Ya huele a pólvora en Jaca. Es la expresión popular más escuchada en la ciudad cuando se acerca el Primer Viernes de Mayo. Los trabucos vuelven a desempolvarse para recibir al Conde Aznar y al pueblo jaqués a golpe de descarga; y junto al clavel en la boca, las cuatro cabezas moras o los sombreros de flores y espejos, ya se han convertido en todo un símbolo de la fiesta, que no sería lo mismo sin ellos. Diez kilos de pólvora están preparados para que el Primer Viernes de Mayo resuene con más fuerza que nunca en Jaca… y mucho más allá.

Los trabucos y la pólvora en la fiesta del Primer Viernes de Mayo
No estuvieron siempre ahí, pero hoy no se podría entender la fiesta sin ellos. Los trabucos de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo son una seña de identidad de la ciudad. Aunque hace 1763 años evidentemente no formaran parte de la Batalla de la Victoria, su incorporación a la celebración hace casi cuatro décadas fue todo un éxito. Hasta el punto de que hoy costaría entender la fiesta sin el ensordecedor estruendo de las descargas o el aire impregnado a ese característico olor a pólvora tan esperado por los jacetanos en su día grande.
Actualmente, la Hermandad cuenta con 78 armas. De ellas, se disparan en torno a 60 cada Primer Viernes de Mayo. La experiencia de los mayores va dejando paso a los jóvenes y esta vez tres artesanos que acaban de cumplir 18 años se estrenarán con sus descargas. Como sus compañeros, han tenido que sacarse la licencia de armas, el permiso de armas específico de avancarga y superar un curso oficial sobre su funcionamiento y mantenimiento.
El control va aún más allá. En los últimos años, la Hermandad ha ido inutilizando armas para que los jóvenes que todavía no eran mayores de edad pudieran desfilar con ellas. Incluso en este caso, deben contar con permisos específicos, a pesar de que no se pueden disparar.
Cada trabuco nuevo ronda los mil euros; la mitad si es de segunda mano
38 años hace que el Primer Viernes de Mayo huele a pólvora en la ciudad. «Los trabucos llegaron a Jaca en 1985, y una segunda tanda se compró en 1986, cuando estaba Lorenzo Echeto de presidente, que adelantó el dinero para comprar las armas que después le devolvió la Hermandad. Desde el año 2000 se han comprado seis armas más. Algunas, de segunda mano, porque el precio es muy elevado. Ahora mismo, el coste de cada trabuco puede estar entre 800 y mil euros, mientras que por unos 500 se puede encontrar un arma de segunda mano», explica García.
En cuanto a la pólvora, hasta antes de la pandemia se preparaban 14 kilos para cada Primer Viernes de Mayo. La pólvora no se puede tirar ni guardar, lo que suponía un problema para eliminar la que no se utilizaba. A menudo, la única forma de cumplir con la legalidad era disparándola. Como siempre sobraba, este año se ha reducido la cantidad al mínimo, que son diez kilos (cinco para la Escuadra de Artesanos y cinco para la Escuadra de Labradores). Se calcula que sólo se emplearán nueve. El resto, se neutralizará con agua.

Una normativa muy estricta para las armas y la pólvora
Un trabuco es un arma de avancarga -así se llama el arma que se carga por la boca del cañón-. Durante todo el año, los trabucos están custodiados en la sede de la Hermandad con las máximas medidas de seguridad. Les falta una pieza sin la cual no pueden ser disparados y que se les incorpora cuando se utilizan. Solo salen de allí para la fiesta, y bajo controles muy estrictos y la supervisión directa de la Guardia Civil.
El Reglamento de Explosivos, aprobado por el Real Decreto 130/2017, de 24 de febrero, regulaba por primera vez, en su Instrucción Técnica Complementaria número 26 (ITC 26), la celebración de manifestaciones festivas con uso de armas de avancarga y pólvora negra. Esta legislación establecía un marco de referencia sobre autorizaciones, formación y otros requisitos para garantizar la seguridad en aquellas manifestaciones festivas en las que se utilizan este tipo de armas.
«Cuando entró en vigor la ITC 26, tuvimos que adecuarnos a esa normativa», explica el presidente de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, Carlos García. Se trata de una normativa muy estricta que establece cómo debe realizarse el manejo y todo lo relacionado con las armas que se utilizan para fiestas como la de Jaca: cómo se reparten, quién las puede llevar… o cómo debe almacenarse, transportarse o custodiarse la pólvora… Todo bajo estrictos controles en los que no puede quedar nada al azar.
«Ello obliga a que antes de final de marzo la Hermandad tiene que presentar todos los listados armas, con su numeración correspondiente; quién las lleva y quién va a llevar la ‘polvacera’ -así se conoce el recipiente donde se transporta la pólvora que se reparte durante el desfile-, que también está identificada y lleva un precinto de la Guardia Civil», señala el presidente, que también es capitán de la Escuadra de Artesanos.
7.200 euros para cumplir la normativa de armas
En esta ocasión, los trabucos han requerido más atención de lo habitual. De las 78 armas que actualmente tiene la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, faltaban los certificados del banco de pruebas de 52. Eran armas de 1986 que habían pasado todos los controles y que no tenían ningún problema para ser disparadas, pero cuyos certificados no estaban en poder de la Hermandad. Con la entrada en vigor de la ITC 26, era indispensable tener toda la documentación para sacarlas a la calle, lo que suponía un verdadero contratiempo.
Para solucionarlo, la Hermandad envió los 52 trabucos al único fabricante de armas de avancarga que existe en España, que se encuentra en Caudete (Albacete). Tras ser desmontadas, revisadas y enviadas al banco de pruebas de Eibar para obtener sus certificados correspondientes, han quedado listas para volver a fiesta esta vez, sí, con toda la documentación necesaria. Ello ha supuesto un importante esfuerzo a la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, que ha tenido que invertir 7.200 euros (4.000 de ellos aportados por el Ayuntamiento).
Tan controladas están las armas como el explosivo
Tan controladas están las armas como el explosivo. En vísperas del Primer Viernes de Mayo se reparte la pólvora entre los responsables de las polvaceras. Un paso que se realiza con todas las precauciones, guardando una distancia reglamentaria a personas o a casas habitadas y otros requisitos que también especifica la Ley.
Cada persona responsable de una polvacera la puede tener en su domicilio 48 horas, bajo su custodia y su total responsabilidad. «Esa persona es la misma que después la lleva al desfile, y no la puede cambiar absolutamente con nadie», explica el presidente de la Hermandad. De la misma forma, «cuando las armas se entregan por la mañana, nadie puede cambiarla con otra persona». La Ley también regula otros aspectos y prohíbe, por ejemplo, que un arma cargada con pólvora pueda introducirse en un bar.

En pocos días, los trabucos volverán a las calles de Jaca. Las descargas resonarán entre la emoción, el sentimiento y la fiesta en el Primer Viernes de Mayo, en una ciudad en la que ya huele a pólvora y donde el orgullo jaqués se respira en cada rincón aguardando el momento de volver a celebrar la victoria, una vez más, a la sombra del Monte Oroel.
Por Rebeca Ruiz
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