
Leche, pan, queso o cepillos de dientes sin salir del pueblo por primera vez en muchos años: La localidad de Piedrafita de Jaca estrena el primer supermercado automático de gestión comunitaria como un proyecto piloto para exportar a otros municipios. Gracias a esta iniciativa, los vecinos pueden elegir qué productos poner a la venta en su localidad y adquirirlos sin tener que desplazarse, obteniendo además beneficios económicos para reinvertir en proyectos comunitarios.
Un supermercado automático en Piedrafita de Jaca
La despoblación tiene consecuencias concretas en la vida de las personas que habitan los pueblos y núcleos rurales. Una de ellas es que en muchos municipios para comprar cualquier cosa que se necesita es necesario coger el coche o pedir un favor porque no hay ningún lugar en el que poder adquirir productos. Esta es la realidad de cientos de pueblos aragoneses, incluyendo muchos municipios de pirenaicos, llenos de casas rurales pero vacíos de tiendas.
El año pasado, las asociaciones Camaleo y Mallata Educativa, radicadas en el Alto Gállego, decidieron intentar buscar una solución a este problema. Una solución que además pudiera ser replicada y exportada a diferentes municipios de todo Aragón. Así, tras un proceso de innovación social, esta semana ha visto la luz el primer supermercado automático de gestión comunitaria en la localidad de Piedrafita de Jaca, en pleno Pirineo Aragonés.
A partir de ahora, los vecinos de Piedrafita, así como los numerosos turistas y visitantes, pueden adquirir diferentes productos en una máquina automática gestionada por un comité vecinal sin necesidad de desplazarse a otros municipios.
Un comité vecinal decide qué se puede comprar en el supermercado de Piedrafita
Cepillos de dientes, leche, pan, cremas naturales, compresas, zumos, galletas, queso local o chocolate son algunos de los productos que ahora pueden comprarse sin salir de Piedrafita.

El comité vecinal, formado por personas voluntarias residentes en el pueblo, escoge de manera colectiva los productos que se ponen a la venta en la máquina, y se turnan para reponerlos, gestionar las compras y ventas, negociar con los productores… Los vecinos tienen total libertad para escoger los productos con el único requisito de que sean lo más sostenibles posible, priorizando lo ecológico y de cercanía.
Las personas empadronadas en el pueblo podrán adquirir los productos más baratos, favoreciendo así el consumo y el acceso a determinados productos. Y con los beneficios que se obtengan de las ventas se financiarán proyectos comunitarios que serán elegidos de manera colectiva.
En septiembre se llevará a cabo una evaluación del proyecto que permitirá identificar aquellos aspectos que funcionan y aquellos aspectos susceptibles de mejora, con el objetivo de generar un modelo que pueda ser fácilmente replicable por otros municipios o localidades.
Este proyecto piloto ha sido posible gracias al apoyo económico de la Fundación EDP y del propio Ayuntamiento de Piedrafita de Jaca, quien ha facilitado un lugar céntrico para colocar el supermercado automático, así como la adecuación de la instalación eléctrica, recuerdan sus impulsores.
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