El Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña celebraba este jueves la festividad de la Inmaculada Concepción con los tradicionales honores militares, que se recuperaban tras las limitaciones de los últimos años como consecuencia de la pandemia. Unos 500 efectivos han participado en la parada de la Ciudadela de Jaca y en el desfile posterior en honor a la Patrona del Arma de Infantería, en una mañana marcada por la lluvia, la expectación ante el desfile, y los aplausos y las muestras de cariño de los cientos de personas que han arropado el paso de los militares.
Actos en la Ciudadela de Jaca y desfile por las calles de la ciudad con motivo de la Inmaculada
La Ciudadela de Jaca se convertía en el escenario del acto castrense celebrado con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción, Patrona de la Infantería española. Previamente, los actos comenzaban con la eucaristía en la Catedral de San Pedro.
El Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña conmemoraba a su Santa Patrona, la Virgen Inmaculada, con una parada militar presidida por el General Jefe de la División San Marcial, Juan Carlos González Díez. Durante el acto, Antonio Tena, Suboficial Mayor del Galicia, leía un fragmento del relato del Milagro de la Batalla de Empel. Unos hechos que acontecieron hace 437 años en Flandes y que dieron lugar a la proclamación de la Inmaculada Concepción como Patrona de los Tercios españoles, actual Infantería Española.
Además, en el transcurso del acto de la Ciudadela, que ha estado presidido por autoridades civiles, militares y religiosas, y que también contaba con la presencia, entre otros, de África Sangrán Dávila -Marquesa de los Ríos y descendiente del primer Coronel Jefe del Galicia que el pasado mes de octubre amadrinaba la entrega de la nueva Bandera del Regimiento- , se despedían de su Enseña antiguos componentes del mismo tras su paso a la situación de reserva: el coronel Julio Fernández Casamayor, el teniente Luis Zapata Paños, el teniente Javier Mateo Lorente y el teniente Gonzalo Andrés Bayo.
EL MILAGRO DE EMPEL Y LA PROCLAMACIÓN DE LA INMACULADA COMO PATRONA DE INFANTERÍA
El Milagro de Empel o la Batalla de Empel tuvo lugar los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la Guerra de los Ochenta Años, en la que un Tercio del Ejército Español, el Tercio Viejo de Zamora, comandado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentó y derrotó contra todo pronóstico a una flota de diez navíos de los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos, bajo mando del almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein.
El hallazgo de una tabla de la Virgen por parte de uno de los soldados y la oportuna congelación de un río hizo que la victoria (que hasta el momento había sido impensable) se atribuyera a la intercesión de la Inmaculada Concepción. Y, por ello, la Concepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles, actual Infantería Española.
coronel Ortiz: «La Infantería es sufrida»
«La Infantería es sufrida. Decía el Coronel Don José María Sánchez de Toca y Catalá, en una conferencia impartida con ocasión del centenario del patronazgo de la Inmaculada, que lo normal de la Infantería es la fatiga, el frío, la mojadura, el sudor, que duelan hasta las botas; pero la Infantería también es compartirlo todo, es esforzarse sin pedir nada a cambio y haber entendido que se vive para los demás». Eran las palabras del Coronel Antonio Ortiz, Jefe del Regimiento Galicia, durante el acto del Castillo de San Pedro.
«Somos herederos de un espíritu inmortal -continuaba el Coronel Ortiz en su alocución- que ha inspirado la formación de generaciones de infantes, siglo tras siglo, espíritu del que tenemos que sentirnos orgullosos y que tenemos la obligación de mantener. Porque, cuando nada más quede, siempre habrá un infante que, aferrado al terreno bajo las inclemencias del tiempo, luchará hasta la última gota de su sangre».
Por eso, el Coronel Ortiz ha instado a las tropas a seguir «fomentando día a día los valores que hacen inquebrantable nuestra moral, que dan sentido a nuestro esfuerzo diario y que constituyen la medula de nuestra vocación de infantes: austeridad, fortaleza, esfuerzo, sacrificio, lealtad, valor y compañerismo».
Condecoraciones en el Día de la Inmaculada
Ha habido revista a las tropas y homenaje a los caídos. Y tampoco ha faltado el Himno de Infantería y las salvas.
Además, en el Castillo de San Pedro se imponían diferentes condecoraciones al personal militar merecedor de ellas. En esta ocasión, eran recibían distintos reconocimientos 24 militares: tres con la Encomienda de la Real Orden de San Hermenegildo; cinco, con la Cruz a la Constancia, y 16 con la Cruz al Mérito Militar con distintivo Blanco.
A pesar de la lluvia, numeroso público ha acompañado a los infantes en su día. También el mal tiempo presidía uno de los momentos más destacados de la jornada, el del desfile por el centro de la ciudad. Un acontecimiento muy esperado en Jaca, ya que no se celebraba en este día desde antes de la pandemia.
En esta ocasión, y como anécdota, cabe destacar que abría el desfile el perro Koda, perteneciente a uno de los militares de Mando y Apoyo, que ha desempeñado a la perfección su papel, mientras que lo cerraban los vehículos del Regimiento que han desfilado por la Avenida del Primer Viernes de Mayo antes los aplausos del numeroso público que ha seguido los actos.
Por Rebeca Ruiz
FOTOS: Ana López Artillo/RICZM 64
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