Trashumancia de las abejas de Cielos de Ascara a Ansó y Aísa

La trashumancia de las abejas del proyecto Cielos de Ascara, que desarrolla Atades en esta localidad de la Jacetania, hasta Ansó y Aísa comenzaba esta semana. Durante estos días, las abejas son trasladadas siguiendo las floraciones, para conseguir un producto único, que se comercializará bajo la marca Legado de Ascara. Con esta acción, se culmina el movimiento de verano de la trashumancia apícola a la zona de montaña.

TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)
TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)

Cielos de Ascara desarrolla apicultura ecológica, por lo que la explotación va siguiendo las floraciones silvestres, ya que las abejas, en este tipo apicultura, deben mantener siempre una distancia de seguridad respecto a cultivos melíferos en flor convencionales -plantas que dan néctar, como el girasol o la colza-. Así se garantiza la pureza de la miel, al no tener las abejas ningún contacto con cultivos que hayan podido estar expuestos a productos químicos de síntesis.

En el Pirineo, tradicionalmente, no se realizaba trashumancia de abejas

Se trata de una actividad singular, ya que en la zona del Pirineo, tradicionalmente, como puede suceder en otros puntos de España, no se realizaba. En este caso, la base de la explotación está en Ascara, y desde allí, en función de la floración, se van moviendo las colmenas. La trashumancia distingue tres temporadas de trabajo, que permiten desarrollar un calendario durante prácticamente todo el año, desde enero o febrero hasta octubre.

Lucas Marcén es el coordinador del proyecto Cielos de Ascara, y explica cómo se está desarrollando la actividad apícola: «Durante los meses invierno, para evitar que las abejas gasten más energía por las bajas temperaturas, las bajamos al municipio de Farlete, en los Monegros». Allí, dependiendo del año -porque la fecha, la cantidad y las condiciones de la floración varían en función de la meteorología-, se trasladan las colmenas. Este movimiento se suele hacer unos 15 días antes de la floración, para que las abejas reconozcan su nuevo hábitat. Es una zona donde comienza a florecer muy pronto el romero silvestre y, a continuación, le llega el turno al tomillo -en conjunto, casi tres meses de actividad-.

TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)
TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)

110 colmenas

En Cielos de Ascara se trabaja actualmente con 110 colmenas, pero el objetivo es duplicarlas en un plazo de tres años. Es una explotación media, pero ya tiene un tamaño importante, pues, como explica Marcén, «no es lo mismo una explotación convencional que una ecológica y en trashumancia». La explotación de Cielos de Ascara se inició en 2017, a la par que el resto del proyecto, que abarca la producción de otras especialidades agroalimentarias.

El primer año no hubo producción, ya que, en los inicios de una colmena, las abejas emplean toda su energía en construir lo que será su casa. Por ello no producen miel para recolectar, sólo cera -que es miel transformada-. En 2018, por primera vez, se realizó la trashumancia hasta Monegros, donde Cielos de Ascara obtuvo la primera cosecha de miel (de Monegros o de Farlete). El año pasado hubo tres cortes (cosechas), uno por asentamiento: en Farlete, en Ascara y en Ansó. En 2018 se recogieron unos 400 kilos de miel.

TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)
TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)

Los movimientos de la trashumancia

Este año, la operación es similar. Durante los meses de abril y mayo, momento en que comienzan a salir las flores silvestres en la parte más al sur de la Jacetania, las abejas regresaban a Ascara, una parada intermedia entre Monegros y la Alta Montaña. De Farlete, en el primer corte, se sacaron 105 kilos de miel y se espera conseguir unas cifras de producción similares al año pasado, ya que se están incorporando aún colmenas que todavía no están al máximo rendimiento. En agosto, cuando vuelva el frío, las colmenas regresarán a Ascara, donde en otoño se espera otra importante entrada de néctar y melaza. Aunque, obviamente, todo dependerá de las condiciones meteorológicas y de la evolución de la floración.

TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)

La trashumancia a Ansó y Aísa

En los lugares donde la temperatura es más baja, la floración llega más tarde y es más suave y más prolongada en el tiempo. Este año, las abejas de Ascara se trasladaban a Ansó, «a 1.500 metros de altitud para aprovechar toda la zona de pastos y praderas de montaña». Y también, por primera vez, han llegado al Valle de Aísa.

La normativa de miel marca la diferencia basándose en la naturaleza del producto, sin hacer distinción entre el origen geográfico de la misma. Sin embargo, aunque actualmente no se tome en cuenta la referencia geográfica la producción, en el caso de la miel de Cielos de Ascara, hay que considerar que su origen es una característica única (mieles producidas por encima de los 1.000 metros y ecológicas). Si no fuera por la trashumancia, sería muy difícil conseguir un producto de alta montaña, seña de identidad del territorio.

TRASHUMANCIA. Cielos de Ascara. (FOTO: Borja Duarte)

Optimizar los tiempos de la trashumancia

Actualmente, los responsables de la labor apícola de Cielos de Ascara están analizando las zonas y la producción, «ya que esto es un aprendizaje continuo», explica Marcén. La intención es aplicar todo este conocimiento en los próximos años, para «optimizar los tiempos de la trashumancia». Además, tampoco se tocan todas las colmenas, «sólo aquellas que son más fuertes, las que van a producir». Las colmenas se mueven de noche. Supone un esfuerzo muy importante realizar la trashumancia, de manera que sólo se trasladan las que más interesa.

Próximamente, la miel ecológica Legado de Ascara saldrá a la venta. La intención es que este otoño esté en establecimientos locales, en Ascara, en Gardeniers (Zaragoza) y en ferias y mercados locales. Un producto «solidario», «cien por cien natural», «ecológica y sin aditivos», y «local» son las etiquetas que garantizan la calidad de un producto único que en muy poco tiempo podrá llegar al consumidor final.

Cielos de Ascara cuenta actualmente con 7 trabajadores, un equipo que integra personas con diferentes discapacidades y cuyos miembros son de la Comarca de la Jacetania.

Por Rebeca Ruiz

Fotos: Borja Duarte

TRASHUMANCIA. Primera miel comercializada, en 2018, por Cielos de Ascara. Este año, saldrá la primera miel bajo la marca Legado de Ascara (FOTO: Borja Duarte)
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