Domingo de Ramos en Jaca. Día de risas y lágrimas. Día de abrazos, besos y reencuentros. De alegría desbordada y de responsabilidad. De nervios. De devoción. De acordarse de los que no están. De vivir cada momento. La Burreta volvía a teñir de azul y blanco las calles de Jaca. Y la ciudad se rendía, un año más, como siempre, como no puede ser de otra forma, al paso de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Es Domingo de Ramos en Jaca. Y hoy ha salido el sol.
A punto ha estado de no poder salir este año la procesión de La Entrada de Jesús en Jerusalén este Domingo de Ramos
A punto ha estado de no poder salir este año la procesión de La Entrada de Jesús en Jerusalén, que cada Domingo de Ramos abre el calendario de desfiles en la Semana Santa Jacetana. Hasta el último momento pendientes del tiempo, los cofrades rezaban, en sentido literal y figurado, para que la meteorología diera una tregua y les dejara sacar a La Burreta, a su burreta, por las calles de Jaca.
Minutos antes de la tradicional bendición de palmas y ramos en la Plaza de Biscós volvían a caer las primeras gotas. Pero, para entonces, nadie estaba dispuesto a irse a casa. Y justo en el momento preciso, el sol ha brillado con más fuerza que nunca para abrir paso a la procesión.
Ochenta cofrades de la Banda de Tambores y Bombos han salido en la procesión del Domingo de Ramos de este año, junto a otros tantos cofrades de filas
Ochenta cofrades de la Banda de Tambores y Bombos han salido en la procesión de este año, junto a los cofrades de filas. Los más jóvenes -cada vez más, y alguno de ellos de apenas unos meses de edad-, dirigidos por los veteranos, delante del todo. Tras la bendición de las palmas y los ramos, las autoridades han presidido la procesión, que también ha contado con una representación del resto de las cofradías, como manda la costumbre. La Policía Nacional ha escoltado el paso. Y, contra todo pronóstico, el tiempo ha dado una tregua y se ha podido cumplir con todo el programa según lo previsto.
Las voces y los bailes del Grupo de Jota Uruel a los pies de la Catedral de Jaca, junto a la rondalla y al ritmo de los tambores, parecían parar el tiempo mientras arriba, en la torre, repicaban las campanas. Este año se ha bailado la jota, para alegría de los miles de personas que llenaban las calles adyacentes a las plazas de la Catedral y San Pedro. Después, el imponente sonido de tambores y bombos retumbando en la lonja al paso de La Burreta ha dejado en silencio a los asistentes.
Tras la misa del Domingo de Ramos, llegaba el momento de la exaltación a las puertas del Ayuntamiento. De nuevo, la emoción, las miradas cómplices, la fuerza y la entrega de la Banda de Tambores y Bombos lo ha impregnado todo de Semana Santa.
Es Domingo de Ramos en Jaca. Y ha salido el sol.
Por Rebeca Ruiz
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