La última vez que se celebró la Romería de la Virgen de la Cueva fue en 2019. Hoy, por fin, y después de tres años, los devotos han podido recuperar la tradición y, en el regazo de la Peña Oroel, han disfrutado de una jornada de convivencia y fiesta donde se han bendecido los términos y todo ha vuelto a la normalidad, olvidados ya los malos momentos de la pandemia.
Una romería que ha reunido a generaciones en torno a la Virgen de la Cueva
Con la tradicional misa de campaña -que desde los desprendimientos que se produjeron hace una década en la gruta original, se celebra en la explanada del Parador de Oroel-, arrancaban los actos oficiales de la tradicional romería que, durante generaciones, ha reunido a familias enteras en torno a la Virgen de la Cueva.
Previamente, un grupo de 14 personas, acompañadas de la perra Tuca, ha subido hasta la cueva con la Cruz de Barós, la única que ha llegado en esta jornada tan especial hasta el enclave auténtico, la cueva donde está el origen de todo. Hay que recordar que unos desprendimientos impiden, desde hace años, que la romería se celebre en la gruta, prácticamente destruida, pero junto a la que se conserva la Casa de los Romeros.
Honores a la Virgen de la Cueva
Junto a la de Barós, han presidido los actos, oficiados por el obispo de Jaca, Julián Ruiz Martorell y el rector de Escuelas Pías, Antonio Bastero, las cruces de Navasa, Jaca y Ara. Ha habido ofrenda de flores. Después, ha tenido lugar la veneración y la procesión antes de la bendición de términos en el Canterón Peña Muro, para dar paso a las actividades lúdicas.
Al concurso de tortillas, que organiza la Peña Entadebán, se han presentado 20 candidatas. Se llevaban premio la más grande, la más pequeña y la más original. Además, se ha celebrado una nueva edición del festival de la escuela del Grupo Folklórico Alto Aragón, que ha estrenado una jota para la ocasión.
LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CUEVA. La imagen de la Virgen de la Cueva conserva trazas románicas, pero ha sido objeto de numerosas restauraciones que hacen muy difícil datar su verdadero origen. De la época románica, quizá del siglo XII, quedan el asiento, parte del cuerpo, los pies y restos de policromía. En el siglo XVI se la prepara para la época, para vestirla con mantos. Y durante la Guerra Civil, fue mutilada y destrozada. Posteriormente fue restaurada en Pamplona, donde se le intentó devolver la apariencia románica que hoy mantiene. Está custodiada por los Escolapios de Jaca.
La Hermandad de la Virgen de la Cueva
Muchas han sido las familias jacetanas que, durante siglos, han honrado a la Virgen de la Cueva. Especialmente, las procedentes de las ventas y pardinas del Sudoroel, de Navasa, Artaso y Bernués. Y de Ara, Abena, Binué, Barós, Jaca y Ulle, a principios del siglo XX, cuando la romería vivió uno de sus mejores momentos. Hay que explicar que, desde 1989, y tomando el testigo de la Real Hermandad de Santa Orosia, los hermanos de la Virgen de la Cueva son los encargados de mantener viva la tradición. Aunque, hoy en día, la romería se celebra en el Parador de Oroel, muy lejos de su lugar original.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)
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