
Son miles los héroes y heroínas de Los Sitios de Zaragoza que descansan a orillas del Ebro y a cuya memoria la ciudad hacía justicia con la inauguración, el pasado martes, del monumento Fosa Común, del escultor Jesús Gazol, en el parque Macanaz. Un homenaje con el que Aragón afronta su deuda histórica con los hombres y mujeres que dieron su vida por defender España frente a las tropas de Napoleón. La mayoría, anónimos; otros, célebres. Entre ellos, el barón de Warsage. Fue hace 200 años, pero el espíritu de Los Sitios sigue muy vivo. Y no solo en Zaragoza. El rastro de los descendientes de José de L’Hotellerie de Fallois llega hasta Jaca.
El 19 de febrero de 1809 una bala de cañón acababa con la vida del barón de Warsage en el segundo sitio de Zaragoza
El 19 de febrero de 1809 una bala de cañón acababa con la vida del barón de Warsage en el segundo sitio de Zaragoza, junto al Puente de Piedra. Cada año, por estas fechas, siempre hay alguien que recuerda a uno de los más destacados y valientes militares aragoneses, héroe de la Guerra de la Independencia y lugarteniente del General Palafox.
El barón era tatarabuelo de Roberto L’Hotellerie, padre del conocido actor, guionista y periodista jacetano Toño L’Hotellerie de Fallois. Familia de arraigada tradición militar, Roberto L’Hotellerie -descendiente directo del barón de Warsage- estuvo muy vinculado a la Escuela Militar de Montaña de Jaca y al Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña.
Precisamente, cuando se cumplen 214 años de la muerte del barón, el tatataranieto del caudillo bilbilitano, Toño L’Hotellerie, prepara un monólogo sobre la apasionante figura de su antepasado, hombre clave en la defensa épica y heroica de Zaragoza frente a los franceses. Una circunstancia que coincide con el homenaje que el Ayuntamiento zaragozano acaba de dedicar a las miles de personas anónimas (algunas fuentes citan que fueron hasta 10.000) que dieron su vida para proteger la ciudad.
Fosa Común, de Jesús Gazol, recuerda a los miles de héroes y heroínas que dieron su vida por proteger la ciudad durante los sitios de Zaragoza
El pasado martes y en respuesta a una reivindicación histórica de la ciudadanía, el Ayuntamiento de Zaragoza inauguraba un monumento en recuerdo de las miles de personas -la mayoría, anónimas- que durante los sitios de Zaragoza murieron en la contienda o fueron víctimas de la epidemia de tifus que asoló la ciudad.
La obra del escultor Jesús Gazol, colocada en la confluencia del Puente Santiago con el andador Vicente Comet Sánchez de Rojas, da a conocer la fosa común -así se llama también la escultura- en la que fueron sepultados en 1809 miles de cadáveres tras el momento de la capitulación y que se ubicó en la salitrería de Macanaz.
Durante el acto se vivían momentos muy emotivos. Autoridades civiles y militares participaban en la puesta de largo del monumento, donde la vicealcaldesa zaragozana, Sara Fernández, y el autor de la obra daban paso a la ofrenda de una corona de laurel, al disparo de salvas y a los dances, antes de que los asistentes depositaran claveles blancos y con la música de fondo de la Banda de Guerra de la Brigada Aragón. Entre el público, descendientes de aquellos héroes y heroínas; anónimos muchos, y otros que han pasado a la historia, como la Condesa de Bureta.









Zaragoza honra a sus defensores anónimos
Zaragoza honra a sus defensores anónimos. Aquí enterrados por miles, víctimas de la guerra y la enfermedad, en los sitios que sufrió la ciudad en 1808 y 1809. Así reza la inscripción del monumento de Gazol, esculpido en bronce, que dejará constancia para siempre de aquella gesta heroica donde las haya y reivindicará la memoria de las miles de personas que dieron su vida para proteger la ciudad.
Para el artista, la obra representa «el terror de la guerra a través de personajes que expresan el dolor, la angustia y la pérdida. La desnudez de los personajes transmite el anonimato y la soledad de la condición humana con la que todos nos enfrentamos de igual manera ante la muerte. La fusión de los cuerpos agolpados simboliza la solidaridad y la búsqueda de causas comunes ante la injusticia (…) Esta idea de lucha por este concepto sublime de libertad de todos viene plasmada en el conjunto de personajes aglutinados en la parte superior sobre la pieza de cemento que encarna el mapa de la ciudad en el momento en que tuvieron lugar los sitios de Zaragoza».
Todos, anónimos y célebres, fueron héroes y heroínas. «… Y entre los muertos -que escribiera Pérez Galdós, tal y como se recordaba en el acto del pasado martes- habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde». El espíritu de los sitios sigue muy vivo. En Zaragoza, pero también en Jaca.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

ÚLTIMAS NOTICIAS:
- Cumbres muy aragonesas, danzas de bruixas y el Aragonario, en el móvil
- La importancia del consumo de proximidad llega a las aulas en el Alto Gállego
- Ara se viste de tradición y celebra su cofradía dedicada a la Virgen de la Gloria
- Arnal, Lafita y Escolano se sumergen en la memoria de ‘Larrés, un lugar en el valle de Aurín’
- ‘No a la unión de estaciones’, ‘Salvemos Canal Roya’ y ‘El Pirineo no se vende’, en los accesos a Jaca