
Se prolongó durante 19 años y cuatro meses y ha sido la misión «más jacetana» de las desarrolladas hasta el momento por el Ejército Español en el extranjero, con un especial protagonismo del Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña, ya que la preparación de las Tropas de Montaña convertía a la unidad en la más idónea para afrontar el escenario que, tras los atentados del 11-S, existía en el país asiático.
El despliegue de los militares españoles supuso un antes y un después para los afganos -especialmente, para las mujeres-, que tras la salida de las fuerzas internacionales en 2021 retrocedían en derechos y libertades a la época más dura del Estado Islámico, ante la impotencia de la comunidad internacional. El Palacio de Congresos de Jaca acoge Misión: Afganistán, un reconocimiento a labor desarrollada por las tropas españolas durante casi dos décadas y un homenaje a los 102 militares que en su contexto perdieron la vida intentando construir un mundo mejor.
Misión: Afganistán, las claves
El Palacio de Congresos de Jaca acoge, hasta el próximo 4 de octubre, la exposición Misión: Afganistán, organizada por la Subdelegación de Defensa en Huesca e impulsada desde la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural.
La muestra acerca la realidad en la que los militares españoles desempeñaron su labor a través de 27 impactantes fotografías, tres infografías que ayudan a entender la misión y por qué fue tan importante, y un vídeo. Cómo fue su llegada, sus impresiones, el despliegue y su organización; pero también qué se encontraron, las condiciones de extrema dureza en las que vivían los habitantes del país asiático y cómo, en los siguientes años, mejoró su situación gracias a la intervención internacional.
El 11 de septiembre de 2001
Los ataques en Estados Unidos a las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001 por parte de la organización terrorista Al Qaeda fue el detonante de la intervención de las fuerzas internacionales en Afganistán. Un país donde no existía una estructura de Gobierno, sino jefes tribales; no había unas Fuerzas de Seguridad organizadas, sino milicias; y donde los talibanes mantenían su poder sobre una población cada vez más desatendida y sometida. Las fuerzas internacionales han trabajado duro para conseguir la paz y la estabilidad en la zona. Su misión ha ido adaptándose a lo largo de los años. En sus inicios velaban por la seguridad de la capital, Kabul, y posteriormente, extendieron su presencia por todo el territorio para acabar con la insurgencia, formar a las Fuerzas de Seguridad Afganas y apoyar a la reconstrucción de las infraestructuras provinciales.
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27.100 militares en dos décadas
El Coronel Rafael Matilla, subdelegado de Defensa en Huesca, inauguraba la exposición en presencia de autoridades militares, civiles y eclesiásticas -entre ellas, el Jefe del Regimiento Galicia, el Coronel Antonio Ortiz, y el Jefe de la USBAD Oroel, el Coronel José Antonio Jáñez-; el alcalde jaqués, Juan Manuel Ramón; y el Obispo de Jaca, Julián Ruiz– explicando una misión que supuso «un reto» a todos los niveles.
El 13 de mayo de 2021 retornaban a territorio nacional los últimos militares desplegados en Afganistán, dándose por finalizada una misión en la que intervinieron 27.100 hombres y mujeres españoles que realizaron, entre otras funciones, 28.000 patrullas recorriendo más de 30.000 kilómetros; más de 1.400 misiones de desactivación de explosivos y el adiestramiento de más de 13.000 afganos. El contingente español desplegado llegó a superar en algunos momentos los 1.500 efectivos, y su presencia fue fundamental someter a la insurgencia, luchar contra el terrorismo y reconstruir el país.
La misión más larga de la historia de las Fuerzas Armadas españolas y la mas costosa en vidas
El Coronel Matilla se refería también a la consternación que supuso comprobar que, nada más abandonar Afganistán, el régimen talibán volvió a tomar el territorio, sumiendo al país de nuevo en el terror con un grave retroceso en los derechos humanos, especialmente cruel en el caso del sometimiento de la mujer, que se ha traducido en la huida de 120.000 refugiados. 4.000 de ellos han llegado a España en los últimos meses.
Además de ser la misión más prolongada de las Fuerzas Armadas españolas, fue también la más costosa en vidas. Fallecieron, en su contexto, 102 militares; la mayoría de ellos, en los trágicos accidentes del Yak-42 que se estrelló en Turquía en mayo de 2003, con 62 víctimas mortales, y del Cougar que cayó en 2005 a 20 kilómetros de la ciudad de Herat, con 17.

El Suboficial Mayor del Regimiento Galicia 64, Antonio Tena, y Afganistán
Antonio Tena, Suboficial Mayor del Regimiento Galicia 64, y uno de los mayores conocedores de la misión, fue testigo en primera persona de lo que supuso la llegada del Ejército Español a Afganistán. En la puesta de largo de Misión: Afganistán, era el encargado de explicar qué se esconde detrás de cada fotografía que forma parte de la exposición que acaba de abrirse al público en el Palacio de Congresos de Jaca.
«Afganistán fue para las Fuerzas Armadas Españolas un escenario de formación y de cohesión, ya que a lo largo de la misión participamos los tres Ejércitos: Armada, el Ejército del Aire y el Ejército de Tierra (con Operaciones Especiales y los Cazadores de Montaña). Fue, durante mucho tiempo, nuestra casa», explica Tena, que participó en las rotaciones de de 2008 y 2015. Y que no duda en reconocer el impacto que le causó ver como «sobrevivían» allí las personas, en condiciones en muchos casos infrahumanas, cuando llegó a Afganistán.


Afganistán, «una misión muy de Jaca»
«Esta ha sido, si me permiten, una misión ‘muy de Jaca’. Jaca -concretamente lo que era la Brigada de Cazadores de Montaña en aquel momento- generó el primer contingente que desplegó en Kabul« , añadía el Suboficial Mayor del Galicia 64. Precisamente, el Guión con el que pisaron tierra afgana los militares españoles por primera vez también puede contemplarse en la muestra, donde se han recreado, asimismo, las costumbres del país asiático con distintos objetos en un pequeño rincón.

Como explicaba el Suboficial Mayor del Regimiento, aquel primer contingente que desplegó en Afganistán se había generado en base a la Brigada de Cazadores de Montaña -con sede en Jaca-, de manera que la mayoría de sus componentes estaban muy vinculados a la ciudad. «Y llegamos allí con mucho orgullo de llevar nuestro nombre, Pirineos», recordaba Tena, añadiendo que el Regimiento Galicia, unidad en la que ha servido durante prácticamente toda su trayectoria militar, desplegaría en Afganistán hasta en ocho ocasiones a lo largo de la misión.
«Las características de Afganistán -continuaba- hacen que la nuestra sea una unidad idónea para desplegar allí, y así lo consideró en su día el Gobierno. Sus variaciones meteorológicas; su orografía, con un terreno muy montañoso; la dureza del clima,… es para lo que nosotros estamos preparados».
Así, las fotos muestran la «austeridad, el sacrificio y la disciplina» que cada día trabajan los militares del Regimiento Galicia 64 en el Pirineo Aragonés, pero en el marco de un país hostil y maltratado por el terror y la extrema pobreza. Y al mismo tiempo, recogen momentos «de alegría y dolor, pero de mucha experiencia» en un escenario que parecía hecho a medida para los militares españoles. Y de especial manera, para las Tropas de Montaña y para el Regimiento Galicia.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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