La urbanización del vial perimetral de la Ciudadela cambiará la imagen de la ciudad. (FOTO: Rebeca Ruiz)
por Rebeca Ruiz
Algunas obras que se están ejecutando en la actualidad, así como varios proyectos urbanísticos que se perfilan para el futuro a medio y largo plazo, comienzan a dibujar la fisonomía de lo que será el diseño urbanístico de la ciudad durante los próximos años, que habrá experimentado cambios notables y que dará lugar a una nueva Jaca.
A proyectos como la peatonalización del casco histórico, años atrás inimaginable, ya sólo le faltan las últimas pinceladas para estar concluido. Las actuales obras de la calle Las Cambras cerrarán la cuadratura del círculo sumando, posteriormente, alguna incorporación más.

La entrada a Jaca por la Avenida Perimetral estará totalmente desconocida en cuanto se reurbanice la zona deportiva, tras el derribo de la vieja Pista de Hielo y del edificio de la extinta piscina climatizada, construido en su día con fibrocemento y amianto. Allí habrá que añadir el efecto del elevador que subirá hasta la Avenida de Oroel.
Otra entrada importante también va a experimentar modificaciones sustanciales: la calle de Fondabós. Tras las actuales obras, las personas que lleguen a Jaca por esa vía pública se encontrarán un panorama totalmente diferente: reformado, más amplio y moderno.
Otro punto neurálgico que se transformará será la curva de Membrilleras, en dirección ascendente hacia el convento de las Madres Benedictinas, al final de la Calle Mayor, cuando se concluya la obra de la nueva rotonda proyectada en dicho emplazamiento para evitar accidentes y otros problemas de seguridad en la zona.
Asimismo, la construcción y adecuación de algunos aparcamientos públicos en otros lugares, como Llano de la Victoria, calle Fernando el Católico o viejo pabellón de hielo, darán lugar también a modificaciones urbanísticas que afectarán tanto a la movilidad urbana, al tráfico y circulación como al paisaje y dotación de equipamientos urbanos.
En pleno centro de la ciudad, la urbanización del vial perimetral de la Ciudadela, a punto de comenzar, producirá también una sustancial transformación en una de las partes más frecuentadas por jacetanos y visitantes. El proyecto de las nuevas calles, que dará lugar prácticamente a un nuevo paseo alrededor del castillo militar, incluye el inicio en breve, pendiente de burocracias administrativas y modificaciones de crédito presupuestarias, del tramo situado detrás del edificio del Centro de Salud, comprendiendo el recorrido desde la calle Goya hasta Hermanos Argensola, pasando por Pérez Galdós.

El nuevo vial de las proximidades de la Ciudadela continuará por la trasera de la conocida como casa de Borau y por la actual terraza del bar Pillgrim hasta llegar a la propia Avenida del Primer Viernes de Mayo, la calzada más transitada y más conocida de Jaca. A todo esto se le añadirá con posterioridad, unos cuantos años más tarde, la entrada en funcionamiento de la variante con la construcción del tramo que queda por hacer de autovía para conectar A-21 con A-23, lo que supondrá también otros cambios en las concurridas, comerciales y céntricas avenidas de Jaca que conllevarán también un auténtico cambio de su fisonomía urbana, dando forma a la nueva Jaca para el futuro. Todo ello, unido a la proyectada Plaza Mayor en pleno centro histórico de la ciudad, configurará la nueva cara de la Jaca del futuro próximo.