
por Rebeca Ruiz
El Plan de Erradicación del Chabolismo de Jaca contempla una solución para el Barrio San Jorge en un plazo aproximado de cinco años; un plazo en el que se prevé que puedan estar fuera de este barrio de infravivienda las cerca de 30 familias que viven en él en estos momentos. Así lo explica la concejala de Acción Social, Susana Lacasa, quien recuerda que, en las cuentas para 2018, el Ayuntamiento jaqués ya ha consignado una partida presupuestaria para este fin.
De esta forma, el Plan de Erradicación del Chabolismo de Jaca prevé que cada año puedan salir de San Jorge cuatro o cinco familias, en función de las viviendas que se puedan ir habilitando para este fin. Es el objetivo marcado para los próximos ejercicios, aunque podrían registrarse retrasos en función de cómo puedan materializarse las adquisiciones de viviendas y los traslados, o acelerarse los desalojos, con cuestiones ajenas al propio plan, como la construcción de la variante o los planes que pueda tener Fomento para los próximos años.
«La erradicación del chabolismo en Jaca es una cuestión social; y hace 50 años que habría que haber acabado con esa situación, porque es un barrio de infravivienda -con todo lo que ello supone- que se creó en su momento como una solución temporal y lleva 50 años de deterioro», señala la concejala, a lo que añade que «está en un lugar que parece que está puesto para que no se vea; donde si no entras, no sabes cómo se vive realmente en ese barrio». Lacasa reconoce que «no son unas condiciones de vida dignas para nadie: un barrio de chabolas, con todo lo que ello supone; donde viven mayores, niños y personas con discapacidades reales y reconocidas; con un suelo no urbano, que se va desplazando porque está situado en una ladera…», recuerda.

En este contexto, la construcción de la futura variante es un problema añadido a las malas condiciones del barrio que, desde todos los ángulos está condenado a desaparecer «y desaparecerá en pocos años», explica la concejala.
Discrepancias
El problema está sobre la mesa porque los vecinos de San Jorge denuncian que no están de acuerdo con que se les ofrezca «viviendas de tránsito» para salir del barrio. En este sentido, Lacasa mantiene que esto no es así y explica que las familias que van saliendo de San Jorge van a «pisos en régimen de alquiler social, con unas características más específicas. Los pisos de alquiler social que tiene en estos momentos el Ayuntamiento de Jaca requieren unos mínimos de ingresos, como sucede en el resto de Aragón. En el caso de San Jorge, estos requisitos no se cumplen, porque hay muchas personas del barrio que no alcanzan siquiera ese mínimo -por eso tienen unas condiciones especiales-«, matiza, y niega que se trate de pisos de tránsito.
«Lo que sucede es que si dejan de cumplir los requisitos por los que se les ha adjudicado esa vivienda -como pasarse del baremo de ingresos estipulado para estos casos-, o si cambian sus condiciones personales y pueden hacer frente a un alquiler libre, entonces sí que deben dejarla, porque seguro que hay otra familia que necesita más esa casa; pero la fundación les ayudará a buscar, no se quedarán en la calle», explica.
Así, la idea de ese banco de vivienda social que se está creando en Jaca es mejorar las condiciones de vida de familias que se encuentran en situaciones muy complicadas; si en un tiempo determinado mejoran esas condiciones, las casas pasan a solucionar otros problemas más graves, porque al margen de la erradicación del chabolismo, «en Jaca, hoy por hoy, también hay problema de infravivienda fuera de San Jorge». En todo caso, Lacasa asegura que «nadie va a volver debajo de un puente; todos los que dejen el barrio no van a estar en peores condiciones que las que tienen ahora. De hecho, de todos los que han salido del barrio, nadie ha vuelto a San Jorge», como lo demuestra el dato de que en este lugar llegaron a vivir 80 familias y hoy quedan menos de 30, recuerda Lacasa.
Comisión técnica
En estos momentos, es una comisión técnica la que se encarga, entre otros cometidos, «de concienciar a los propios vecinos de la necesidad que hay de buscar una solución al Barrio San Jorge y del Plan de Erradicación del Chabolismo». Tras varias reuniones, se realizaba un estudio sobre la situación real del barrio y se sacaba una serie de conclusiones, explica Lacasa; entre ellas, las que han posibilitado la contratación de una educadora social por parte de la Comarca de la Jacetania y dos mediadoras socioculturales gitanas de Jaca -en respuesta a la petición de la Asociación Gitana Mistós-, que trabajan desde hace unas semanas en el barrio.
La puesta en marcha de este equipo es el primer paso («y fundamental», considera la concejala) para implantar el Plan de Erradicación del Chabolismo. Además de estas tres profesionales, en el marco del plan, desarrolla su labor una trabajadora del Servicio Social de Base, la trabajadora social de Cáritas y la educadora social de la Fundación Thomas de Sabba.
Situación actual
En este momento, ese equipo técnico se ha dividido en dos subequipos, formados respectivamente por educadora social, trabajadora social y mediadora, al igual que las casas del barrio (en dos partes), para poder conocer más de cerca la realidad social y poder ofrecer de manera eficaz las soluciones que se necesitan a través del contacto directo con los interesados. No sólo se trabaja en el desalojo paulatino del barrio, sino que también se ha reforzado la atención a los vecinos en cuestiones sanitarias y educativas. Así, se viene realizando desde algún tiempo acciones de formación en oficios, como conocimientos básicos de construcción, en algunos de los cuales se prioriza a este colectivo, y el Ayuntamiento ha anunciado que va a seguir trabajando en esta línea.
«La idea es que en cinco años desaparezca el barrio; con la previsión de poder sacar a viviendas dignas de San Jorge cuatro o cinco familias al año», e ir derribando las casas del barrio paulatinamente en función de las que peor estén. La concejala recuerda que cada decisión que se toma va al patronato de la Fundación Thomás de Sabba, donde está representado el Ayuntamiento -el alcalde, Juan Manuel Ramón y la concejala de Acción Social; PAR, Chunta y PP, Cáritas y la Asociación Gitana Mistós, y asegura que «las decisiones que se han tomado allí han sido secundadas» y son conocidas por los representantes de Mistós. Asimismo, defiende el «difícil papel» de la fundación, pero, asegura, «hay que tener el objetivo claro, que es la erradicación del chabolismo y sacar del barrio a esas familias».
Prioridades
Lacasa explica que, a partir de unos criterios aprobados por el patronato, se establecieron prioridades de salida de San Jorge. «Saldrá el que quiera salir antes del que no quiera; también saldrán las primeras las familias que tengan hijos menores de 16 años», matiza, a lo que añade que, asimismo, forman parte de estos criterios las características de las viviendas de las que pueda ir disponiendo la Fundación Thomas de Sabba (por ejemplo, en función de que se ajusten al tamaño o las necesidades de la familia adjudicataria).
«En estos momentos hay tres familias que han manifestado que querían salir del barrio y, ahora, tenemos dos viviendas. Se va a intentar hablar con los vecinos para que las familias que estén en peores condiciones puedan ocupar las casas que ahora van a quedar libres en el mismo barrio, siempre que estén en mejor estado que las que ocupan, intentando reubicarlas». El objetivo, en último término, es mejorar en lo posible la calidad de vida de los vecinos del barrio San Jorge en lo que llega la solución definitiva y pueden salir todos de San Jorge.
Financiación
«Se presupone que la autovía va a ocupar parte del barrio y que va a haber indemnizaciones, pero no sabemos nada más. En todo caso, teniendo en cuenta que el terreno es de Cáritas, esta organización tiene el compromiso de que el dinero que reciba por estas expropiaciones irá destinado íntegramente al Plan de Erradicación del Chabolismo», explica Susana Lacasa.
Además, el Gobierno de Aragón ya ha comprometido una partida para este plan, a través de la Junta de Compensaciones Patrimoniales (fondos procedentes de herencias), y el Ayuntamiento de Jaca destinó en 2017 más de 100.000 euros a este fin, una partida similar a la aprobada para este ejercicio. El objetivo de este presupuesto es «subvencionar a la fundación para que compre viviendas». Unas casas que son adquiridas por el Ayuntamiento de Jaca y Cáritas y que pasan a ser propiedad de la Fundación Thomas de Sabba (que, recuerda Lacasa, es «una fundación municipal que está controlada y fiscalizada por el interventor municipal»).
En todo caso, la concejala de Acción Social anuncia que «se va a seguir trabajando» para mejorar esta situación que se arrastra con esta barriada ya desde hace décadas y que afecta ya a tres generaciones, y que todo lo que se pueda hacer en este sentido será para mejorar la situación de unas familias que, hoy por hoy, viven en una situación de pobreza y miseria extrema en San Jorge, con unas condiciones lamentables que parece que, afortunadamente, tienen los días contados.
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