
Los jaqueses no veían el momento de regresar a las calles para celebrar su Primer Viernes de Mayo y la entrada en la ciudad del Conde Aznar desbordaba todas las expectativas en el esperado estreno de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Tres años han tenido que esperar los bravos jacetanos y las bellas jacetanas para volver a demostrar que Jaca libre sabe vivir a la sombra del Monte Oroel. Ha habido mascarillas, abrazos, reencuentros, besos, risas y lágrimas. Y miradas al cielo recordando a los que ya no están. Pero el orgullo jaqués ha sonado alto y claro en la Calle Mayor, más fuerte que nunca.
Miles de personas abarrotaban las calles de Jaca desde muy temprano en el Primer Viernes de Mayo
Miles de personas abarrotaban las calles de Jaca desde muy temprano en el Primer Viernes de Mayo de 2022. Cortejo histórico, caballería, cortejo del conde, labradores y labradoras, artesanos y artesanas, maceros, el Síndico -este año, la concejala socialista Olvido Moratinos-, el abanderado, los cuatro caballeros con las cabezas moras, la banda de música, las autoridades y, por supuesto, el Conde Aznar y sus huestes victoriosas demostraban que el orgullo jaqués está más presente que nunca, en la celebración, por primera vez, del día grande de Jaca como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Todo recordaba esta mañana los primeros viernes de mayo vividos hasta 2019, antes de la llegada de la pandemia. Parecía que no había pasado el tiempo, salvo por la presencia de las mascarillas. La Hermandad del Primer Viernes de Mayo había decidido recomendar su uso por precaución, a pesar de que ya no es obligatorio.
MCCLXII aniversario de la Batalla de la Victoria
En el mil doscientos sesenta y dos aniversario de la Batalla de la Victoria, la ciudad se reivindicaba con un desfile multitudinario. Unas 850 personas se calcula que, en el acto principal, han arropado al Conde Aznar Galíndez en un evento que se ha vivido con mucha intensidad y con una gran carga de emoción.
La tradición, transmitida de padres a hijos durante las generaciones, alcanzaba su punto álgido con el canto del himno a la puerta del Ayuntamiento. Esta vez, sí, como reza el lema elegido para 2022 por la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, es la frase que define a la perfección lo que se ha vivido durante las últimas horas en la ciudad.
















El Primer Viernes de Mayo en Jaca, Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2020, es una celebración que cada año gana más adeptos, y conmemora la Batalla de la Victoria, que tuvo lugar en el año 760 y en la que el Conde Aznar Galíndez consiguió expulsar a los moros invasores con ayuda del pueblo jaqués -cuenta la leyenda, que las mujeres jugaron un papel decisivo al acudir al campo de batalla para ayudar a los jacetanos-. En el desfile, participan unas 850 personas, ataviadas con trajes medievales, o según los distintos cortejos (del conde o histórico) y escuadras (de labradores y artesanos), aunque la ciudad se llega a colapsar ante las miles de personas que salen a la calle, procedentes de distintos lugares, para seguir la celebración, única por sus características y su significado.

El Primer Viernes de Mayo, desde el almuerzo hasta el himno
El Primer Viernes de Mayo comenzaba, como manda la costumbre, con una diana musical protagonizada por la Banda Municipal de Música Santa Orosia. Este año se ha vuelto a disfrutar del almuerzo junto al cementerio, mientras que la ermita de Nuestra Señora de la Victoria y la Catedral eran el escenario, también como es tradición, de las celebraciones religiosas que preceden desfile principal por la ciudad.
La entrada triunfal del Conde Aznar Galíndez y sus huestes victoriosas, desde la Avenida del Regimiento de Galicia, entre la aclamación del pueblo jaqués, es el centro de todas las miradas en el Primer Viernes de Mayo. La espectacularidad de los trajes, el sonido de los tambores, la disciplina de los escuadristas, la majestuosidad de la caballería y las atronadoras descargas de los trabucos, con el característico olor a claveles y pólvora son los protagonistas del día grande de Jaca.
Y por fin llegó el canto del himno del Primer Viernes de Mayo
El broche de oro para la gran fiesta que se vivía hoy en Jaca no podía ser otro que el Canto del Himno de Eugenio Villacampa Arnal y José Luis Ortega Monasterio, entonado al unísono por miles de personas, con la Banda Municipal de Música Santa Orosia. Este año, el himno se ha hecho de rogar. Pero a nadie le ha importado porque la ilusión y el entusiasmo han podido con todo.
Con los primeros acordes, el canto del himno se convertía, posiblemente, en uno de los momentos más emotivos de la historia del Primer Viernes de Mayo. No en vano, los jacetanos han tenido que esperar tres años para volver a gritar en las calles el orgullo jaqués. Y lo han dado todo en una celebración que se recordará durante mucho tiempo.
Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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