La Fontana de Jaca, 100 años de historia de la familia Coarasa entre La Jacetania y Argentina

Hecho, Jacetania. 1911. Con solo 13 años de edad, el cheso Rafael Coarasa Terrén emprende viaje hacia Argentina, en busca de un futuro mejor. Lo hace como tantos otros españoles que, por aquella época, emigran al continente americano, siguiendo los pasos de los parientes que ya habían abierto camino en la hermana tierra de los tangos y el mate y que, por entonces, recibía a los gallegos con los brazos abiertos. Una historia apasionante, la de los Coarasa Terrén, que más de un siglo después se reescribe con la vuelta a casa de sus nietos: Lucas y Agustín Coarasa retornan a sus raíces y abren un nuevo capítulo de sus vidas al frente de La Fontana de Jaca, la emblemática pizzería, que se reinventa manteniendo su espíritu de siempre con nuevos aires… Pero esa es otra historia. O tal vez, la misma.

Rafael Coarasa había nacido en 1898 en la cuna de los Valles Occidentales

Rafael Coarasa, que había nacido en 1898 en la cuna de los Valles Occidentales, viaja solo siendo casi un niño. Llega a Buenos Aires, donde le esperaban sus primos, que habían salido también del Valle de Hecho unos años antes para fundar Casa Terrén, una próspera empresa familiar, un almacén de ramos generales -el equivalente, salvando las distancias, a un centro comercial- donde el abuelo de Agustín y Lucas comenzó a trabajar recién llegado de España.

De izquierda a derecha, Agustín Coarasa, María Inés Rossi y Lucas Coarasa, responsables de La Fontana de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
De izquierda a derecha, Agustín Coarasa, María Inés Rossi y Lucas Coarasa, responsables de La Fontana de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

De Casa Terrén de Hecho a Casa Terrén de Buenos Aires

Casa Terrén se fundó en 1885, en los albores de la ciudad de Azcuénaga (1880) por los tíos de aquel joven cheso de 13 años que emigró a Argentina. Conforme el negocio fue consolidándose, y en el marco de las corrientes migratorias de finales del siglo XIX, fueron incorporándose familiares que, durante los siguientes años, siguieron llegando desde España y contribuyeron a tejer la edad dorada de la sociedad argentina -explican con orgullo los descendientes de Rafael Coarasa-. Una economía boyante que en pocos años supuso el germen de grandes ciudades, al abrigo del desarrollo del ferrocarril, a partir de lo que hasta entonces habían sido pequeñas zonas rurales.

Casa Terrén se consolidó, en poco tiempo, en el epicentro económico y social de la zona. Y con el paso de los años y mucho trabajo y esfuerzo, el abuelo Coarasa Terrén convierte en uno de los socios principales de la prestigiosa firma. Se casa con una argentina y tiene tres hijos, que crecen en una familia muy acomodada, ya que por aquel entonces Casa Terrén ya se había convertido en el proveedor de las multinacionales más importantes del país. El segundo de sus hijos, Enrique Coarasa, padre de Agustín y Lucas (y de sus otros ocho hermanos), siempre tuvo muy arraigado el sentimiento de pertenencia a Casa Terrén. Por eso, cuando desaparece la firma, y tras la muerte de su padre, fueron sus descendientes los que no quisieron dejar que se perdiera la esencia de Terrén y Cía, inevitablemente ya ligada por siempre a la familia.

Los coarasa y El Almacén CT & Cía

Y es en este contexto donde nace en 2011 El Almacén CT & Cía, el restaurante que levantaron de la memoria de los almacenes originales los diez nietos de aquel cheso que emigró siendo un niño a Argentina y que creció al abrigo del viejo edificio de la original Casa Terrén.

Un restaurante que se puede considerar el padre de la nueva La Fontana de Jaca, que acaba de abrir sus puertas como una ventana a Azcuénaga y a los sabores argentinos, pero con la esencia de la cocina española de siempre. Esa que la tía Pilar Coarasa, hermana del abuelo Coarasa Terrén, que también emigraría a Argentina, supo transmitir e inculcar a la tercera generación de la familia, junto con el amor por sus raíces y por La Jacetania que le vio nacer. “Ella fue la que nos enamoró de España”, como explica Lucas Coarasa, hoy ya en Jaca.

La Fontana, una continuación de El Almacén CT & Cía, que sigue abierto en Azcuénaga

Por eso, no resulta casual que los hermanos Agustín -junto con su mujer, también descendiente de españoles (madrileños), y sus hijos- y Lucas Coarasa hayan elegido Jaca para desarrollar su proyecto de vida. Un camino “lleno de señales”, como dice Agustín, que les ha llevado a regentar La Fontana como una continuación de El Almacén CT & Cía, que sigue abierto en Azcuénaga, y cerrando el ciclo que abriera su abuelo Rafael cuando emigró a Argentina hace más de cien años.

“Cocinar, ser amigo de nuestros amigos y amar a nuestra familia e incorporar a ella a todo aquel que quisiera probar nuestra comida” es la mejor manera de definir lo que hoy hacen Lucas y Agustín en La Fontana. Lo mismo que les impulsó abrir las puertas de El Almacén CT & Cía, junto a sus hermanos mayores, hace ya una década.

Agustín Coarasa, en la cocina de La Fontana de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Agustín Coarasa, en la cocina de La Fontana de Jaca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

La Fontana de Jaca, testigo de los coarasa, una de esas miles de familias que tuvieron que emigrar a Argentina

La Fontana de Jaca pretende convertirse, además, en una suerte de museo, testigo de una más de esas historias de miles de familias que tuvieron que emigrar a Argentina en el siglo XIX, pero que nunca perdieron sus raíces y supieron transmitírsela a sus hijos y a sus nietos. Lucas y Agustín Coarasa y María Inés Rossi conservan numerosos documentos originales de sus antepasados y fotografías que, poco a poco, irán llenando las paredes de La Fontana.

Conscientes de la importancia del arraigo familiar, guardan curiosos recuerdos que son las piezas sobre las que se sustenta toda una vida, la de sus antepasados, que un día tuvieron que salir de La Jacetania pero que nunca olvidaron de dónde procedían. La carta de su restaurante es toda una declaración de intenciones y, a través de sus sabores y de los recuerdos que conservan, La Fontana se convierte, para el comensal, en una experiencia única que va más allá de lo gastronómico, despertando en él sensaciones, recuerdos y la nostalgia entrañable de la propia historia que cada uno guarda en su interior y que, la mayoría de las veces, duerme olvidada. 

María Inés Rossi: «Ha sido desarmar una vida para montarla de nuevo»

“Yo no me quejo de mi país, pero no es el lugar en el que yo quería desarrollar mi proyecto de vida ni el futuro de mis hijos”, explica Agustín Coarasa. Durante años, fue una utopía volver a España, pero finalmente, la pareja decide dar el paso. En un contexto económico y político muy difícil, agravado por la pandemia mundial y sus consecuencias, Agustín viaja desde Argentina a Mondragón por motivos laborales, y es allí donde el sueño comienza a tomar forma.

“Ha sido desarmar una vida para montarla de nuevo -explica María Inés Rossi-. Qué es lo que me llevo, qué es importante,… Eso fue, quizá, lo más traumático, lo más difícil”. En su caso, su madre llegó a Argentina con su tío y sus abuelos, en una travesía de la que María Inés guarda con cariño fotografías en blanco y negro, y que, en 1952, les costó 24 días de viaje por barco.

Hoy, Lucas, Agustín y María Inés afrontan más seguros que nunca la nueva etapa en La Fontana. Con la mirada puesta en su Argentina natal, pero con el corazón, ahora sí, en España. Y en La Jacetania, a cuyo espíritu, en el fondo, siempre estuvieron unidos.

Qué pedir La Fontana de Jaca

La Fontana de Jaca abre todos los días y ofrece el menú completo durante toda la jornada, los siete días a la semana. Ofrece comida argentina y española, y también italiana.

Una de sus especialidades es la pizza La Ciudadela, un guiño al Castillo de San Pedro y una original y deliciosa propuesta totalmente artesanal. También está en su carta la empanadilla argentina casera, con carne cortada a cuchillo, con la masa elaborada por el propio restaurante. Y, por supuesto, las milanesas argentinas. Además, en La Fontana hay que probar la espectacular salsa Enrique Coarasa -que debe su nombre al padre de los hermanos Lucas y Agustín-, un estofado a base de carne y setas hidratadas en vino.

Pizza Ciudadela, salsa Coarasa, picada de mar o las patatas del almacén

La picada de mar (una fritada de pescado y marisco) es otra opción. Como el resto de la carta de El Almacén CT & Cía y, por ende, de La Fontana, “es un homenaje a todo lo que nuestro padre nos cocinaba en casa; en concreto, a lo que comíamos cuando íbamos de vacaciones a la Costa Atlántica en Argentina, de niños. Mi padre iba al puerto, a Mar del Plata, y cuando llegaban los barcos compraba lo que traían”, explica Agustín Coarasa. “El sabor te retrotrae a momentos felices. Y es, precisamente, lo que buscamos ofreciéndolo aquí y ahora”, añade.

En cuanto a otras propuestas sorprendentes, se encuentran Las patatas del almacén, un consistente plato con una base de panceta, nata, cebollita y queso gratinado. Y no se puede pasar por alto la pasta fresca. Y como broche de oro, los postres: el brownie de chocolate con nuez, la tarta de manzana y el flan casero al estilo argentino, que son los emblemas de la cocina de los Coarasa.

Además, La Fontana ofrece carta para celíacos y un novedoso sistema de entrega a domicilio, que es su plato fuerte, un servicio especial y diseñado especialmente para ofrecer la mejor atención en el contexto actual de medidas extraordinarias frente al COVID.

Por Rebeca Ruiz

La Fontana de Jaca. Calle Gil Berges, 10. JACA

Horario: Todos los días, de 10.00 a 22.00 horas

Teléfono: 620 82 10 23

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