Martes Santo. Desde hace algún tiempo, en un día como hoy, Jaca queda en silencio para escuchar a Emilio Hernández, con su saeta al Cristo de Biscós, arropado por la banda de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo. Todo alma, rasgando el silencio imponente de la tarde de Pasión en una de las procesiones más sentidas y solemnes de la Semana Santa de Jaca. Una voz rota, auténtica y entregada que, cada año, pone los sentimientos a flor de piel. El silencio, esta vez, en Jaca, es diferente. El coronavirus ha impedido que se puedan repetir estos emocionantes y sentidos momentos a los pies de la Catedral.

«Dice una voz popular: ¿Quién me presta una escalera para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los Gitanos, siempre con sangre en las manos… Siempre por desenclavar…» (Antonio Machado)
Lamentablemente, este año no habrá saeta en las calles
Lamentablemente, este año no habrá saeta en las calles. Como tampoco habrá Semana Santa en Jaca. Pero la voz de Emilio Hernández vuelve a sonar, desde el confinamiento que ha traído la pandemia, y se llega, más fuerte que nunca, al corazón de los jaqueses.
«Hoy es Martes Santo. Hoy debía haber sido la procesión de mi cofradía. La verdad es que siento una gran tristeza de no poder estar en la procesión y de cantar al Cristo, arropado por la gente», explica Emilio Hernández. Un sentimiento que comparte con tantos y tantos cofrades que esperan cada año la llegada de La Pasión, razón de ser para muchos. «Me siento orgulloso de ser jacetano y de poder compartir con toda Jaca la saeta desde mi casa», añade Hernández.
La solemnidad y el recogimiento del Martes Santo en Jaca
Cada Martes Santo, durante décadas, Jaca se ha rendido a la solemnidad y el respeto de la Procesión del Silencio, uno de los grandes momentos de la Semana Santa jacetana en el que los pasos del Cristo de Biscós (o Cristo de la Salud) y de La Piedad y el Descendimiento recorrían el casco histórico de la ciudad. No hay que olvidar que se trata de dos de las hermandades más antiguas de Jaca: La de la Piedad, que se fundó en 1734, y la de la Sangre de Cristo, que data de 1.642, aunque su pasado está vinculado con la Cofradía de la Veracruz, que es de 1555.
SEMANA SANTA. El Cristo de Biscós, en una imagen de archivo. (FOTO: Miguel Ramón Henares) SEMANA SANTA. La Piedad, en una imagen de archivo. (FOTO: Miguel Ramón Henares)
El Martes Santo y el Regimiento Galicia
La Procesión del Silencio, protagonizada por la Real Hermandad de la Sangre de Cristo (de la que es Hermano Mayor Honorario la guarnición militar de Jaca -tradicionalmente los militares del Regimieento Galicia 64 escoltan al Crucificado) y la Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad y el Descendimiento, es una de las más sobrias y solemnes de toda la Pasión jacetana. Este año, lamentablemente, no ha podido ser.

La Guarnición Militar de Jaca fue nombrada Hermano Mayor Honorario de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo el 16 de marzo de 1968. Desde entonces, el Coronel Jefe y una escuadra de gastadores del Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña (representando a la Guarnición Militar de Jaca), participa, a petición de la hermandad, en los desfiles procesionales de El Silencio y El Santo Entierro. Precisamente, en 2019, se le rendía homenaje por su más de medio siglo en la Semana Santa de Jaca.
Por Rebeca Ruiz
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