Una alfombra amarilla de erizón camino de la Peña Oroel

El Pirineo se viste de amarillo con una alfombra de erizón que nos marca el camino hasta la Peña Oroel. Dime que esta vez te has fijado; que estas semanas han venido con una humedad intensa que lo ha regado todo de color.

Una alfombra amarilla de erizón camino de la Peña Oroel.
Una alfombra amarilla de erizón camino de la Peña Oroel.

Hoy vamos a echar un vistazo de lejos a esta montaña que tanto nos regala. Antiguos legados y depósitos de ríos que con caudalosa corriente fueran depositaron de forma desordenada todos estos trocitos de un Pirineo que poco tenía que ver con el que hoy disfrutamos.

El erizón, ese gran desconocido que pinta los montes de amarillo

Subimos a Peña Oroel gracias a estas mágicas imágenes de Alberto Marín, que nos ha puesto en una bandeja amarilla el reportaje de hoy. Espero que lo disfrutéis… porque es un baño fantástico de color. Y además, vamos a bajar de Oroel conociendo un poco más de las bondades del erizón (echinospartum horridum).

El erizón es una planta submediterránea endémica de la vertiente sur del Pirineo central, asociada a zonas más bien soleadas, y conocida por diferentes apodos como abrizon, brinzon o escarpín, entre otros. Muy común verla en las montañas de La Jacetania o el Alto Gállego, aunque más bien escasa fuera de las comarcas altoaragonesas.

Una alfombra que lo cubre todo, con un aspecto almohadillado muy engañoso, tanto que otro de sus célebres nombres alude a cojín de monja, a pesar de ser leñoso y con numerosos pinchos, a los que su nombre científico hace también alusión, como si se tratase de un horrible erizo floral.

El erizón, refugio de especies y medida contra la erosión

Más allá de ello, estamos hablando también de un alfombra protectora que sirve de refugio a numerosas especies, y que en su natural dispersión comienza a generar y salvar suelos más erosionados y pobres, con su eterna facilidad para enraizar en ellos. Qué serían de muchos de estos suelos tras las fuertes tormentas, los ciclos de hielo-deshielo o la desecación producida por los fuertes contrastes climáticos que vivimos en estos tiempos. Es por ello y mucho más que estaría bien mirar con otros ojos a esta mágica y única alfombra que nos ha pintado estos días de color amarillo nuestros paisajes, adelantándose brevemente a su época de floración…

Además, pongámonos en la piel de esa perdiz pardilla… o esas semillas de buxo que protegidas de sol, de los depredadores y de las inclemencias del tiempo hallan en sus protegidos huecos el lugar ideal para garantizar su prosperidad, en lo que seguro será el preludio del mejor de los bosques.

Dar las gracias al erizón…

Escuchemos a la naturaleza, disfrutemos lo que se ve y lo que no se ve y hagamos el esfuerzo de apreciar aquello que aparentemente nos molesta o nos incomoda. Porque siempre tenemos a nuestro alrededor un mundo nuevo que sin saber mirar pasará inadvertido y que en ocasiones no sabremos apreciar.

Desde aquí os animo a meter la mano dentro de esa alfombra mágica, vivir esa sensación y dar las gracias al erizón una vez más, tal y como nos canta La Ronda de Boltaña: «Si un día, por estos montes, lo pisas y te pincha, no te quejes. Dale las gracias. Porque él si defiende su país. El nuestro (…)». ¡Que disfrutéis del paseo!

Por David Ruiz de Gopegui/Ojos Pirenaicos (texto y fotos)

Una mirada al Pirineo es una idea original de JACETANIA EXPRESS, donde, de la mano de David Ruiz de Gopegui, pretendemos acercar rincones y miradas diferentes de este nuestro Pirineo a todos los lectores, invitando siempre a la reflexión y al respeto por el medio natural que nos rodea.

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