Mallata Educativa es una propuesta educativa, innovadora y sostenible que acaba de llegar a las comarcas de La Jacetania y el Alto Gállego.
Tradicionalmente, en el medio rural, la oferta de actividades tiende a concentrarse en los núcleos más importantes. Y ahí es donde surge la idea de Mallata Educativa, una asociación asentada en Sabiñánigo, pero que quiere apostar siempre que sea necesario por ir a los lugares donde habitualmente es más difícil tener acceso a una oferta educativa variada. Es lo que sus responsables han bautizado como Trashumancia Educativa.
Las integrantes de Mallata son personas con amplia formación y experiencia en el mundo
educativo y que impulsan este proyecto «desde el amor por el aprendizaje y una profunda
convicción de que la enseñanza ha de ser sobre todo respeto, acompañamiento y disfrute», explica Beatriz Gil, una de sus responsables.
«Una mallata es un lugar en mitad del campo o de la montaña que sirve como refugio al
ganado y los pastores en las noches que se dedican al pastoreo o la trashumancia»
Por ello, tras haber recorrido un largo camino en diversas escuelas y provincias de la
geografía española, las promotoras de Mallata deciden ponerse al servicio de todas
aquellas personas que tengan interés en conocer su mirada y «compartir la suya propia».
«Una mallata es un lugar en mitad del campo o de la montaña que sirve como refugio al
ganado y los pastores en las noches que se dedican al pastoreo o la trashumancia. Esta
mallata es educativa y pretende ser un refugio para generar experiencias de aprendizaje
significativas. Esta vocación nos pone al servicio de gente que busca formación, tanto
para sí misma como para sus hijos e hijas», apuntan.
En este sentido, dentro de su oferta se encuadran formaciones para adultos, a través de
Encuentros Pedagógicos, así como actividades y talleres para niñas, niños y
adolescentes, enfocados todos en metodologías activas desde las que se procura generar
vivencias en torno a temas tan diversos como el arte, los idiomas, la literatura, la
tecnología, el trabajo manual, la naturaleza o el movimiento.
Mallata ha comenzado su andadura en un momento en que, a pesar de las dificultades -debido a las cosecuencias de la crisis del coronavirus-, su apuesta por una educación integral, cercana y personalizada es más necesario que nunca. En palabras de su promotora, Beatriz Gil, «es necesario que como sociedad reflexionemos acerca de los factores que generan un aprendizaje significativo. Aprender debería ser un proceso creativo que entusiasme y que no genere frustraciones, sino que movilice a las personas a crear cosas bellas y útiles para el mundo».
Mallata propone dos actividades para el verano
De cara al verano que ya se acerca, Mallata Educativa propone dos actividades que
buscan facilitar la conciliación familiar, y que tendrán lugar a partir del 15 de junio. La
primera será un campus de verano en un pequeño pueblo de Ballibasa, donde primarán
las actividades artísticas y el juego. Todo ello en un entorno seguro y privilegiado al aire
libre, con río, bosque y muchas actividades para niños de edades entre 6 y 12 años.
Asimismo, dada la situación escolar de los últimos meses, Mallata Educativa ha lanzado un
programa de refuerzo escolar que tendrá lugar en su sede de Sabiñánigo, dirigido a familias de la localdad.
El comienzo de esta propuesta se está desarrollando con paso firme en diferentes poblaciones y sus promotoras confían en que durante el próximo curso esta red de lugares y personas se amplíe y genere nuevas sinergias.
«Mallata Educativa es un lugar abierto a personas, asociaciones y entidades que compartan esta visión de que el mundo educativo, rural y natural es una responsabidad conjunta que hemos de vivificar entre todas las personas que queremos seguir disfrutando de él, sin renunciar a una educación de calidad», concluye Gil.
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