Los huevos de Ulle, la máxima expresión del producto natural y de kilómetro cero a un paso de Jaca

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Josan Rabal es el promotor de este proyecto, en el que las gallinas se crían de forma totalmente natural en la granja de Ulle.

por Rebeca Ruiz

Apostar por los productos de calidad, de la tierra, con todo el sabor de la Jacetania y directamente desde el productor es un valor seguro. Y eso es lo que hace, desde el pasado mes de junio, ULLECO, una granja que se dedica a comercializar huevos camperos en La Jacetania. ULLECO es la máxima expresión del producto de cercanía, el llamado “de kilómetro cero”, que no recorre grandes distancias y puede llegar al consumidor (que puede ver de dónde procede lo que come e, incluso, visitar las instalaciones) sin apenas alteraciones, lo que lo convierte en un producto único con la máxima garantía de calidad y sabor. Y que, por otra parte, ayuda a asentar población en el territorio.
José Antonio Rabal es el promotor de esta idea, que surgió hace más de dos años “intentando encontrar alguna actividad que se pudiera desarrollar en el lugar donde nací, en Ulle, un pequeño pueblo a 5 kilómetros de Jaca”, explica. Así, los primeros pasos del proyecto se dieron en un gallinero doméstico, “valorando tanto el funcionamiento de la actividad como la posible demanda en la zona de influencia”. Rabal lo tuvo claro desde el primer momento: “Quería encontrar alguna actividad que fuera acorde con el tipo de vida que me gusta hacer, que me permitiera vivir de una forma más pausada y disfrutando del precioso entorno donde vivo”.
La elección del tipo de empresa para este gran proyecto tampoco fue casual, ya que se buscaba una actividad que pudiera integrarse en el ecosistema de la zona sin generar impactos residuales, visuales, sonoros o de cualquier otro tipo. Además, recuerda Rabal, “se desarrolla al aire libre, respeta la salud y el ciclo de vida o circadiano natural de los animales”. Otro de sus valores es que “no busca exclusivamente la rentabilidad, sino conseguir un producto de alta calidad” orientado, fundamentalmente, al consumo de los habitantes de la comarca.
Las diferencias entre el producto de estas instalaciones, que pasa por la puesta en valor y el respeto al medio ambiente, y otros que se pueden encontrar en el mercado son muchas. El huevo ULLECO se diferencia de los demás (bien sea camperos o ecológicos) en la crianza de la gallina, lo que le da un sabor y una calidad especiales. Aquí, las aves “se crían totalmente al aire libre, duermen en unas casetas de madera y desde primera hora del día salen y se están moviendo durante toda la jornada, buscando su alimento hasta que se va el sol para volver a dormir a su caseta”, explica Rabal. Es algo similar a la imagen de las gallinas “que hemos visto toda la vida, picoteando por las calles de los pueblos”. Esta es la principal diferencia con cualquier otra explotación campera ecológica o industrial. En el caso de Ulle, no se utiliza luz artificial para que el animal siga comiendo, una práctica habitual que tiene como objetivo modificar el ciclo natural de puesta según la época del año. El proceso de producción de ULLECO es totalmente natural.
En cuanto a las características del producto, estos huevos cuentan con un sabor más intenso y presentan una composición nutritiva más completa, debido a que las aves, al estar expuestas a la luz natural y a estar moviéndose continuamente, asimilan mejor los minerales de su alimentación, transformándolos en unas proteínas de alta calidad y muy saludables”. Este hecho los convierte en un producto óptimo para la salud, reduciéndose su impacto en enfermedades como el colesterol.
La alimentación es otro pilar importante. “No sólo se compone de pienso compuesto, que en el caso de ULLECO es un pienso libre de transgénicos, sino que también se añaden restos de verduras que algunas tiendas me guardan o propias de la huerta, algo de trigo y todos los insectos que las gallinas pueden capturar”, explica el productor.
A pesar de todas estas excelencias, poner en marcha y mantener una explotación de este tipo no es una tarea sencilla. Que la granja se encuentre en un pueblo pequeño, en mitad de un entorno totalmente natural, requiere una mayor dificultad a la hora de comercializar el producto (aunque, en este caso, la cercanía con Jaca ayuda bastante). Tampoco existe apoyo institucional (ya que la mayor parte de ayudas van destinadas a las grandes explotaciones). A pesar de todo, Rabal lo tiene claro: “Para mí, la mayor ventaja es poder vivir en mi pueblo que, al ser pequeño, ofrece la tranquilidad y la posibilidad de vivir sin mirar al reloj”.
El balance de estos primeros meses de funcionamiento es muy positivo. El producto comienza a conocerse en la zona ya con un nombre propio y a hacerse un hueco en el sector. Rabal explica que “los primeros meses han sido muy ajetreados en cuanto al inicio de la distribución, pero muy gratificantes al comprobar que el producto está gustando y que son muchas las personas que se han acercado a conocer la granja y han valorado la forma de plantear el proyecto”.
Actualmente, la distribución se realiza a nivel local, en diferentes establecimientos de la Comarca de la Jacetania. Un listado que va creciendo y que incluye tiendas de alimentación y restaurantes. También existe la posibilidad de adquirir los huevos a través de la venta directa en la granja.
No obstante, y a pesar del éxito de esta iniciativa, “el crecimiento a cualquier precio no es la idea de ULLECO, aunque el proyecto está planteado para ampliar simplemente hasta mil gallinas”. La posibilidad de crecimiento no se plantea a corto plazo, explica su promotor, que tiene la vista puesta en nuevas vías de desarrollo “para hacer subproductos relacionados con el principal, para mejorar la alimentación de las gallinas o para disminuir al máximo los embalajes o residuos”.