Los ciervos de la Ciudadela de Jaca, a punto de la berrea: todo un espectáculo de la naturaleza

Los ciervos de la Ciudadela de Jaca están a punto de comenzar la época de berrea, todo un espectáculo de la naturaleza que se repite cada otoño, por estas fechas, en los fosos del Castillo de San Pedro.

Las condiciones ambientales y de luz de esta estación son las que marcan el comienzo de la ovulación en las hembras, de manera que el ambiente se llena de feromonas que los machos pueden captar a varios kilómetros de distancia, explica el coronel Francisco Rubio, director de la Ciudadela de Jaca. En ese momento, es cuando se pueden escuchar los bramidos del macho dominante. Es la época de celo, que en plena naturaleza comienza un poco antes. Los característicos sonidos guturales que emiten los ciervos no son más que un reclamo sexual, una llamada de atención a las hembras.

Llega la berrea de los ciervos a la Ciudadela de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Llega la berrea de los ciervos a la Ciudadela de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

El oído humano no es capaz de percibir los sonidos más graves que emiten los ciervos durante la berrea

De hecho, y pese a la espectacularidad y fuerza que caracteriza esos sonidos, el oído humano no es capaz de percibir los más graves. Estos se corresponden con los que emiten los machos adultos, y son, al mismo tiempo, los que mayor atracción ejercen sobre las hembras, conscientes de que así garantizarán su descendencia. Es al amanecer y al atardecer cuando, sobre todo, se pueden escuchar estos broncos berridos que, en ocasiones, pueden resultar atronadores.

Durante los últimos días, los responsables de la Ciudadela de Jaca han comenzado a ver cambios puntuales en el comportamiento de los ciervos que indican, precisamente, que está a punto de llegar la berrea. Por ejemplo, ya se puede observar cómo el macho alfa comienza a acercarse a algunas hembras y a apartarlas del resto. «Es curioso observar cómo, cuando comienza la época de celo, se puede ver el rebaño dividido en dos. Por un lado, el macho dominante con sus hembras; y por el otro, el resto de los animales», explica el Coronel Rubio. El resto del año, los ciervos se suelen mover juntos por los fosos del castillo.

Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Grandes luchas por el poder durante la berrea

Actualmente, en los fosos de la Ciudadela habitan en régimen de semilibertad 29 animales. Siete de ellos son machos. Cinco ejemplares nacieron la pasada primavera: Manolín, Pyrene, Trufa, Felipe y Capitán. Y de estos cinco, dos se están cuidando con impronta humana. Son criados a biberón, separados del resto, y se incorporarán a Ecociudadela, la actividad de educación ambiental que se desarrolla, desde hace cuatro años, con gran éxito en el Castillo de San Pedro.

Uno de los ciervos más pequeños, protagonista de Ecociudadela. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Uno de los ciervos más pequeños, nacido este año, en la actualidad. Es uno de los protagonistas de Ecociudadela. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Durante la berrea, los ciervos protagonizan grandes luchas por el poder. Unos enfrentamientos -en ocasiones, a muerte- donde sus poderosas astas son su mejor arma. El ciervo más fuerte -que destaca claramente entre los demás por su ímpetu, su altivez y la musculatura de su cuello- escoge a unas 15 hembras y las pastoreará durante un mes y medio, aproximadamente.

Es una etapa muy dura para los machos, hasta el punto de que llegan a perder hasta el 40% de su masa muscular. Además de la cópula, tienen que vigilar continuamente a sus rivales para evitar que ningún otro macho se acerque a las hembras. No duermen y apenas comen.

Ciervos en la Ciudadela de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Ciervos en la Ciudadela de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Un macho dominante lo es durante un periodo medio de dos años

Al final de este periodo, es posible, incluso, que salga otro macho dominante en la manada, explica el director de la Ciudadela de Jaca. Lo habitual es que un macho dominante lo sea durante una media de dos años. Por eso las probabilidades de endogamia se reducen notablemente, a pesar de compartir recinto.

Tras la época de celo, donde un mismo macho preñará a varias hembras, el periodo de gestación se prolongará durante meses, hasta la primavera, cuando nacerán las crías. Lo habitual es una sola cría, aunque, en ocasiones, nacen dos de cada parto.

Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
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Es tiempo de berrea en el Castillo de San Pedro de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
(FOTO: Rebeca Ruiz)

Cuando van creciendo, se realizan intercambios periódicos de ejemplares con otros núcleos zoológicos, o con parques como Lacuniacha, para evitar que se eleve la tasa de consanguineidad. Los ciervos de la Ciudadela de Jaca viven una media de 20 años, frente a los 12 que suele vivir un ejemplar en libertad.

Además, en esta época del año, comienza a observarse cómo van cambiando de pelo, coincidiendo con la llegada del frío. Los machos perderán también la cornamenta a principio de año, para, una vez que llega el verano, volverla a lucir en todo su esplendor.

Por Rebeca Ruiz

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