Las sociedades de Amigos del País fueron una de las creaciones que trajo consigo la Ilustración en España, cuya finalidad básica intentaba difundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de aquel movimiento.

La Real Sociedad Económica de Amigos del País, el antecedente más evidente de las actuales asociaciones de empresarios
Quizás, pueda considerarse en cierta forma como que fueron el antecedente más evidente de las actuales asociaciones de empresarios, siendo en 1776 cuando se fundó la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la cual contaba apenas en sus inicios con 272 miembros, distribuidos en 37 poblaciones aragonesas y 15 del exterior. De esos primeros 272 fundadores, 199 miembros (el 73,6%) se concentraban en Zaragoza. Ciudad a la que seguían Calatayud con cinco miembros; Alagón, Alcañiz y Teruel, con tres cada una; Belchite y Monzón, con dos cada una; u otras 29 poblaciones que contaban cada una con un único miembro testimonial. Posterior y rápidamente se fueron sumando miembros de toda la geografía aragonesa.
Pero algo surgió al hacerse mal la gestión, ya que a pesar de esta amplia implantación geográfica por Aragón, prácticamente todas las actividades económicas principales y escuelas de oficios que se creaban se desarrollaban en Zaragoza. Precisamente fue este el causante de lo que sucedió, ya que la actividad casi totalmente centralizada de la Sociedad Económica Aragonesa motivó la creación de sociedades semejantes en el resto de Aragón.

Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Jaca y sus Montañas
Y por ello, mediante escisión de la Aragonesa, en abril de 1782, los cuatro miembros de Jaca promovieron, crearon y fundaron, aprobada por real cédula el 10 de octubre de 1783, la Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Jaca y sus Montañas.
Jaca, que se había incorporado a la Sociedad Aragonesa hacia poco más de un año, se separaba así de ésta, algo que no gusto mucho en Zaragoza porque consideraba disminuía la fuerza de la unión con ello. A Jaca la opinión de Zaragoza no le importó mucho, ya que ellos contaban y decidían ya en la suya propia frente a la posición subalterna que los jaqueses habían tenido hasta entonces en la Económica, y ahora eran ellos quienes detentaban el gobierno efectivo de la nueva sociedad.
Así, en el espacio de apenas un año, la Junta de Jaca había realizado su incorporación a la Sociedad Aragonesa y también su escisión de la misma para crear la suya propia.
La Sociedad de Amigos del País de Jaca tuvo un rápido crecimiento
Sociedad que tuvo un rápido crecimiento, y al ser aprobados sus estatutos contaba ya con 40 miembros en Jaca, cuya extensión territorial se realizó sobre todo en La Jacetania, aunque tuvo algunos miembros fuera de esta comarca, y que pronto llegarían hasta los 202 socios adheridos. Entre ellos se incluían tres Grandes de España de primera clase, como el Marqués de Ariza, el Conde de Cervellón y el Conde de Atarés.
Junto a ellos, otros con títulos nobiliarios menores, diversos hacendados importantes, autoridades civiles y militares, eclesiásticos destacados y un amplio abanico en el que se incluían médicos, artistas, administradores y otras profesiones, que con entusiasmo comenzaron a planificar sus iniciativas.
Las primeras disposiciones que acordaron fue crear diversas escuelas, entre ellas las escuelas de hilar, dibujo y aritmética, granjeándose de esa manera la Sociedad de Jaca muchas simpatías, aparte de entre la ciudadanía, también entre personas influyentes y poderosas social o económicamente, que con sus contribuciones promovieron y alentaron el progreso y la ilustración que con urgencia necesitaba toda La Jacetania en sí.
Preparación de los campos para una emergente industria textil
Con ello, se prepararon montes para adecuarlos tanto para la plantación de moreras para dedicarse a la cría del gusano de seda, como para sembrar lino y cáñamo. Todo ello para que de las primerizas escuelas de hilar surgieran telares de medias de lana y otros productos, que llegaron hasta un numero de treinta a principios del siglo XIX, proporcionando con ello puestos de trabajo que tanto se necesitaban.
También se alentó la ganadería, y se planificó y creó una tenería, en la que se curtían al año casi cinco mil pieles de animales. Surgieron muchas propuestas, sugerencias, alternativas y proyectos e ideas, realizándose algunos de ellos que contribuyeron aún más al éxito y prosperidad de aquella Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Jaca y sus Montañas.
La Real Sociedad de Jaca vs Zaragoza
Todo ello sumado, según algunas lenguas dicen y otras no, a la oposición frontal que la jaquesa mostraba abiertamente a la aragonesa fue el germen que termino con el sueño y la ilusión, ya que dicen y cuentan que por ello el enfrentamiento para perjudicarla de la de Zaragoza contra la de Jaca, animados también por el resentimiento al haberse escindido de ellos, fue evidente, claro y la causa principal de ese declive jaqués. Pero también, un cierto estancamiento en sus ideas originales contribuyó a ello.
Por supuesto, no se puede negar, todo contribuyó. Pero no fueron las acciones desde Zaragoza la principal causa, aunque la animosidad adversa en la Aragonesa por su actitud de rebelión y escisión contribuyeron a su caída, ya que sí lo fue el estallido de la destructiva Guerra de la Independencia.
Cuando hablan las armas, muere la cultura
Y ya se sabe que cuando hablan las armas muere la cultura, por lo que aparte del expolio que causaban los franceses trajo miseria y prácticamente el abandono de las ideas de la Ilustración tan representativas del enemigo galo que tanta miseria trajo al país. Y después de todos aquellos años, la sociedad española se había transformado y evolucionó de otra forma, donde el contrabando, la delincuencia, la falta de valores, la corrupción y otra serie de factores volvieron a dejar tocados a los ciudadanos. Sólo a los ciudadanos, ya que los poderosos de siempre siguieron como si nada hubiera pasado para ellos.
Tras la guerra, poco se salvó de todo lo que se intentó con ilusión, ya que nada quedó de los campos o la ganadería, y de los telares de medias alguno sobrevivió unos años a duras penas hasta su desaparición, tal como sucedió en otras sociedades parecidas a lo largo del país.
El sueño de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Jaca y sus Montañas había terminado.
Por Fran Lucas Herrero. Aragonés, peregrino y autor del blog Esmicamino


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