Amancio Prada pone en la Ciudadela de Jaca el broche de oro a los conciertos en el Camino de Santiago

Amancio Prada pone en la Ciudadela de Jaca el broche de oro a los conciertos en el Camino de Santiago
Amancio Prada pone en la Ciudadela de Jaca el broche de oro a los conciertos en el Camino de Santiago.

En el marco del XXXI Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación Provincial de Huesca, este sábado finalizó el ciclo de 19 grandes conciertos de música antigua y barroca que celebraba el veterano certamen bajo el epígrafe El enemigo invisible. Fue en los Polvorines de la Ciudadela de Jaca con el esperado recital de Amancio Prada, que semanas antes ya había colgado el cartel de no hay entradas.

Amancio Prada, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz

«Cantar ha sido un aliento incesante en mi vida. Soy lo que canto». Y entre todo lo que expresa el gran Amancio Prada están los románticos, los trovadores, los libertarios y los místicos, también. En el preciado repertorio del concierto jaqués, de canciones descalzas a voz y guitarra, el artista berciano quiso poner en valor el amor, «porque, citando a la Santa, solo amor es lo que da valor a las cosas. Y a las personas, podría añadir». Teresa de Jesús y Juan de la Cruz son dos llamas de amor vivas, ardiendo en el mismo fuego, subrayó más de una ocasión.

Un directo envidiable

Así, el estilo único y el tono clásico y moderno del cantautor trenzaron la esencia y las claves del pensamiento de ambos dos santos poetas, apoyando su narrativa en el espíritu y creencia del concepto del cántico, listón y compromiso humano y personal por el que desfilar partituras y mensajes vitales. La pasión se sumó a la ética y la estética, para seguir actualizando los postulados de tales versos. Las generaciones que se mantienen desde la transición española, y las que desde entonces se sumaron y se siguen sumando, disfrutaron de un directo inolvidable.

En el recital se fundieron el muero porque no muero del Vivo sin vivir en mí de Santa Teresa con el poema de la Noche oscura del alma de San Juan de la Cruz, allá en el corazón del íntimo, sencillo y a la vez espectacular concierto.

Si la velada fue una oda sostenida, espiritual y social a mayor gloria de los dos grandes místicos, el momento de los bises sirvió para compartir algunos de los grandes hits de Amancio Prada, como su tema bandera Libre te quiero, el Adiós ríos, adiós fontes de Rosalía de Castro, y también un recuerdo a su último trabajo sobre Gustavo Adolfo Bécquer.

Amancio Prada: «Me siento mejor que nunca, con perdón. Y aprendiendo siempre, por supuesto. Una canción no se acaba nunca»

Pero el momento especial de la noche llegó con una de sus canciones más populares, Romaxe de Nosa Señora da Barca, con la que Prada improvisó una clase de canto con el público que llenaba el Polvorín de la Ciudadela, respetable que cantó el estribillo cada vez que se presentaba, con hondo y festivo sentir, junto a este también gran embajador de la cultura gallega. Aplausos, vítores y ramo de flores incluido sirvieron para clausurar los conciertos de una edición En el Camino, inolvidable por su calidad y acierto en los programas.

«Me siento mejor que nunca, con perdón. Y aprendiendo siempre, por supuesto. Una canción no se acaba nunca», confesó el veterano cantante y compositor leonés en su visita a Jaca, medio siglo en activo sobre los escenarios. Y así se mostró, como la institución y referente que es, de una música que muestra como nadie la belleza de la mística, gran fiesta de la poesía y del amor, tanto para oídos como para corazones.

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