Marian Santiago, sargento de la Guardia Civil de Jaca: «Hay que luchar por los sueños»

Marian Santiago, Sargento de la Guardia Civil de Jaca: "Hay que luchar por los sueños". (FOTO: Rebeca Ruiz)
Marian Santiago, sargento de la Guardia Civil de Jaca: «Hay que luchar por los sueños». (FOTO: Rebeca Ruiz)

Lejos quedan aquellas tardes en las que, de niña, Marian Santiago se pasaba horas frente a la ventana de su casa en Madrid mirando cómo las motos de la Guardia Civil de Tráfico recorrían la A-6. Corrían los años 80. Ni siquiera se había incorporado la mujer a la Benemérita cuando ella ya pensaba en formar parte del Cuerpo. Y, además, encima de una moto. La sargento Santiago de Jaca -primera mujer guardia civil que participó en La Vuelta, árbitro de Escalada de la FEDME y una de las protagonistas del Reto Pelayo 2016-, recuerda con cariño aquellos momentos. Toda una vida de vocación, esfuerzo y afán de superación al servicio de la Guardia Civil que le ha hecho merecedora del reconocimiento de la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad.

Recientemente, la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad decidía otorgar a la Sargento de la Guardia Civil de Jaca María de los Ángeles Santiago el Premio Mujer y Gestión del Tráfico 2021. El prestigioso galardón es un reconocimiento a la labor realizada por aquellas mujeres que desde la Administración, la Universidad y la empresa privada trabajan por la Seguridad Vial y, en especial, impulsan la ingeniería de Tráfico en España.

Con una vitalidad desbordante y una mirada que contagia optimismo, con un toque a partes iguales de humildad y rebeldía (la justa para haber podido alcanzar todo aquello que se ha propuesto a lo largo de su carrera profesional), Marian Santiago se confiesa «una persona normal y corriente, cuya pasión ha sido siempre la Guardia Civil de Tráfico».

Marian Santiago, Sargento de la Guardia Civil de Jaca: "Hay que luchar por los sueños".

La temprana vocación de Marian Santiago

Llegó a Jaca, su primer destino como motorista de Tráfico, en 2001. En Barcelona ya había trabajado algún tiempo como guardia civil y decidió que era el momento de buscar un destino que le permitiera disfrutar de la montaña. Lo hizo para cumplir sus sueños, aquellos que han marcado toda su vida y cuyo recuerdo le traslada a su Madrid natal: «Cuando tenía 7 u 8 años, yo veía a los motoristas de Tráfico, con su motos y sus uniformes. En mi familia nunca hubo un guardia civil. Lo más aproximado, mi abuelo, que era escolta motorista. Pero yo entonces ni lo sabía. A mi padre siempre le encantaron las motos, y yo lo veía y me encantaba», explica.

En un momento en el que los atentados de ETA se sucedían en una España que acababa de aterrizar en la democracia, aquella niña ya tenía claro a qué se quería dedicar. Para sorpresa de su madre, la pequeña Marian quería ser como la guardia civil que veía en la televisión para terminar con todo aquello que le horrorizaba. «A esa edad, mirando la tele, había mucho atentado terrorista. Viendo a la guardia civil en esas circunstancias, yo tenía entonces ya muy claro lo que quería ser. Y le decía a mi madre cuando me decía que no había mujeres en la Guardia Civil: ‘No te preocupes mamá; yo voy a ser la primera», señala. Ser mujer no iba a frenar sus sueños.

Con su idea de ser guardia civil motorista, que no abandonó en ningún momento, llegó a la Universidad para estudiar Empresariales. Una tarde de primavera, delante de los libros, escuchó en la radio que era el último día para presentarse a la convocatoria de la Guardia Civil. No se lo pensó dos veces. Cuando llegó al Cuartel de Aravaca tuvo que rellenar una ficha blanca («ahora sé que es información y que no tiene nada que yo fuera delincuente ni con nada de eso» -sonríe, cuando lo recuerda-). Y aprobó. Y empezó a cumplir su sueño.

Marian Santiago, Sargento de la Guardia Civil de Jaca: "Hay que luchar por los sueños".

La primera mujer motorista de la Guardia Civil en la historia de La Vuelta

Por entonces, sus padres todavía no terminaban de creerse que su hija acababa de entrar en el Cuerpo. Unas semanas después, veían orgullosos cómo aquella pequeña rebelde se había convertido en una mujer luchadora que no se detenía ante nada.

De tierras catalanas llegó a Jaca «para un par de años». Pero se quedó. «Me encanta -asegura- vivir aquí». Marian Santiago transmite en cada palabra la pasión por su profesión. «Cada día me pregunto cuándo voy a trabajar. Disfruto con lo que hago. Nunca tengo la sensación de ir al trabajo».

En la cuna de Aragón tropezó con la marcha cicloturista por excelencia, la Quebrantahuesos de Sabiñánigo. Su meta era formar parte de la Unidad de Movilidad y Seguridad Vial (UMSV) de la Vuelta a España -cabe destacar que para entonces, antes de tener moto oficial ya recorría kilómetros con su moto particular-. Lo intentó en 2005 y lo consiguió. Durante tres años, fue la primera mujer motorista de la historia en llevar la bandera roja delante de los ciclistas.

Las jornadas interminables subida en una moto y la gran responsabilidad que supone esta función -donde nada puede quedar al azar porque está en juego la seguridad de 200 ciclistas y todo lo que hay alrededor- no supusieron ningún problema para Marian Santiago.

Fue a La Vuelta tres años, «que es lo permitido por empleo», y la experiencia le encantó. Al ascender a cabo estuvo un tiempo que se le hizo interminable fuera de Tráfico, y no sería hasta convertirse en sargento cuando volvió a plantearse regresar a La Vuelta. Ahora ya, como Jefe de Pelotón, con 15 hombres a su cargo y la responsabilidad multiplicada. En 2019 superó todas las pruebas y volvió a convertirse en la primera mujer suboficial al mando de un pelotón en la Vuelta Ciclista a España en las últimas tres ediciones de la prestigiosa competición.

La vuelta ciclista a España y la única mujer en un mundo de hombres

Marian Santiago es consciente de que, como motorista en La Vuelta, la sociedad considera que se mueve en un mundo de hombres. «Después de muchos años, la gente se sigue asombrando de ver una mujer con una moto. Hay que entender que soy una mujer en una unidad de 130, por lo que tienes las miradas puestas en ti. Todo el mundo te mira por el hecho de que eres mujer y tienes una moto: cómo conduces, cómo pilotas, qué haces, cómo trabajas,… No puedo tener errores. Mis compañeros se pueden confundir y no pasa nada. Pero yo tengo que trabajar diez veces mejor que ellos para ser igual», reconoce.

«Sí que es verdad que en mi destacamento soy uno más con mis chicos -y les llamo mis chicos porque los cuido y los quiero mucho- trabajan muy bien y se portan muy bien conmigo. Soy su jefa y me respetan. Y respetan la jerarquía, como militares que somos-«, explica la sargento Santiago.

La agente de la Guardia Civil de Jaca que más kilómetros hace al año

Ella, no obstante, se lo ha tenido que ganar. Por eso siempre es la primera para todo: llueva, nieve, o haga frío o calor. Esté cansada o no. De hecho, Marian Santiago es la motorista de Jaca que más kilómetros hace al año. «No me gana ninguno -bromea-; y yo sé que siempre tengo que estar ahí arriba». Sabe que, para ser igual, debe estar demostrando continuamente que puede serlo, por paradójico que parezca. No le importa. Para ella lo más importante es su trabajo y lo sigue disfrutando como el primer día. En La Vuelta, en la Vuelta a Aragón, en Motorland… Allí donde estén los motoristas de la Guardia Civil estará Marian Santiago.

A veces, el trabajo de los agentes de Tráfico es poco agradecido. Cuando la Guardia Civil para un vehículo, la situación no es agradable. Menos, aún, para una mujer. «Yo soy muy seria trabajando. Es verdad que hay personas que tienen derecho a su pataleta, porque les tengo que sancionar. En el mundo de los camioneros sí que choca más que les pare una mujer guardia civil. Ellos están acostumbrados a que les paren motoristas hombres y a veces no saben qué hacer. Alguno de mis compañeros ha visto cómo un camionero me ha dado caramelos después de ponerle una denuncia, con una sanción importante. Pero tengo que reconocer que en 20 años en la carretera nunca he tenido ningún problema por el hecho de ser mujer», asegura la sargento Santiago.

Marian Santiago y el Reto Pelayo

Sin embargo, su prueba más dura llegaría en 2016. «Fue un año muy difícil para mí. Pasé un cáncer de mama, con seis meses de quimio, dos de radio,… Un proceso muy largo en el que tú cada vez te ves peor. Cuando yo dejé mi moto y colgué mi uniforme, me pregunté si algún día volvería a la carretera. Y ese era mi mayor dolor», recuerda.

Con la fuerza de voluntad que le ha acompañado toda su vida, logró superarlo y hoy lo afronta, ya recuperada, con una increíble serenidad: «Aprendí mucho. Yo necesitaba centrarme, parar un poco… Y eso me ayudó. Mi tiempo es mi oro. Ahora, cuando estoy con mis amigas tomando café, lo disfruto. Antes, no. Ahora escucho más a las personas, sobre todo, a mis amigos. Intento que estén mejor, que no discutan por tonterías; echar una mano es lo que más me llena. Es cierto que es un proceso duro, con la incertidumbre de no saber cómo va a terminar. Pero lloré cuando pude volver a ponerme el uniforme», señala. Y se embarcó, literalmente, en el Reto Pelayo para cruzar el Atlántico con otras cuatro mujeres que acababan de superar la terrible enfermedad.

Marian Santiago, Sargento de la Guardia Civil de Jaca: "Hay que luchar por los sueños".

Un premio del que la sargento Santiago se siente orgullosa y que «es para todos»

«El reconocimiento de la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad es muy importante para mí, pero mi premio es diario cuando voy a un accidente, por ejemplo, y puedo ayudar a la gente. El premio es la satisfacción del deber cumplido que me llevo a casa. Además, estoy muy orgullosa de que la foto recogiendo mi premio sea como una puerta abierta al resto de mujeres. Porque yo no recojo ese reconocimiento como Marian Santiago, sino como agente de Seguridad Vial y de Tráfico, y es para todos, para que se vea que nuestra labor en carretera es reconocida y premiada». Unas palabras, las de la sargento Marian Santiago, que hacen que sus méritos sean aún mayores a la hora de haber sido elegida para este reconocimiento entre 126 candidatas.

Si hubiera que definir el optimismo, el valor, la sinceridad, la fuerza de voluntad, el afán de superación, las ganas de vivir… Posiblemente no habría mejor forma de hacerlo que con un nombre: el de la sargento María de los Ángeles Santiago. «Todo el mundo tiene sus sueños. No pongas nunca el ‘no puede ser’ en tu vida. Si tú tienes un sueño y una meta, tienes que luchar por ellos hasta que los consigas», señala Marian Santiago, con su eterna sonrisa, mientras se despide pensando ya en Papúa y en el trekking más duro del mundo…

Por Rebeca Ruiz

Marian Santiago, Sargento de la Guardia Civil de Jaca: "Hay que luchar por los sueños".

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