Myrvete Zekaj ‘Mervet’: «Cuando corro por la montaña me siento libre»

Myrvete Zekaj 'Mervet': "Cuando corro por la montaña me siento libre". (FOTO: Rebeca Ruiz)
Myrvete Zekaj ‘Mervet’: «Cuando corro por la montaña me siento libre». (FOTO: Rebeca Ruiz)

Cuando Myrvete Zekaj salía de niña al monte con su padre para recoger moras en su Istog natal, una pequeña ciudad al norte de Kosovo, no podía imaginar que unos años más tarde hiciera de Jaca su hogar y de las montañas de La Jacetania su estadio de competición. Mervet, como se le conoce cariñosamente, llegó a España de la mano del que hoy es su marido y entrenador, el comandante de la EMMOE Jesús Álvarez. Con una trayectoria imparable, la atleta se colgaba la medalla de finisher en la prueba reina del mítico UTMB Mont Blanc -una de las carreras más extremas del mundo- tras 171 kilómetros y 40 horas de sufrimiento, haciendo alarde de una gran capacidad de superación y llevando el nombre de Jaca a lo más alto. Recuperada de la lesión en la rodilla que no logró frenarla entonces, afronta un nuevo reto: la Transvulcania, que se celebra esta semana en La Palma.

Myrvete Zekaj Mervet se enfrentó a su primera ultra en 2017

Mervet tiene 36 años y es jaquesa de adopción. Actualmente ocupa la primera posición del ranking kosovar en la Federación Internacional de Trail Running (ITRA) y en el UTMB World Series. Y en los últimos años se ha convertido en toda una revelación en el panorama del trail español. En 2017 se enfrentó a su primera ultra -con la Transgrancanaria y sus 127 kilómetros- y desde entonces no hay cima que se le resista.

«Empezamos a correr carreras pequeñas, de cinco kilómetros; después, de diez; luego, medias maratones,…», explica la atleta, buscando la mirada cómplice de su marido. Él también es deportista, y juntos forman un equipo que ha llevado a lo alto del podio, por toda España, a Jaca y al Club Militar de Esquí y Montaña, donde están federados.

Myrvete Zekaj y Jesús Álvarez, su marido y entrenador. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Myrvete Zekaj y Jesús Álvarez, su marido y entrenador. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Este 2022 Myrvete Zekaj no ha parado. Además de terminar en Chamonix, se llevó el primer puesto en el Gran Trail Sobrarbe y fue tercera en la Perimetral de Arguis y en la Circular de Tejeda, en Gran Canaria, entre innumerables top 10 en las pruebas de trail más prestigiosas.

En apenas seis años ha conquistado lo alto del podio en la Ultra Trail Guara Somontano (2021); La guerrillera de Burgos y Los 10.000 del Soplao de Cantabria (2019); el Desafío Camino de Santiago de Palencia y el Trail do Lor de Lugo (2018), o el Pirineos Fit (2017). Y ha sido finisher de algunas de las pruebas más exigentes de Europa.

De Kosovo a Jaca

Mervet y Jesús llegaron a Jaca hace dos años, aunque su historia se remonta finales de los 2000, cuando se conocieron mientras él participaba en una misión del Ejército Español tras la guerra de Kosovo. En aquel país, la televisión emite en versión original. Entre eso, su afán por aprender, y los libros y cuadernos que le llevaban cuando trabajaba en un restaurante de la base fue aprendiendo las primeras palabras de castellano que finalmente le permitirían convertirse en intérprete de los soldados españoles desplegados en Kosovo.

Una vez en España, pudieron casarse -no sin antes superar multitud de dificultades burocráticas-. Fue el comienzo de una historia que hoy tiene como escenario Jaca, y en la que ambos comparten, además, su gran pasión por el deporte y la montaña.

Enamorados de Jaca y sus montañas

«Aunque vivíamos en Burgos, éramos unos enamorados de Jaca y de sus montañas –confiesan-. Estábamos siempre aquí. Hasta que conseguimos venir cuando quedó una vacante en la Escuela de Montaña y Operaciones Especiales».

El pasado mes de agosto Mervet llevaba a lo más alto el nombre de Jaca en el UTMB Mont Blanc 170K. Unas molestias en una rodilla nada más salir -que en kilómetro 80 ya eran un intenso dolor- le complicaron la carrera. Pero no se iba a dejar vencer fácilmente y, lejos de retirarse, diez horas después de lo que había previsto, conseguía parar el crono en Chamonix en 40:11:39. Cruzaba la meta y se convertía en finisher, aunque ha arrastrado las consecuencias durante semanas. Ahora ya está recuperando el ritmo de entrenamiento, con más de tres horas al día a pleno rendimiento y apoyo fisioterapéutico para estar al máximo de cara a hacer marca en La Palma y poder regresar al Mont Blanc.

«Antes de comenzar la temporada marcamos nuestros objetivos y estamos pensando en ir a una carrera en Suiza y volver a Mont Blanc, pero esta vez será a la de cien kilómetros», explica el entrenador. Ambos pactan cuáles serán sus retos y cuando Mervet, que cuenta con la colaboración de Dynafit, llegó a meta en el UTMB, tenía claro que la próxima vez apostaría por la CCC, la hermana menor -por llamarla de alguna manera- de la prueba reina, una 100K con 6.100 metros de desnivel que parte de Italia. Para ello, necesita hacerse con unos puntos que va a ir a buscar a Canarias.

Destino: La Palma

En apenas unos días les espera La Palma. «El objetivo es terminar», aseguran. La décimo segunda edición de Transvulcania by UTMB reunirá, entre los próximos 20 y 22 de octubre, a más de 2.900 corredores de más de 60 nacionalidades diferentes como Francia, Reino Unido, Portugal, Estados Unidos, Japón, China o Egipto. Y Kosovo, porque Mervet, aunque tiene tres nacionalidades, tiene el corazón partido entre España y su tierra, y echa mucho de menos su país, a pesar de todo lo que pasó cuando estalló la guerra.

«Creo que es algo que nunca se supera», reconoce. De hecho, tuvo que pasar meses encerrada en un sótano. Por eso, con una sonrisa, explica que para ella no es «dura» una carrera de cien millas, «aunque te duela la rodilla, o tengas ampollas», bromea.

«Duro -apostilla su marido- es no tener agua. Es no tener para comer. Es no ver el sol». «Duro es -añade ella- vivir con miedo, pensando que en cualquier momento pueden entrar y te van a matar». Por eso, quizá, disfruta mucho más con lo que hace. Junto con su otra gran afición, la fotografía, asegura sentirse una privilegiada cuando se pierde, prácticamente a diario, por las montañas jacetanas.

"Al final, lo que nos importa es disfrutar. Correr es una excusa. Lo que queremos es estar ahí, respirar, sentir la montaña", explican Mervet y Jesús. (FOTO: Rebeca Ruiz)
«Al final, lo que nos importa es disfrutar. Correr es una excusa. Lo que queremos es estar ahí, respirar, sentir la montaña», explican Mervet y Jesús. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Mervet: «Al correr me siento libre»

«Al correr me siento libre. Es una sensación muy bonita, sobre todo cuando bajo. En algún momento cierro los ojos, escucho música y es brutal», confiesa la atleta, que en apenas seis años ha pasado de enfrentarse a una carrera de cinco kilómetros a terminar la UTMB 170K.

Mervet y Jesús comparten una vida, pero también comparten una pasión. Cada uno en su lugar, son la mejor definición de un equipo perfecto, en la vida y en la montaña. Ella confía ciegamente en su entrenador -aunque reconoce que a veces es muy exigente- y él la espera en cada avituallamiento de carreras casi imposibles -a veces, por sorpresa- para darle ánimo y la fuerza suficiente para que pueda sacar lo mejor de sí misma. Su compenetración es envidiable y los resultados de Mervet lo demuestran.

«Al final, lo que nos importa es disfrutar. Correr es una excusa. Lo que queremos es estar ahí, respirar, sentir la montaña», explican, mientras preparan la maleta rumbo a la Transvulcania. Un equipaje en el que no falta la la fortaleza, el espíritu de esfuerzo, de sacrificio y de superación y la ilusión de una mujer imparable dispuesta a darlo todo para llegar, nunca mejor dicho, a lo más alto.

Por Rebeca Ruiz

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