificio de esta envergadura los próximos años», asegura el alcalde. De hecho, de no haber sido por el proyecto hotelero, el futuro del edificio sería incierto. No hay que olvidar que la estructura estuvo a punto de colapsar y que solo quedaría recordar su esplendor con las ruinas o a través de las infinitas fotografías e imágenes que lo han inmortalizado a través de los tiempos.

«Con nuestros aciertos y nuestros errores, creo que hemos conseguido algo que era muy difícil y muy ambicioso: mantener semejante edificio de 240 metros de longitud y darle un uso que, además, generará economía para el municipio, para la comarca y para Aragón», concluye el alcalde de Canfranc.

Canfranc y el sueño de volver a ver pasar el tren a Francia más de medio siglo después

Canfranc mira al futuro

Hoy, en vísperas de aquel fatídico 27 de marzo, Canfranc mira al futuro más que nunca. Y su alcalde, Fernando Sánchez, pasea por los andenes imaginando cómo será el día que pueda «ver la explanada completamente rehabilitada, ver vida por toda la zona y, a la vez, ver pasar el tren a Francia».

Sonríe cuando dice que «esto no es un proyecto solo de Canfranc. Está aquí y, obviamente, los canfranqueses tenemos cierto protagonismo. Y, además, tenemos la suerte de levantarnos todos los días y poder ver la estación. Pero no hay que olvidar que es un proyecto que en su día fue una gran reivindicación aragonesa, oscense y jacetana; y también nacional, e internacional, de España y Francia. Esta estación y este entorno no van a ser solo de los canfranqueses. Va a ser de todos».

Lo dice un alcalde al que el Canfranc le ha costado lágrimas. De impotencia, a veces, y de emoción, en los últimos años. Que se muestra satisfecho con lo que ha llegado a lograr, lejos ya de aquellos días en los que correteaba por la vieja estación, viendo llegar al canfranero. Y que es consciente de que su generación vivirá un nuevo acontecimiento que, como aquel 27 de marzo, cambió la historia. Pero, esta vez, para bien.

HACIENDO HISTORIA… (fuente: Gobierno de Aragón)

1853. Manifiesto Los Aragoneses a la Nación Española, mediante el cual Aragón establece las ventajas de la construcción de un eje transpirenaico a través del eje que conecta Zaragoza con Canfranc.

1908. Comienzo de los trabajos de perforación del Túnel Internacional.

1914. Finalizan las obras del túnel.

1921. Adjudicación de los trabajos de construcción del edificio principal de la estación.

La inauguración de la Estación Internacional de Canfranc

18 de julio de 1928. El rey de España y el presidente de la República Francesa inauguran la línea, la Estación Internacional de Canfranc y el Túnel Ferroviario de Somport.

1936-1940. Se cierra la boca española del túnel con motivo de la Guerra Civil.

EL ACCIDENTE DE L’ESTANGUET, UN PUNTO Y APARTE EN LA HISTORIA DEL CANFRANC

27 de marzo de 1970. Se hunde el puente de L’Estanguet, en el lado francés, tras el descarrilamiento de un tren de mercancías. Se interrumpe el tráfico ferroviario.

1994. Se firma el primer convenio entre el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Canfranc y Renfe para rehabilitar la función ferroviaria y la recuperación de la explanada.

2013. El Ministerio de Fomento y el Gobierno de Aragón formalizan el acuerdo de compra del inmueble ferroviario.

El punto de inflexión para la reapertura

2017. Se logra financiación europea, a través del Mecanismo Conectar Europa, para la realización de los estudios previos para la reapertura de la línea internacional. En 2015, había comenzado el trabajo conjunto entre los gobiernos de Aragón y Aquitania, los gobiernos de España y Francia y ADIF y su homóloga francesa SCNF para reclamar financiación a la UE. Aprobación del PGOU y el Plan Parcial para la recuperación de la explanada.

2018. Comienzan las obras de rehabilitación de la Estación Internacional de Canfranc y la modificación de la playa de vías para garantizar el uso ferroviario.

2021. El 15 de abril, se inaugura, en presencia del Ministro Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, la nueva estación. Un acto simbólico y toda una declaración de intenciones en favor de la reapertura de la línea Zaragoza-Canfranc-Pau

Canfranc… con toda naturalidad

Sin lugar a dudas, en términos naturales, lo más característico de Canfranc es su bosque protector de Los Arañones, creado por acción humana para paliar los efectos de los aludes de nieve a la Estación Internacional de Canfranc. Además, el bosque también se creó con el objetivo de proteger el fondo del valle de los desprendimientos, las avenidas o la erosión.

Como explica el Centro de referencia para la gestión de riesgos de montaña A Lurte, el resultado de la acción humana, que se remonta a principios del siglo XX, tuvo como consecuencia un bosque mixto que supuso una modificación radical del paisaje, en una actuación pionera y que ha servido de modelo para toda Europa. Se utilizaron más de 10 millones de árboles para realizar «una de las mayores y más exitosas repoblaciones forestales en alta montaña de España», recuerda A Lurte.

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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