José Miguel Navarro, el naturalista más curioso del Pirineo

José Miguel Navarro muestra en Librería Fañanás (Biescas) Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso, su último libro. (FOTO: Rebeca Ruiz)
José Miguel Navarro muestra en Librería Fañanás (Biescas) Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso, su último libro. (FOTO: Rebeca Ruiz)

Descubrir un nuevo mundo de sensaciones a los amantes de la naturaleza y de la montaña, con un guiño a la tradición y a los sabores y saberes de antaño, y a través de un relato que trasluce el amor al Pirineo que le transmitieron sus padres y sus abuelos es lo que hace, en su último libro, José Miguel Navarro. Así es Un año en el Pirineo, el último trabajo del naturalista más curioso del Pirineo Aragonés.

Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso

Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso es el último libro del José Miguel Navarro, publicado por Prames y premio a la edición Félix de Azara de la Diputación Provincial de Huesca. Anécdotas, experiencias, cultura del medio natural y la fascinación por el mundo que le rodea se entremezclan en un volumen de colección. Un imprescindible en la biblioteca de todo apasionado por el Pirineo.

«Empecé a trabajar como guía de montaña cuando aquella era una profesión que ni siquiera estaba reglada. Mucho antes ya me había interesado por la naturaleza, pero fue a partir de ese momento cuando ya pude vivirla en primera persona. Y, sobre todo, comencé a darme cuenta de la extraordinaria riqueza que había aquí, y que a veces nos podía pasar desapercibida», explica Navarro.

Este naturalista enamorado del Pirineo nació en Sabiñánigo y actualmente vive en Biescas, aunque toda su familia desciende de Sobrepuerto y de La Guarguera. Un hecho que marcaría no solo su infancia, sino su amor por esta tierra y sus investigaciones y publicaciones, donde siempre aparece el Pirineo como telón de fondo. Educador ambiental y comunicador nato, se define como «un tipo curioso, al que le llama la atención todo». Historia, arte, naturaleza… Nada se le resiste. Hoy, José Miguel Navarro se ha convertido en todo un referente a la hora de descubrir y adentrarse en la cara más desconocida e inexplorada del Pirineo Aragonés.

De ahí, precisamente, viene el título de su último libro: Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso. Con una memoria impresionante y una inquietud por conocer y aprender como el primer día, Navarro es capaz de relatar con un nivel de detalles que asombraría a cualquiera la primera vez que bajó el Barranco Mascún. Y «han pasado 30 años» de aquel momento, apunta. Nombres científicos, fechas, referencias… van dando forma a un relato que ayuda a comprender la grandeza de un medio natural que encuentra su máxima expresión con la singular forma de transmitirlo que tiene el autor, cercana y próxima.

Un homenaje a su familia

Pero, además, este libro pretende ser un homenaje a su familia: «Yo me crié en Isún. Los sábados y los domingos subía con mis padres y allí me empapaba de unas prácticas, unos conocimientos, que en aquel tiempo yo consideraba normales, pero que al final es lo último de una sociedad que está desapareciendo. Si yo no hubiera pasado tanto tiempo con mis abuelos y con mis tíos, y no me hubieran enseñado tantas cosas, este libro no sería así». Por eso, los abuelos Hilario y Victoria, y Mariano y Ángeles, los padres de José Miguel, están muy presentes en las páginas de Un año en el Pirineo.

José Miguel Navarro cuenta en su haber con 14 libros -como autor o colaborador-. Los últimos títulos han sido un éxito: Diccionario. Signos, símbolos y personajes míticos y legendarios del Pirineo Aragonés y Guía de flores pirenaicas para niños y niñas.

Reconoce que se sorprendió de la acogida de su diccionario de simbología. «Para mí era un libro absolutamente técnico, y vamos ya por la tercera edición ampliada«. Es el niño de sus ojos («hasta ahora» -sonríe-). «Me ha dado muchas satisfacciones y gracias a él he conocido a personas absolutamente sorprendentes», señala. De hecho, la crítica lo ha llegado a calificar como «una obra de referencia en la literatura pirenaica». La guía infantil de flores no se queda atrás, y hoy se puede encontrar en las librerías su quinta edición.

Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso

Ahora, llega Un año en el Pirineo. «Hace mucho tiempo que llevaba en la cabeza esta libro. A partir de vivencias personales, me da pie a otras disquisiciones», explica. Así, la primera vez que sufrió una tormenta a casi 3.000 metros de altura con 20 años le sirve de excusa para hablar en su libro de la meteorología de montaña. O que «dos personas hayan plantado un viñedo en Barbenuta y vivan del vino que sale de él» le lleva a hablar del cambio climático relacionado con el Pirineo. Precisamente, fueron las Bodegas Val Minuta las elegidas para la puesta de largo de Un año en el Pirineo.

«Hay un escarabajo que abunda mucho por aquí y que, cuando te lo comes, provoca erecciones de tres días. Probablemente, con ese escarabajo -está documentado-, mataron a Fernando el Católico. Cuando lo casaron con Germana de Foix, que era 30 años más joven que él y tenía que concebir un hijo varón, le daban de comer ese escarabajo y testículos de toro». Se refiere a la cantárida. Episodios de lo más variopintos que le sirven para captar la atención del lector y mostrarle la cara más desconocida del Pirineo Aragonés en todo su esplendor.

De la naturaleza a los asoleos y al arte

Como el hombre curioso que es, José Miguel Navarro no se detiene. Actualmente, está trabajando en un nuevo proyecto donde encabeza un equipo que aborda la utilización de la luz en edificios sagrados. Un equipo que es pionero «a nivel europeo en el estudio científico, desde hace tres años, de estos fenómenos», explica Navarro, que adelanta que los resultados que están obteniendo son «sorprendentes», y que quedarán reflejados en un libro y un documental que ya se está rodando.

Entre otros, cabe destacar el reciente descubrimiento de cinco asoleos de «una precisión matemática asombrosa en la Catedral de Huesca». U otro fenómeno en la cabecera del Vero que ha conducido, recientemente, a la localización de 12 cuevas con pinturas rupestres que forman parte de un santuario solar único en el mundo.

Hasta entonces, queda tiempo para recorrer los parajes más singulares a través del último libro del naturalista más curioso, una nueva forma de acercarse al Pirineo en sus cuatro estaciones, a través de 300 páginas donde el lector puede enamorarse de las historias de José Miguel Navarro paseando de su mano por 91 capítulos ilustrados con más de un centenar de imágenes.

Por Rebeca Ruiz

«Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso trata de ser una aproximación a la naturaleza pirenaica a través de los ojos y los conocimientos personales del autor. Desde lo microscópico a lo macroscópico. Un año con sus procesos biológicos, meteorológicos, geomorfológicos y humanos. Desde las bacterias hacedoras de suelo a la génesis de una montaña. Cuestiones que definen un territorio como la botánica, antropología, etnobotánica, zoología, geología, clima, glaciarismo, historia o toponimia se hilvanan y complementan entre ellas a través de textos amenos y detallados, salpicados de anécdotas y curiosidades donde el lector encontrará motivos más que suficientes para ver el mundo que le rodea –y que siempre ha estado allí– de una manera completamente diferente…» (Prames)

ÚLTIMAS NOTICIAS: