Paseando por la historia del cementerio de Jaca

Como manda la costumbre, en Jaca, como en otros lugares de España, son días de cementerio. De recordar a los que ya no están. De honrar la memoria de los que se fueron. De abrigarse, de comer castañas asadas y de acercarse al fuego. De flores, buñuelos de viento y huesos de santo. Son días de tradiciones y de recogimiento. Se celebra el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. Un buen momento para repasar la historia del cementerio de Jaca.

Paseando por la historia del cementerio de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Paseando por la historia del cementerio de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Un repaso a la historia del Cementerio de Jaca

Actualmente, el Cementerio de Jaca cuenta con tres partes diferenciadas: el Cementerio Viejo, que es el original, tras la Ermita de Nuestra Señora de la Victoria y donde se integra el templo; el Cementerio Nuevo, en la parte sureste del recinto; y la ampliación que se ejecutó en 1994, en la parte oeste. La última obra relevante que aprobó el Ayuntamiento para el camposanto jaqués fue la construcción de 110 nichos -en el marco de la quinta fase de la ampliación-. Hoy el cementerio de Jaca cuenta con 1.500 tumbas, 3.800 nichos y 144 columbarios (en proceso de ampliación).

El Cementerio de Jaca no siempre estuvo ubicado en el mismo lugar

Sin embargo, el Cementerio de Jaca no siempre estuvo ubicado en el mismo lugar. Las excavaciones realizadas en 2005 a raíz de la construcción del parking de la Plaza Biscós dejaron al descubierto que todo este céntrico enclave estaba ocupado por el Cementerio Mayor de la Ciudad, en uso desde comienzos del siglo XII hasta comienzos del siglo XVI, según las conclusiones a las que llegaron Julia Justes y Rafael Domingo.

En la Plaza de Biscós se localizaron casi 900 tumbas de diferentes tipologías; entre ellas, una veintena alojaban peregrinos que retornaban de Compostela. Es la mayor expresión del área de enterramientos que, en otra época, rodeaba la Catedral, junto al cementerio de San Nicolás, que, por proximidad, los investigadores sitúan en la Plaza Ripa (que daría cobijo a los difuntos del barrio del mismo nombre) y a la necrópolis situada en la Plaza de San Pedro, donde los enterramientos se realizaban de forma ininterrumpida desde el siglo VI. La primera cita documental sobre el Cementerio Mayor de Jaca data del siglo XIII, en el Libro de la Cadena, pero Justes y Domingo señalan que se puede afirmar que las primeras inhumaciones son anteriores, en torno a las últimas décadas del siglo XI, o inicios del siglo XII.

Nuevos hallazgos arqueológicos permiten avanzar en la historia del Cementerio de Jaca

Recientemente, se avanzaba en estos estudios. La excavación arqueológica realizada en el número 8 de la Plaza de Biscós dejaba al descubierto, hace unos meses, nuevos hallazgos arqueológicos que han permitido continuar con la investigación sobre el Cementerio Mayor de Jaca. La intervención, dirigida por el arqueólogo Julián Ángel Ramos Bonilla, se realizó entre los meses de octubre y diciembre del año pasado. Y sacó a la luz restos tan interesantes como los de un peregrino o una punta de lanza bajomedieval, que han permitido delimitar el espacio que ocupó el camposanto original.

Cementerio de Jaca. (FOTO: Ana López Artillo)
Cementerio de Jaca. (FOTO: Ana López Artillo)

EN EL SIGLO XIX SE CONSTRUYÓ EL NUEVO CEMENTERIO DE LA LOCALIDAD ADOSADO A LA ERMITA DE LA VICTORIA

La primitiva ermita de Santa María de Mocorones se levantó para conmemorar el triunfo jaqués sobre los musulmanes, y ocupaba el mismo lugar que la actual ermita de la Victoria puesto que, tal como indica la leyenda, fue aquí donde tuvo lugar la batalla entre las tropas del conde Aznar Galíndez y las huestes musulmanas que intentaron conquistar la ciudad de Jaca.

El templo de Santa María de Mocorones fue levantado en el lugar que hoy ocupa posiblemente en época medieval. En 1597, el Consejo de la ciudad lo cedió a los Carmelitas Descalzos para que crearan un convento. A comienzos del siglo XVII se decidió cambiar la antigua advocación por Nuestra Señora de la Victoria. La ermita sufrió un incendio provocado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813. Tras el desastre, el pueblo jaqués decidió rehabilitarla levantando la actual ermita sobre la base de la destruida en 1816. También en el siglo XIX se construyó adosado el nuevo cementerio de la localidad.

Pasan los siglos y como manda la costumbre, en Jaca, son días de cementerio. De recordar a los que ya no están. Y de volver la vista atrás para no olvidar la historia del camposanto, que lo es también de la ciudad…

Por Rebeca Ruiz

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