La Cruz de Oroel, 120 años señoreando la ciudad de Jaca. Por Valentín Mairal

La Cruz de Oroel, 120 años señoreando la ciudad de Jaca. (FOTO: Valentín Mairal)
La Cruz de Oroel, 120 años señoreando la ciudad de Jaca. (FOTO: Valentín Mairal)

No sabemos con exactitud desde cuándo estuvo la cima de la Peña Oroel acompañada por una cruz, pero tenemos certera noticia de que con anterioridad a 1864 ya existía una de madera. Nos lo cuenta Rafael Leante García en su Culto de María en la Diócesis de Jaca publicado en 1889: «Antes de 1864 existía una cruz de madera carcomida y destrozada por los años y la intemperie».

Luego se colocó una segunda cruz, también de madera, a raíz de que el obispo Pedro Lucas Asensio y Pobes, junto con la comitiva que lo acompañaba, el último domingo de mayo, subieran en tradicional romería para dirigirse al santuario rupestre de la Virgen de la Cueva:

«En 1864 los familiares del Excmo. Sr. Obispo, don Pedro Lucas Asensio, en unión de otros virtuosos sacerdotes de la localidad, colocaron una cruz de colosales dimensiones, en reconocimiento de la protección del cielo, por haber salido ilesos de una horrorosa tormenta que, poco tiempo antes, les había sorprendido al atravesar con romeros aquel desabrigado y peligroso sitio. Quisieron cumplir tan exactamente su voto que, auxiliados solo por un carpintero, cortaron los maderos en el mismo monte, los condujeron á la cumbre, los labraron y pintaron y por su misma mano enarbolaron la Cruz, empotrándola en el mismo agujero donde existía la que, carcomida y destrozada por los años y la intemperie, quisieron reemplazar».

El omnipresente Francisco De las Heras, que se instaló en Jaca desde 1910, nos dejó esta instantánea para recordar. Según nos dice Juan Lacasa, la primera reparación que se hizo en la cruz. Como recuerdo, en la base de cruz, quedó pintada la fecha,1918.
El omnipresente Francisco De las Heras, que se instaló en Jaca desde 1910, nos dejó esta instantánea para recordar. Según nos dice Juan Lacasa, la primera reparación que se hizo en la cruz. Como recuerdo, en la base de cruz, quedó pintada la fecha, 1918.

El papa León XIII y la tercera Cruz de Oroel

Con tales antecedentes resultaba una cuestión de tiempo que se pusiera otra cruz definitiva, de un material resistente a las borrascas y a las nieves del duro invierno jaqués. Cosa que sucedió hace 120 años, concretamente el 2 de julio de 1902. 

En la colocación de esta última y tercera cruz de hierro mucho tuvo que ver el hecho de que el papa León XIII decidiera proclamar, en la encíclica del 25 de mayo de 1899, el año 1900 como Año Santo, y que, de paso, para celebrarlo, se pusieran lo que se dio en llamar las Cruces de Siglo en las cumbres más altas de la cristiandad.

Unir esta efeméride simbólica al signo de la cruz resultó una hábil operación que desembocó en la composición de comisiones pastorales para llevar a efecto los deseos del Papa, que en el caso de Jaca se vieron cumplidas gracias al señor obispo Francisco Javier Valdés Noriega.

Desde entonces, las cumbres de los Alpes, las de los Andes, las de los Pirineos y las de otras zonas del mundo fueron coronadas con cruces latinas, principalmente en aquellas montañas que, por una causa u otra, gozaban de una honda notoriedad. Por ello, en enero, a iniciativa del Prelado jaqués, ya se habían iniciado gestiones para colocar la cruz a 1.769 metros de altura. Asunto este que publicaba, entre otros, el periódico local La Montaña (enero de 1901):

Francisco Javier Valdés Noriega.

«Para conmemorar el comienzo del siglo XX hase iniciado una subscripción en la que tomarán parte todos los fieles de la diócesis con donativos que no excedan de 5 céntimos y con cuyo producto será costeada la construcción de una monumental cruz de hierro en lo más alto del monte Uruel, con el objeto de que sea vista y adorada hasta de los puntos más distantes del obispado».

Los proyectos y la ejecución de la Cruz de Oroel prolongaron la inauguración un año y medio

Los proyectos y la ejecución prolongaron la inauguración un año y medio. Mientras tanto, se eligió el material y se calculó el tamaño para que fuera visible desde la ciudad, conviniendo que sería de 10,40 metros de alto, de los cuales 2 metros quedarían soterrados en la roca, y que se le añadiría un pararrayos. La cruz fue realizada en el número 9 de la calle del Obispo por el prestigioso herrero y fontanero del Ayuntamiento Juan Compairé.

Sentado, a la izda., el autor de la foto, Jesús Bretos. En la cruz, sentado, Fernando Bretos. En el centro, sentado, el herrero Domingo Bandrés Mololo. Y a la dcha., de pie y con sombrero, Benito Campo.
Sentado, a la izda., el autor de la foto, Jesús Bretos. En la cruz, sentado, Fernando Bretos. En el centro, sentado, el herrero Domingo Bandrés Mololo. Y a la dcha., de pie y con sombrero, Benito Campo.

De su traslado (nada fácil si  tenemos en cuenta que no había acceso rodado y que se subía por la senda de Barós) e instalación se ocupó el contratista de obras y carpintero Emeterio Monreal Betés. Para facilitar el ascenso y huir de los rayos solares, la expedición, que no quiso perderse la inauguración salió a las tres de la madrugada, llegando a juntarse en la cumbre unas 800 personas; se celebraron los actos a las ocho de la mañana y se continuó la fiesta con posterioridad en el santuario de la Virgen de la Cueva.

La cruz de Oroel, como afirma Juan Lacasa, «sufrió numerosos avatares rodeados de cierto misterio»

La cruz, como afirma Juan Lacasa, «sufrió numerosos avatares rodeados de cierto misterio». Del primero de ellos, «aunque ningún documento de la época informa de él», el de la reparación realizada en 1918, sí que nos dejó constancia un joven Francisco De las Heras que se había instalado en Jaca en 1910.

Veintisiete años llevaban los jacetanos viendo la cruz sobre la cumbre de Oroel cuando, tronchada por la mitad, apareció con su crucero en el suelo. Un halo de misterio rodeó dicho incidente, para unos causado por un rayo y para otros víctima de un sabotaje.

Julio de 1902, día de la inauguración de la Cruz de Oroel. (Foto Coyné/AHPZ_MF_COYNE_004269)
Julio de 1902, día de la inauguración de la Cruz de Oroel. (Foto Coyné/AHPZ_MF_COYNE_004269)

Sin aclarar los motivos, el periódico local La Unión del 8 de agosto de 1929 en primera plana anunciaba: «¡JACETANOS! LA CRUZ DE URUEL SE DERRUMBA, no podemos permitir que caiga». La respuesta al llamamiento fue inmediata. En este caso fue la alcaldía la que abrió una suscripción para reparar la Cruz, a la que con entusiasmo respondieron los jacetanos donando un «pequeño óbolo» o cantidades más importantes, como las 25 pesetas del obispo o las 10 del alcalde Francisco García. Gracias a esa reposición nosotros siempre hemos observado la silueta de la peña Oroel con un elemento consustancial a ella: su cruz.

«Hoy día costaría mucho imaginarnos la Peña sin la cruz que corona este monte sagrado al que ilustres personajes dedicaron su atención»

Aunque fueron muchos más los siglos en los que al mirar la cumbre que señorea y vigila nuestra ciudad los jaqueses la veían desnuda, cuando despejaban las nubes o en los pardos atardeceres, hoy día costaría mucho imaginarnos la Peña sin la cruz que corona este monte sagrado al que ilustres personajes dedicaron su atención. En efecto, para Miguel de Unamuno representaba un monumento amparador de la ciudad; a Ortega y Gasset, le parecía una escultura luminosa; Ramón y Cajal la sentía como un mudo testigo de las legendarias hazañas de la raza y para Archer M. Huntington era como la silueta de un magnífico rostro egipcio.

Un monte con una cruz que allí sigue erguida sin grandes sobresaltos y que ha terminado por formar parte de la misma naturaleza. Son 120 años los que lleva poniendo a prueba las dioptrías de los jacetanos, dejándose rodear, abrazar, tocar y hacer fotos a todos los que llegan a la cumbre, independiente de cual sea su credo. Al fin y al cabo, es una de esas cruces con corazón, forjada con el ahínco, la devoción y el esfuerzo de nuestros padres y abuelos.

                                                               Por Valentín Mairal*

*Valentín Mairal López es historiador y experto en la historia de Jaca. Autor del blog Mis cosas de Jaca, dedicado a rescatar del olvido la cultura, el arte, el patrimonio y, en definitiva, la memoria de la ciudad que le vio nacer.

El próximo 2 de julio, la Cruz de Oroel cumplirá 120 años señoreando la ciudad de Jaca. Con tal motivo, la Diócesis de Jaca ha previsto conmemorar el evento con una oración a las 10.30 horas, en la misma Cruz de Oroel.

ÚLTIMAS NOTICIAS: