Jaca y Cette Eygun, Urdos y Etsaut escriben un nuevo capítulo de su historia con el Tratado de Astún

Los representantes de los ayuntamientos de Jaca, Cette Eygun, Urdos y Etsaut se reunían de nuevo este fin de semana en el alto de Somport en torno al histórico Tratado del Puerto de Astún. Tocaba, como cada año, comprobar que las mugas fronterizas están donde tienen que estar y renovar la firma que ratifica este acuerdo, del que se conmemoran justo 510 años.

Jaca y Cette Eygun, Urdos y Etsaut escriben un nuevo capítulo de su historia con el Tratado de Astún.

El Tratado del Puerto de Astún, de cuya firma se cumplen 510 años, no es solo un acuerdo para el aprovechamiento de los pastos

El Tratado del Puerto de Astún, de cuya firma se cumplen 510 años, no es sólo un acuerdo para el aprovechamiento de los pastos, aunque ese sea su origen.

El tratado de Vecindad, Traité de la Vesieau para los franceses, constituye desde 1513 todo un símbolo de identidad de los pueblos del Pirineo a ambos lados de la frontera. Pero también se entiende como modelo -desde hace casi diez siglos -que se puede documentar, aunque posiblemente sean muchos más- de buenas relaciones entre vecinos españoles y franceses que paradójicamente están unidos, no separados, por una frontera. Y es, por todo ello, toda una declaración de intenciones en favor de la paz entre estos pueblos que viven en, de y por la montaña.

Este domingo, Carlos Serrano, alcalde de Jaca, y los representantes de los ayuntamientos del Valle del Aspe (Cette Eygun, Urdos y Etsaut) escribían un nuevo capítulo de su historia con la renovación del Tratado del Puerto de Astún.

En el transcruso del acto, Serrano, acompañado por otros miembros del a Corporación Municipal, ponía en valor el simbolismo de un enclave geográfico «donde españoles y franceses nos acercamos más y nos reencontramos; no para crear fronteras, sino para derribarlas». «La utilización de los pastos fronterizos de Candanchú, La Raqueta y Espelungué en favor de los monjes del Hospital de Santa Cristina de Somport marca la importancia histórica de este lugar, como a su vez lo era y sigue siendo el Camino de Santiago como Patrimonio de la Humanidad», recordaba el alcalde de Jaca. Reivindicaba, con ello, la ruta jacobea como «lazo de unión de los pueblos vecinos», y al mismo tiempo, el deber de protegerla y divulgarla.

Algunos momentos de la jornada

El Tratado del Puerto de Astún

El Puerto de Astún pertenecía históricamente a Aragón y los reyes eran los que decidían sobre el aprovechamiento de los pastos, que durante mucho tiempo, se permitió a los ganaderos franceses. Por conflictos y cuestiones políticas de la época, Martín el Humano retiró esa concesión. Cuando el rey Fernando el Católico otorgó a Jaca la propiedad del territorio de Astún, ya en el siglo XVI, se hizo necesario un acuerdo con los pastores franceses del Valle del Aspe que históricamente habían aprovechado estos pastos. En el documento se establecía que cada año había que reconocer las mugas, más o menos coincidiendo con la Virgen de Agosto; había que ratificar el acuerdo, y Jaca -históricamente- tenía que entregar a Francia cien sueldos jaqueses.

El reconocimiento de las mugas fronterizas y la renovación del Tratado del Puerto de Astún volvía a convertirse, como cada año, en toda una fiesta, donde no faltaron los bailes del Grupo de Jota Uruel y los rebaños de ovejas, todo un clásico en esta jornada de celebración.

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Por Rebeca Ruiz. Imágenes: Ayuntamiento de Jaca / Iryna Matviichuk

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