Amigos de Serrablo, por la difusión del Patrimonio

Amigos de Serrablo es una asociación afincada en Sabiñánigo que comienza su andadura en 1971, y que durante estos más de cincuenta años viene trabajando por la cultura y el patrimonio locales. A lo largo de este tiempo ha recibido cuantiosos reconocimientos, entre los que destacan la Medalla de Oro a las Bellas Artes, concedida por el Ministerio de Cultura en 1985; la Declaración de Utilidad Pública, por el Ministerio del Interior, en el año 2000; o el Premio Europa Nostra, de dicha institución, que vela por el patrimonio europeo, en 2002. Contando con numerosos voluntarios a lo largo de estas décadas, ha sido fiel a su vocación conservacionista y de difusión, teniendo en su haber la recuperación de decenas de iglesias y ermitas medievales, algunas de ellas a punto de desaparecer.

Amigos de Serrablo, por la difusión del Patrimonio. Participantes en el curso 'Asóleo y meditación en la ruta de Serrablo'.
Amigos de Serrablo, por la difusión del Patrimonio. Participantes en el curso ‘Asóleo y meditación en la ruta de Serrablo’.

Entre los logros de Amigos de Serrablo está el haber recuperado innumerables elementos arquitectónicos de los pueblos que componen la comarca

Entre sus logros está también el de haber recuperado innumerables elementos arquitectónicos de la arquitectura popular de los pueblos que componen la comarca, así como gran cantidad de otros elementos de la vida cotidiana de hace décadas, salvándolos del expolio tras el éxodo de la población. Desde 1979 se le han ido dando acomodo en distintas estancias de Casa Batanero (siglo XVIII), convertido en el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo, donde se exponen con gusto, ordenados por oficios, los objetos empleados en las labores tradicionales.

Otro de los monumentos puestos en valor era el castillo de Larrés (siglo XVI), que alberga desde 1986 el Museo de Dibujo Julio Gavín, único en España, con exposiciones permanentes y temporales de grandes dibujantes, entre los que se encuentra el propio Julio Gavín, presidente durante tres décadas y uno de los precursores e impulsores de la asociación.

Asóleo y meditación en la Ruta de Serrablo

Y no podía comenzar de mejor modo el curso que reuniendo a un destacado elenco de autoridades en cada una de sus materias, con un sorprendente programa de actividades que hacía las delicias de los asistentes. Se llevaba a cabo en uno de los templos más emblemáticos de la extensa lista de recuperaciones, la iglesia de San Juan de Busa, en las cercanías de Lárrede, que se cree fuera la parroquial de un antiguo asentamiento medieval, y que se ve hoy en día como ermita. Actividades que contaban con la participación de ponentes de excepción, que nos hacían sentir las vibraciones que emanaban de las enseñanzas que tan generosamente ofrecían al entregado auditorio.

Comenzaba la velada con una sesión de yoga a cargo de Inés Férriz, profesora de Annica Yoga, teniendo que adaptar los contenidos para realizar asanas sobre nuestros propios asientos, ya que la persistente lluvia impedía realizarlo en el exterior. Esta sesión culminaba con una meditación cuya dirección compartía con Jacobo Elizalde, terapeuta de sonido y psicoterapeuta transpersonal, que nos envolvía con los sonidos de cuencos tibetanos y gongs, «combinación que permite alcanzar fácilmente estados de calma y tranquilidad», como indicaban en el programa.

De San Juan de Busa a San Benito de Orante

A continuación, era Miguel Giribets, investigador y radiestesista, entre otras cosas, quien daba a conocer el fruto de sus investigaciones en el campo de la radiestesia, técnica que se ocupa de la captación de los estímulos electromagnéticos de la tierra en beneficio humano. «Una técnica ancestral que, gracias a su práctica podemos sentir la energía de la Madre Tierra, habiéndose usado desde la prehistoria para situar los lugares de enterramiento, vivienda o centros sagrados».

Tras dar unas pinceladas generales, en particular lo hacía de las condiciones encontradas tanto en este templo de San Juan de Busa, como en el de San Benito de Orante, sobre los que manifestaba su gran admiración, ya que se trata de casos realmente excepcionales en la confluencia de energías.

Un breve descanso mediaba, en el que se ofrecía torta y vino, y que se aprovechaba bajo la lluvia, para escuchar al naturalista, educador ambiental e investigador José Miguel Navarro, que nos descubría detalles arquitectónicos del templo en el marco de conocimientos generales de las iglesias serrablesas.

La luz a través de la trífora, símbolo de Amigos de Serrablo

La siguiente actividad, conducida también por Navarro, se veía mermada por la ausencia de sol, ya que se trataba de contemplar el asóleo que se produce sobre el altar en estos días próximos al 29 de agosto, festividad de la degollación de San Juan Bautista, a quien está advocado el templo. No obstante, nos proyectaba imágenes en las que se apoyaba para explicar el fenómeno del asóleo, que es el uso de la luz en lugares sagrados.

Nos hacía partícipes de la particularidad que acontece aquí en concreto, ya que, si generalmente los asóleos se producen en los templos debido a la entrada de la luz del orto, en este caso lo es de la del ocaso, a través de la trífora, símbolo de la asociación, ubicada en lo alto del muro de poniente. Y eso es debido a que, al contrario de lo más común, aquí se celebra la muerte y no el nacimiento del santo.

Lux Sacra, de Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma-Nuez

Para culminar esta interesantísima velada vespertina, se proyectaba el documental Lux Sacra, un viaje al pasado a través de la luz, dedicado precisamente a este fenómeno de los asóleos, que comienza a darse a conocer tras años de investigación con un amplio equipo pluridisciplinar, dando como resultado dicho documental, producido por Dónde van las nubes e Inlandis; dirigido, realizado y guionizado por Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma-Nuez, teniendo como base las investigaciones del propio José Miguel Navarro. Se trata, como figura en el programa, de «un viaje, desde la Prehistoria, hasta nuestros días, en búsqueda de la narrativa de la luz del Sol…»

De este modo concluía esta serie de actividades, que magistralmente han sido conducidas por verdaderas autoridades en la materia, y que, aunque pudiera parecer que la lluvia hubiera deslucido los actos, realmente no se valoraba así.

Llevamos semanas esperando la tan necesaria lluvia, lo que hizo tener que repensar a última hora el desarrollo de alguna de las actividades, y tanto los asistentes, como los ponentes y la propia organización, estábamos de acuerdo en que la situación meteorológica hacía que pudiéramos vivirlo de forma más recogida e intensa en el interior del templo, donde se tuvo ocasión de estrechar lazos de amistad en un ambiente fraternal, gracias a la asociación Amigos de Serrablo, a la que agradecemos la iniciativa.

Por Chema Tapia (texto y fotos)

http://chematapia.blogspot.com/

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