55 años sin el templete de Santa Orosia en Jaca

Todavía hoy muchos se acuerdan del famoso templete de Santa Orosia que presidió, hasta finales de los años sesenta, la Plaza de Biscós en Jaca. Considerado todo un símbolo de la ciudad y de las tradiciones y ritos en torno al culto a Santa Orosia, se cumplen 55 años desde que el último veneratorio -fueron hasta tres los que desde hace al menos cinco siglos se conocieron en el antes llamado Campo del Toro- fuera demolido, en aras de la modernidad, para quedarse para siempre en la memoria de los jacetanos.

Rituales en el desaparecido templete de Santa Orosia en Jaca, hacia 1930). (FOTO: R. Compairé/Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca).
Rituales en el desaparecido templete de Santa Orosia en Jaca, hacia 1930). (FOTO: R. Compairé/Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca).

En 1968, hace ahora 55 años, el Ayuntamiento de Jaca decidió derribar el templete de Santa Orosia en una reforma urbanística que dio como resultado la actual Plaza de Biscós

En 1968, hace ahora 55 años, el Ayuntamiento de Jaca decidió derribar el templete de Santa Orosia en una reforma urbanística que dio como resultado la actual Plaza de Biscós, nunca exenta de polémica. La modernidad se llevó por delante uno de los símbolos de la ciudad, que todavía hoy, más de medio siglo después, muchos conservan en la memoria. No sólo por lo que significó este singular edificio en sí; sino sobre todo porque está ligado inevitablemente a sus infancias y a las costumbres y tradiciones que se fueron transmitiendo de generación a generación durante siglos en el seno de las familias jacetanas.

Aquel edificio, seña de la identidad jacetana, no fue el primero. Como explican Manuel Tomeo y Guzmán Fernández en su libro Danza, montañés. Historia de los dances de Jaca (Pirineum Editorial, 2007), en el mismo lugar que ocupó el último templete de Santa Orosia hubo, al menos, otros dos veneratorios. Aunque la palabra veneratorio no está recogida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), en la cultura popular se identifica, de forma inconfundible, con aquel lugar destinado al culto de determinadas reliquias. En este caso, a las de Santa Orosia.

Las primeras referencias documentales del templete de Santa Orosia tienen cinco siglos

Hay constancia de la existencia de este hito de la devoción popular en Jaca, al menos, desde hace cinco siglos. El templete que desapareció a finales de los años sesenta se había construido en el mismo lugar que ocuparon los veneratorios precedentes, los más antiguos documentados. Se trataba de una primitiva y sencilla capilla de piedra adosada a la muralla de la ciudad que se derribó en 1907.

Coincidiendo con las excavaciones arqueológicas e históricas sobre el Cementerio Mayor de la ciudad de Jaca a raíz de la construcción del parking de la Plaza de Biscós, sus directores, Julia Justes y Rafael Domingo, lamentaban «no poder documentar el origen del templete de Santa Orosia, ya que bajo la estructura construida en el siglo XX no se conservaban restos del anterior edificio».

Sin embargo, ellos mismos reflejan en sus investigaciones la primera cita documental donde se recoge la existencia de un veneratorio o rogatorio en la zona norte de la Plaza de Biscós (antes, Campo del Toro) ya el 25 de junio de 1525, en un documento donde se relaciona la capilla de Sancta Eurocsia con el cimenterio de la ciudad. Un año más tarde, en 1526, también se ha conservado una rogativa de los vecinos de la Canal de Berdún ante la sequía en este mismo lugar. A partir de ella, otras referencias documentales demuestran la existencia de aquel primer precedente de los veneratorios posteriores ya en el siglo XVI.

Más recientemente, a finales del siglo XIX y en los albores del XX, reconocidos fotógrafos de la época recogieron para la posteridad las imágenes del templete de Santa Orosia. Verdaderas joyas etnográficas que hoy se conservan en sus archivos particulares o en la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca.

El moderno templete de Santa Orosia: de 1911 a 1968

Fue a partir de 1906 cuando, a iniciativa de la Hermandad de Santa Orosia ante los planes urbanísticos que contemplaban la destrucción de la muralla, se proyectó el moderno templete de Santa Orosia. Así quedó recogido en las actas municipales del 2 de julio de aquel año -y tal y como lo reflejan Tomeo y Fernández en su libro sobre los danzantes de Jaca-, donde se solicitaba el compromiso del Ayuntamiento jaqués para aquella causa. El original fue demolido el 10 de agosto de 1907.

Sólo un año más tarde comenzó a construirse el nuevo templete, cuyas obras finalizarían en 1911. Diseñado por el teniente coronel de Ingenieros Eustaquio de Abaitúa, se financió por suscripción popular -vecinos de Jaca y de los pueblos limítrofes realizaron aportaciones de 10 y 25 céntimos- y pudo levantarse gracias a una donación de 18.000 pesetas del canónigo Victoriano Manuel Biscós (Jaca, 1837-Madrid, 1912), que a partir de ese momento daría nombre a la actual plaza (hasta entonces, Campo del Toro).

Los bocetos del nuevo templete de Santa Orosia y la expectación en Jaca

El 5 de marzo de 1908, el Semanario La Unión recogía en portada cómo se exponía el boceto original del proyecto en el escaparate del comercio de Manuel Mainer. En el artículo se recoge, con todo lujo de detalles, cómo sería el nuevo templete, así como la expectación generada en la ciudad ante su construcción.

Desde 1911, cuando finalizaron las obras, hasta 1914, el templete convivió con la zona de la muralla de la parte de la Avenida de la Jacetania. Cuando este lienzo se eliminó, el templete presidiría la Plaza de Biscós aún hasta 1968. En aquel momento, el Ayuntamiento de Jaca decidió derribarlo en aras de la modernidad y de las reformas urbanísticas que se realizaron coincidiendo con el gobierno del alcalde Armando Abadía.

El moderno templete de Santa Orosia

Con motivo de la exposición Los mantos de Santa Orosia, el Museo Diocesano de Jaca recordaba cómo fue aquel templete que desapareció hace ahora 55 años: «El espacio tendría unas dimensiones de 10×10 metros y estaría rodeado por una pequeña reja. Estilísticamente respondería al eclecticismo, combinando elementos de influencia andalusí, orientalista y clasicista. Se componía de dos pisos, contando el superior con un balcón desde el que se exhibían las reliquias de la Santa. La planta baja era de ladrillo y contaba con un pórtico sostenido por columnas dóricas (…) El segundo piso mostraba una mayor influencia clasicista, consistiendo en una ventana corrida decorada con balaustradas con columnas jónicas y corintias, arcos de medio punto y frontones. El conjunto se cerraba con un tejado a cuatro aguas ligeramente aplanado y una linterna con cúpula bulbosa de influencia orientalista o, más concretamente, inspirada en el estilo neoindio inglés (…)».

Imágenes para la memoria

Antiguo templete de Santa Orosia, junto a la muralla. Año 1900 (FOTO: Foto Peñarroya)
Antiguo templete de Santa Orosia, junto a la muralla. Año 1900 (FOTO: Foto Peñarroya)

Templete de Santa Orosia construido en 1908. Del informe sobre las conclusiones de las excavaciones arqueológicas de 2005 en la Plaza de Biscós. (FOTO: Archivo de Rafael Domingo)
Templete de Santa Orosia construido en 1908. Del informe sobre las conclusiones de las excavaciones arqueológicas de 2005 en la Plaza de Biscós.

El desaparecido templete de Santa Orosia, hacia 1930. (FOTO: R. Compairé/Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca)
El desaparecido templete de Santa Orosia, hacia 1930. (FOTO: R. Compairé/Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca)

El desaparecido templete de Santa Orosia. (FOTO: R. Compairé/Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca)

Primitivo templete de Santa Orosia, 1896. Al fondo se ve el lienzo de la muralla, que ya había sido parcialmente derribada. Del informe sobre las conclusiones de las excavaciones arqueológicas de 2005 en la Plaza de Biscós. (FOTO: Archivo Coyné)

Plano del Ayuntamiento de Jaca, donde aparece el templete moderno, de 1917. Del informe sobre las conclusiones de las excavaciones arqueológicas de 2005 en la Plaza de Biscós.
Plano del Ayuntamiento de Jaca, donde aparece el templete moderno, de 1917. Del informe sobre las conclusiones de las excavaciones arqueológicas de 2005 en la Plaza de Biscós.

Cuando se cumplen 55 años desde que desapareciera en templete de Santa Orosia, en Jaca su memoria sigue muy viva

Cuando se cumplen 55 años desde que desapareciera en templete de Santa Orosia, en Jaca su memoria sigue muy viva. De hecho, en las conclusiones del proceso de participación que abrió el Ayuntamiento de Jaca para una futura reforma de la Plaza de Biscós -cuyo diseño actual no ha estado nunca exento de polémica- se comparte la necesidad de reivindicar el templete y su significado.

«Muchas personas aún lo recuerdan, de antes de que fuera derribado en el año 1968; otras ya no, pero conocen la historia por fotografías y relatos de familiares y amigos. Está quienes sugieren volver a ponerlo, y quienes son más moderados y abogan por hacer alguna alegoría. Es parte de la esencia y personalidad de la plaza, y por ello hay una necesidad de que la propia plaza cuente la historia a residentes y turistas», concluía aquel informe. Y es que el templete de Santa Orosia, a pesar de que hace más medio siglo que ya no está en la Plaza de Biscós, será para siempre el vivo reflejo de la identidad del pueblo jacetano.

Por Rebeca Ruiz

ÚLTIMAS NOTICIAS: