La vivienda y las necesidades que han surgido a raíz de la crisis del coronavirus son las principales preocupaciones de Cáritas Diocesana de Jaca. El obsipo de Jaca, Julián Ruiz; el delegado episcopal, Fernando Jordán; y el director de Cáritas Diocesana, Marcos Lera, presentaban la memoria de actividad de 2019 la organización. Un balance que se da conocer cada año coincidiendo con la festividad de Corpus Christi y que, en esta ocasión, estaba marcado, inevitablemente, por la pandemia y sus consecuencias en los colectivos más vulnerables.
En los últimos meses, tal y como expican los responsables de Cáritas Diocesana, el número de familias que han pedido ayuda a Cáritas se ha multiplicado. La organización ha detectado un incremento de 60 a 340 familias que han recurrido a pedir ayuda, principalmente, comida, tras quedarse en una situación total de desprotección ante la llegada del coronavirus.
En coordinación con Servicios Sociales, se ha dado una respuesta de urgencia a todas estas familias. Por eso se puso en marcha la campaña Paseo solidario, con la que se ha logrado recoger 1.800 kilogramos de comida y donaciones económicas que están sirviendo para atender las necesidades más acuciantes. En este sentido, Jordán ha querido reconocer la ayuda que se ha recibido a través del «colaborador silencioso»; es decir, aquel ciudadano que va ayudando en lo que puede, aunque muchas veces se lo quite de lo que él mismo necesita.
El problema de la vivienda en Jaca, el otro gran reto para Cáritas Diocesana
Por su parte, Lera hacía un repaso al balance del año pasado, resumiendo que uno de los problemas más graves en este momento es la falta de vivienda. «Los salarios bajos y los precios elevados en el mercado de la vivienda hacen que muchas familias no puedan acceder a una vivienda adecuada», explica Lera. La situación, en estoe momentos, es muy difícil en Jaca, explica Lera.
«Acompañamos a personas vulnerables, pero el acento no lo es tanto en la vulnerabilidad como en nuestro reconocimiento a su dignidad como personas», señalaba, por su parte, el obispo de Jaca. «Vemos con los ojos de las estadísticas, pero también desde el corazón», apuntaba Julián Ruiz, a lo que añadía que su labor no pasa «por discursos elocuentes, sino por respuestas eficientes» hacia los más desfavorecidos.
584 socios y 70 donantes en 2019
Cáritas Diocesana de Jaca está formada por 584 y tuvo 70 donantes en 2019. Su principal recurso económico son los donativos, con los que sus responsables ponen en marcha los distintos programas y acciones con los que ayudan a los que más lo necesitan. En esta ocasión, Cáritas ha querido hacer un guiño a Biescas, y ha elegido su mercadillo solidario como portada del documento que recoge el balance, por ser una de las localidades de la Diócesis más castigada por la pandemia.
Asimismo, se ha querido destacar la labor de los 89 voluntarios que, de una forma y otra, ayudaron a la organización durante 2019. Fue también el año pasado cuando se creó el Equipo de Apoyo al Voluntariado, que se desarrolla, principalmente, en las vertientes de formación y acompañamiento.
Programas de Cáritas Diocesana de Jaca
En cuanto a los programas de acción, Cáritas Diocesana de Jaca continúa trabajando en siete ámbitos:
Programa de acogida
El programa está subvencionado parcialmente con fondos europeos, a través del Gobierno de Aragón. En 2019, se realizaron 4.890 intervenciones, de las cuales, 667 corresponden a personas que pernoctaron en el albergue municipal, gestionado por Cáritas. El resto fueron atendidas en las oficinas de Cáritas de Jaca y Sabiñánigo. En total, al margen del albergue, 259 familias precisaron acogida. Cabe destacar que el 39% de ellas son de etnia gitana, y el 33%, población imigrante.
En cuanto a las ayudas económicas, han alcanzado un total de 35.694,76 euros (más de 7.000, en forma de microcréditos). La mayor parte se la ha llevado viivenda, seguida de alimentación y salud.
Programa despensa solidaria
En 2019 se repartieron 40.191 kilos de alimentos en las despensas de Jaca y Sabiñánigo (3.000 kilos más que en el ejercicio anterior). La comida procede del Banco de Alimentos de Huesca, de los centros escolares de Jaca y de donaciones particulares.
Programa de erradicacion del chabolismo
Cáritas Diocesana colabora económicamente en el plan de erradicación del chabolismo, con una aportación fija anual de 11.043,75 euros y, en el último ejercicio, con una aportación de 22.085,21 euros para la adquisición de viviendas. Además, sus trabajadores y voluntarios realizan labores de acompañamiento para la inserción de estas familias en el tejido social de Jaca, a través de la Fundación Thomas de Sabba.
Programa de albergue de transeúntes
En 2019, en el albergue municipal, gestionado por Cáritas, pernoctaron 358 personas (la mayoría, 341, fueron hombres). Cabe destacar que, en 2020, cinco personas han pasado e confinamiento por el Covid-19 en las instalaciones.
Centro de solidaridad interdiocesano
El programa está dedicado a la prevención y atención de drogodependencias, en colaboración con Cáritas Diocesana de Huesca. Jaca aporta 3.000 euros para su funcionamiento, y Sabiñánigo, otros 3.000. Durante 2019 se atendió a 223 usuarios. Asimisimo, se actua en el ámbito de la prevención en 3.481 alumnos en la provincia y en el de la sensibilización, con otros 2.100.
Ropero
En cuanto al ropero, el año pasado se atendió a 534 personas en Sabiñánigo, entre las que se repartieron 3240 kilos de ropa. En Jaca se enviaron 120 sacos a otras delegaciones de Cáritas. Admeás, se han instalado 12 nuevos contenedores para la recogida en Jaca, Sabiñánigo, Sallent, Panticosa, Escuer, Canfranc, Villanúa, Berdún, Puente la Reina, Broto, Fiscal, Hecho y Santa Cilia, que se suman a la red ya existente.
En total, en 2019, recogieron 62.110 kilogramos de ropa, que se gestiona a través de Carinserta.
Curso para mujeres en exclusión social
En la mayoria de los casos, son las más vulnerables dentro de los colectivos que atiende Cáritas. En 2019 se hicieron 4 ediciones, con 40 participantes.
Por Rebeca Ruiz
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