
Biescas reivindica su historia y sus raíces con la recuperación de su lavadero. El Ayuntamiento pelaire acaba de concluir la rehabilitación de este emblemático espacio, devolviéndole la imagen que tuvo a principios del siglo XX y poniendo en valor toda la zona a partir de una minuciosa restauración en la que se ha dado especial importancia a los elementos originales y al aspecto histórico que tuvo este lugar más de un siglo atrás.
«Cuando pensamos en recuperar el lavadero, hablamos con Antonio Lalaguna, que ya había investigado sobre cómo era en origen este lugar», explica la alcaldesa de Biescas, Nuria Pargada. Lalaguna (conocido en Biescas como Peinón), es presidente de la Asociación Cultural Erata y autor de destacados trabajos -entre otros muchos-, como el de la restauración de la Fuente de las Mercedes, en la plaza de La Peña.
La obra del lavadero de Biescas
Antes de la reconstrucción del lavadero, apenas quedaba la acequia y una valla muy deteriorada, y pocos vestigios de lo que había sido históricamente este lugar. Tras descubrir las losas originales, junto a otras recuperadas de otro lavadero que debió existir río abajo, comenzó el proyecto que hoy ha devuelto a la zona la imagen que tuvo hacia 1.900.
El lavadero estaba construido en origen junto a otro edificio sobre la acequia, un matadero ya desaparecido del que aún existe memoria en Biescas.
A partir de dos fotografías históricas a las que tuvo acceso Lalaguna, en las que aparecía la construcción original, descubrieron que este tuvo una cubierta. Así, se decidió reconstruir este espacio con la mayor fidelidad posible, en base a estos fondos documentales, respetando su estructura e integrándolo en el entorno.
Un puente «de cuento» junto al lavadero
Junto al lavadero, se ha construido un puente que da acceso al aparcamiento cercano. En este caso, no existía referencia previa. «No sabemos bien cómo era anteriormente, pero ha quedado precioso. Es un puente de cuento», señala Pargada -acompañada en la presentación por el concejal de Turismo, Javier Pargada-.
Para la alcaldesa, este enclave se va a convertir, a partir de ahora, en una «seña de identidad de Biescas». Y es que el acondicionamiento de esta zona, a escasos metros del centro del pueblo, ha mejorado sustancialmente su imagen, dando como resultado un espacio muy agradable para el disfrute de vecinos y visitantes. Y, al mismo tiempo, se hace un guiño a las raíces y a la historia de Biescas y de un lugar que fue muy importante como punto de encuentro durante generaciones.
«Desde el Ayuntamiento -señala Pargada- queremos agradecer el trabajo de la Brigada Municipal. No solo de las personas que han trabajado aquí, sino también de todos los compañeros que han desarrollado otras labores mientras se realizaba esta obra; de los trabajadores del Plan Remonta que también han participado» en la recuperación del lavadero.

22.000 euros de presupuesto y el trabajo de la Brigada Municipal de Obras
El presupuesto para recuperar el lavadero de Biescas ha ascendido a 22.000 euros, explica el concejal de Obras, Pepe Otal, y las obras se han realizado con la Brigada Muncipal.
Tal y como señala el edil, el proyecto inicial fue evolucionando, ya que al principio solo se trataba de adecentar este espacio y, conforme se iba teniendo más información, se ha tratado de recuperar el conjunto con el mayor rigor posible.

Se ha utilizado, para ello, piedra, hierro, ladrillo y madera, los materiales habituales en las construcciones del entorno. Además, «se han acondicionado los muros colindantes y se ha limpiado la acequia, desde el puente hasta casi el canal», respetando la morfología del entorno y mejorando visiblemente la imagen de toda la zona.
Elementos tradicionales para el puente del lavadero
«Todos los trabajadores de la brigada somos de Biescas, por lo que la implicación ha sido máxima. Por eso pensamos en qué elemento podría ser típico de la zona y que se estuviera perdiendo, como el suelo de canto, que propusimos colocarlo en forma de abanicos», señala Lalaguna, acompañado, en el proyecto, por Raúl Pérez.
El puente, rematado en forja, ha sido construido en piedra íntegramente por la brigada, que se ha volcado en la reconstrucción del conjunto del lavadero. «Una brigada polivalente -destaca Lalaguna-. Da gusto trabajar con mis compañeros».

«Lo que conocíamos del lavadero de Biescas era muy precario, y solo se veía la hilada de losas dispuestas en la margen izquierda. Nos dimos cuenta de que en la margen derecha, bajo el asfalto, asomaban losas, lo que nos hizo sospechar que originariamente se aprovechaban ambos lados de la acequia para lavar. Las sacamos con una máquina y las recuperamos», recuerda Lalaguna.
«Cada día que pasaba, descubríamos algo nuevo», por lo que el proyecto inicial ha tenido que ir evolucionando y la labor ha sido -señala- «emocionante». «Creo que recuperar un poco del pasado siempre es importante», concluye.
Ahora, con la recuperación del lavadero de Biescas, la localidad también ha recuperado parte de su historia.
Por Rebeca Ruiz

Así era el lavadero de Biescas (FOTOS: Antonio Lalaguna/Asociación Cultural Erata):









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