«Buen tizón, buena brasa»: La zoca de Navidad ardió en Jaca, entre la tradición y la mascarilla

La zoca de Navidad volvió ayer a arder en Jaca, en un sencillo evento caracterizado por la tradición, las mascarillas y las limitaciones por la pandemia. Apenas 20 personas sentadas y alguna más de pie, pero respetando los protocolos COVID, pudieron seguir el encendido de la zoca, como es ya tradicional, en la Plaza Ripa. Los Gaiters de Chaca volvieron a poner la banda sonora al acto y Fran Ponce hizo, un año más, de maestro de ceremonias.

Encendido de la zoca. (FOTO: Rebeca Ruiz)
Encendido de la zoca. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Como cada año, no podía faltar el cuento de Navidad. Esta vez, fue Ponce el encargado de relatarlo, en un guiño a las expresiones aragonesas y a las costumbres de la tierra. En esta ocasión, como consecuencia del coronavirus, no han podido participar en el evento Las mayores cuenteras, que son las que hacen los honores cada año por estas fechas.

La zoca es el símbolo de la Navidad pirenaica más auténtica

«La zoca es el símbolo de la Navidad pirenaica; unas navidades, este año, que van a ser atípicas pero muy entrañables, porque hace muchísimo tiempo que no vivíamos una situación igual, donde la ausencia de nuestros visitantes nos va a permitir encontrarnos con nosotros mismos», explicaba Fran Ponce. «Vamos a pasear, nos vamos a encontrar, a estar hablando, nos vamos a felicitar,… Será increible, porque no estamos acostumbrados a esto.

Las calles están siempre llenas de gente y, a veces, parece que nosotros somos los de fuera. Por eso, este año va a ser muy entrañable. Más que nunca, el fuego montañés, la zoca de Navidad va a alegrar nuestros corazones». Eran las palabras de Ponce, cargadas con un claro mensaje de optimismo ante la situación actual.

«BUEN TIZÓN, BUENA BRASA…», y la zoca ardió…

«Buen tizón, buena brasa, que Dios bendiga a los que estamos en la plaza». Con estas palabras, y al tiempo que un niño hacía la señal de la cruz rociando con vino el tronco, los asistentes seguían el ritual bajo las indicaciones de Fran Ponce. Una adaptación para el momento de la bendición tradicional, que marcaba el momento de prender la zoca entre los aplausos del público.


«A buen tizón, buen barón, buena casa, buena brasa, que Dios bendiga al amo y a la dueña de esta casa»

EL ENCENDIDO DE LA ZOCA ES UNA TRADICIÓN ANTIQUÍSIMA, CON ORÍGENES ANCESTRALES

El encendido de la zoca es una tradición antiquísima, con orígenes ancestrales, muy característica de los pueblos montañeses y, más concretamente, del Pirineo Aragonés.
La zoca es un tronco que se prendía, tradicionalmente, en los hogares pirenaicos por Nochebuena, en los fogarils, siguiendo un rito ancestral que terminaba, dicen, con el esparcimiento de las cenizas por los campos de labor para asegurar una buena cosecha.

Con la desaparición de las chimeneas de las casas antiguas, esta costumbre, muy arraigada en la zona durante la época navideña, fue desapareciendo, y desde hace algunos años hay un compromiso firme para recuperar este símbolo como parte importante de la historia de Jaca y de las gentes de esta tierra. De hecho, además del encendido popular de la zoca, muchos establecimientos de la Jacetania contribuyen a su recuperación poniendo en sus escaparates o en sus chimeneas troncos navideños, a modo de zocas.

Por otra parte, en el Mercado Jaca Pirineos de estas navidades, están a la venta pequeñas zocas para encenderlas en cada casa. Es el lado más solidario de la zoca navideña. Los beneficios irán destinados a Cruz Roja.

Por Rebeca Ruiz (texto y fotos)

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