
Panticosa hace un guiño a su memoria y regresa a la escuela, a su escuela, la que ha ido forjando su historia generación tras generación. El Centro Cultural La Fajuala abre sus puertas a entrañables recuerdos, a fotos de niños con pantalón corto y faldas almidonadas… Y a sus raíces. Una muestra que reúne objetos, documentos y fotografías antiguas pero, sobre todo, que está cargada de nostalgia y recuerdos donde los principales protagonistas son los habitantes del valle y sus familias.
La Escuela de Panticosa: el origen y la evolución
La exposición sobre la Escuela de Panticosa descubre, con todo lujo de detalles, cómo fue el origen y la evolución de la escuela donde hoy siguen acudiendo los niños del pueblo. Transporta al espectador a más de un siglo atrás en el tiempo.
Imágenes, documentos inéditos, certificados de vacunación, listas de asistencia, mapas, tinteros… Incluso, recortes de periódico de finales del XIX permiten hacerse una idea de la importancia de que tuvo (y tiene) la escuela para la vida del pueblo.
Flor de Nieve dinamiza la vida social y cultural
La idea de realizar esta muestra, impulsada por la asociación Flor de Nieve, surgió durante el confinamiento. Pero las dificultades acarreadas por la pandemia hicieron que se postergara su inauguración.
Es la asociación la que dinamiza la vida cultural del municipio. Lo hace con exposiciones y y otras propuestas que se complementan con charlas, visitas guiadas y actividades de todo tipo. Una labor que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento panticuto y de la Comarca Alto Gállego, y también, como en esta ocasión, con la colaboración de los vecinos.
«Estamos contentas porque cada vez la gente colabora y participa más, trayendo fotos antiguas cada vez que hacemos alguna recopilación. A veces también convocamos concursos de fotografía de paisaje y naturaleza, y luego con una selección de fotos, hacemos una exposición», explica Elena Cubero, que agradece la participación en todas las actividades que organiza la asociación cultural a lo largo del año.
De hecho, fueron muchos los que se acercaron a la inauguración de la exposición sobre la Escuela de Panticosa. Una muestra que permanecerá abierta en La Fajuala hasta final de agosto, y que está teniendo una gran acogida no solo por parte de los vecinos, sino también, de los visitantes. La puesta de largo contó con la presencia, entre otros, del alcalde de la localidad, Jesús María Úriz, y de la presidenta de la Comarca Alto Gállego, Lourdes Arruebo.


Objetos, libros y otras curiosidades para conocer cómo se vivía en Panticosa
Quién fue Francisco Aznar, que costeó e hizo construir el edificio original de la actual escuela; qué asignaturas se impartían; cómo se vestían los alumnos para ir al colegio… detalles que ahora se recuperan del olvido y que hacen de esta propuesta una oportunidad única para adentrarse no solo en la historia del colegio, sino para conocer la evolución de la enseñanza -y de la sociedad- con el paso de los años.
Las fotografías y objetos que forman parte de la exposición han sido aportados por vecinos de Panticosa y El Pueyo de Jaca, y por el Colegio Royo Aznar y Royo Val de Panticosa, que pertenece al CRA Alto Gállego. La Asociación Flor de Nieve agradece a todos su colaboración, al igual que al Archivo Histórico Provincial de Huesca, que les ha
facilitado las reproducciones de los documentos. Del mismo modo, muestra su gratitud a la familia de la pareja de maestros Antonio Betrán y María Ángeles Villafría, por
sus fotografías, y al Ayuntamiento de Panticosa.
«En la exposición hay objetos y libros que los vecinos han cedido. También, mapas y posters didácticos antiguos de la escuela Royo Aznar y Royo Val, que pertenece al CRA Alto Gállego. Un anticuario nos ha prestado para exponer algunos muebles y objetos. El Archivo Histórico Provincial de Huesca nos ha facilitado las digitalizaciones de documentos muy curiosos, y una nieta de los dos maestros que hubo en Panticosa entre 1930 y 1936, que se conocieron aquí y tuvieron a sus dos hijos, nos ha enviado bastantes fotografías de esa época», explica Cubero.
Panticosa vuelve a la escuela
Precisamente, fue Concha Betrán, descendiente de Antonio Betrán y María Ángeles Villafría, quien contactó con Flor de Nieu porque reconoció a su abuelo Antonio, casualmente, en una de las fotos que la asociación expuso por distintos rincones del pueblo. Junto a ella, que es catedrática en la Universidad de Valencia, y que ofrecerá una conferencia sobre la historia de sus abuelos el próximo mes de agosto, otras familias han ido aportando detalles cómo se vivía, hace más de un siglo, en Panticosa.
Este verano, Panticosa regresa a la escuela. A su escuela. Y, al mismo tiempo, vuelve la vista atrás para rescatar del olvido su historia y la de sus gentes.
Por Rebeca Ruiz

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