Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra

Los militares que desplegarán en la XXXVIII Campaña Antártica del Ejército de Tierra en Isla Decepción -entre ellos, tres de Jaca- buscan en las inmediaciones del Parque Natural Posets-Maladeta las condiciones a las que, en unos pocos meses, tendrán que enfrentarse en el continente helado. Sensaciones térmicas que superan los 20 grados bajo cero, vientos de 70 kilómetros por hora o el riesgo de vivir, literalmente, en un volcán activo, conforman el escenario que les espera en el verano austral en uno de los lugares más inhóspitos del planeta, a 13.000 kilómetros de casa.

Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra.
Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra.

La XXXVIII Campaña Antártica

Las inmediaciones del Parque Natural Posets Maladeta acogen la preparación de 11 de los 13 militares -dos repiten misión- seleccionados por el Ejército de Tierra para desplegar en la XXXVIII Campaña Antártica. Allí se han concentrado para entrenarse en condiciones de frío, hielo y nieve. Un adiestramiento que les permitirá desenvolverse con las necesarias medidas de seguridad, como explica el Ejército de Tierra, por el terreno montañoso y frente a las condiciones climáticas extremas que les esperan en el continente helado.

Una dotación «con sello Jaca»

La próxima Campaña Antártica cuenta con una dotación con sello Jaca. Tres de sus componentes están estrechamente vinculados a la ciudad. Su jefe, el teniente coronel Javier Moreno, ha estado destinado en aquí durante prácticamente toda su carrera -29 años-. El brigada Alfredo Ojanguren, destinado en el Regimiento de Infantería Galicia 64 de Cazadores de Montaña, y la cabo Sara Lozano, que también sirvió en esta unidad casi una década -ahora está en Valencia-, son miembros del equipo. Los tres llevarán el nombre de Jaca hasta la Antártida.

El teniente coronel Moreno recuerda que la campaña tiene dos objetivos fundamentales. Se trata de desarrollar «las tareas de mantenimiento de la Base Gabriel de Castilla» y de «dar apoyo -sobre todo a la movilidad, terrestre y marítima- a los científicos que trabajan en los proyectos que desarrolla España en La Antártida». Hay que tener en cuenta que la base española no sólo trabaja personal nacional. En la última campaña, junto a España, Chile, Holanda, Ecuador, India y Portugal también tuvieron representación en las instalaciones.

Objetivo: dar seguridad y apoyo y facilitar el trabajo a los científicos en La Antártida

En este sentido, en la actual expedición, cabe destacar que los militares españoles deberán asumir la instalación de un nuevo módulo científico.

El actual barracón será sustituido por contenedores más modernos y eficientes que albergarán los laboratorios y las zonas de trabajo de los investigadores, lo que, sin duda, va a suponer «un plus de calidad al trabajo de los científicos», como advierte Javier Moreno. El científico es uno de los nueve módulos que conforman la base Gabriel de Castilla, junto a otros espacios destinados a vida, talleres, almacenes, náutica o energía.

Durante esta fase de su adiestramiento, están recibiendo formación teórica y práctica sobre normas de seguridad, primeros auxilios, utilización de GPS, nudos, empleo de material específico de montaña, anclajes en nieve, recuperación en grietas y montaje de tiendas.

Todavía no hay fecha para el comienzo de la XXXVIII Campaña Antártica del Ejército de Tierra, pero la previsión apunta a que los militares embarquen rumbo a La Antártida en la segunda semana de diciembre. Una vez en Isla Decepción, el asentamiento y la apertura de la base se suelen prolongar durante una semana, pero todo depende de las condiciones meteorológicas. Después, estarán desplegados allí en torno a tres meses, coincidiendo con el verano austral. Durante la última campaña, la Base Gabriel de Castilla permaneció abierta 85 días.

Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra.

Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra.

Jaca, rumbo a Isla Decepción con los militares de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra.

Teniente Coronel Javier Moreno: «La dureza de la misión la dan los 13.000 kilómetros que te separan de España»

El jefe de la XXXVIII Campaña Antártica afronta con «mucha ilusión» y con mucha responsabilidad su cometido en esta misión -de hecho, ya se había presentado en otras ocasiones para optar a formar parte del equipo-. Con una amplia trayectoria en despliegues en el exterior, y con misiones en su currículo en escenarios como la antigua Yugoslavia o Afganistán en varias ocasiones, este experimentado militar ve la oportunidad de mandar a su equipo en Isla Decepción como «el broche perfecto en la recta final de mi carrera militar».

Con todo, no se puede obviar las condiciones de esta operación en La Antártida: «La dureza de la misión viene dada por los 13.000 kilómetros que te separan de España; aunque es cierto que con los avances tecnológicos y en las comunicaciones ahora estás más cerca de tu familia y de tus seres queridos que hace unos años. Pero cualquier problema que pueda surgir a 13.000 kilómetros -y a mil de la población más cercana- es muy grave», advierte el teniente coronel.

La meteorología tampoco ayuda. A pesar de que en la última Campaña Antártica la temperatura más baja registrada en la base española fue de tres grados bajo cero, en 2007 se llegaron a registrar marcas récord de 20,5 grados bajo cero. «Aunque la temperatura, a priori, no es muy baja -lo habitual es moverse en una horquilla de entre 5 grados positivos y 10 grados negativos-, siempre hace mucho viento -el récord está en 102 kilómetros por hora, en 2002-. Siempre está cubierto y la pérdida de calor es muy rápida, con sensaciones térmicas muy bajas. Además, muchos de los movimientos se realizan en embarcación, mojándose continuamente, lo que exige tener una cierta tolerancia al frío y sobre todo estar preparado. Pero vamos muy bien equipados», explica Moreno.

Un equipo cohesionado y muy bien preparado

En este sentido, el jefe de la Campaña pone en valor la capacidad y la disposición de los miembros de su equipo, que se están poniendo a prueba estos días en el entorno de Benasque: «Nos está viniendo muy bien el mal tiempo en Posets Maladeta; la gente no se abandona. Sabe lo que nos podemos esperar y responde estupendamente al estímulo. Todos están muy animados y preparados para el reto».

Cuando lleguen a la Antártida, los españoles no sólo van a tener que convivir con la dureza de condiciones climatológicas extremas. También deberán enfrentarse a la convivencia, algo que no resulta sencillo en un espacio como éste. Ellos son militares y están adiestrados para sobrevivir en estas condiciones y en otras peores, pero en la base también vive y trabaja personal civil, que habitualmente ejerce su labor en condiciones de trabajo muy diferentes.

«La convivencia es excelente, y yo lo pude comprobar cuando visité la base hace unos meses. Pero la situación puede generar algún pequeño roce que tengas que solucionar rápidamente. Aquello es un refugio de montaña en el cual estamos todos en constante movimiento y compartimos todo, desde el gel de baño hasta la comida. Eso hace que la camaradería sea muy fuerte, pero también puede tener el efecto contrario», explica el jefe de la campaña.

Por eso, es consciente de que la correcta gestión del personal a su cargo tiene que ser una prioridad. «Es importantísimo saber trabajar en equipo y estar preparado para la convivencia, y las personas que he elegido, además de tener grandes capacidades profesionalmente hablando, creo que son las mejores» para asumir este desafío, asegura Moreno.

Quién es quién en la XXXVIII Campaña Antártica

El teniente coronel José Javier Moreno Amatriain es el jefe de la trigésimo octava Campaña Antártica. Está al mando de un equipo de 12 profesionales seleccionados entre los mejores en su ámbito.

El comandante Francisco Daniel Ruiz Sánchez se ocupará de la logística. El capitán Jaime Martín Carranza lo hará de la sanidad. La teniente Cecilia Jorge de la Portilla es la responsable de medio ambiente. Y el brigada Alfredo Ojanguren Lazcano deberá controlar todo lo relacionado con las áreas de movimiento y navegación.

Junto a ellos estará el capitán Eduard Pérez Piqué y el subteniente Agustín Pérez Galve, al cargo de las comunicaciones; y el subteniente Rodrigo Losua Iruretagoyena, especialista en motores. De las instalaciones será responsable el subteniente Fidel Pérez Solera. Y la cabo Azucena Rodríguez Jiménez y la cabo Sara Lozano Argüeso tienen a su cargo la alimentación.

Dos componentes más, que ya formaron parte de la anterior campaña, completan la dotación. Se trata del subteniente Francisco José Allueva Plaza -motores- y del brigada Francisco Molina Cara -instalaciones-.

De izquierda a derecha, el brigada Ojanguren, el teniente coronel Moreno (jefe de campaña) y la cabo Lozano, los militares de Jaca.

SOBRE LA CAMPAÑA ANTÁRTICA

LA BASE ANTÁRTICA ESPAÑOLA GABRIEL DE CASTILLA

La Base Antártica Española Gabriel de Castilla, que debe su nombre al navegante español que en 1603 avistó la Antártida, está situada en Isla Decepción. Se encuentra en el archipiélago de las Shetland del Sur, a escasos cien kilómetros al norte del continente antártico y a más de mil de la costa sudamericana más próxima (a 13.000 de España). La base Gabriel de Castilla se instaló en la isla como refugio militar en 1988, y está gestionada por la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra. La base, el buque de investigación Hespérides y la Base Juan Carlos I -operativa desde enero de 1988 en la isla Livinstong- son las tres plataformas de investigación con las que España opera en la Antártida.

ISLA DECEPCIÓN

Isla Decepción, donde se ubica la Base Gabriel de Castilla, es la parte superior del volcán más activo de la Península Antártica. Erupcionó en 1967, 1969 y 1970. El 60% de la isla son glaciares. Algunos de ellos, cubiertos por los materiales de las erupciones, son conocidos como glaciares negros. Esta circunstancia hace de la isla un enclave «excepcional» desde el punto de vista científico, tanto por la actividad sísmica y volcánica como desde el ámbito biológico y natural. La ‘Gabriel de Castilla’ está dotada de seis embarcaciones zodiac con capacidad para evacuar la isla con todo el personal simultáneamente en caso de erupción volcánica.

EL HESPÉRIDES Y LA CAMPAÑA ANTÁRTICA

Para llegar a Isla Decepción hay que atravesar el Mar de Hoces (Paso de Drake), considerado uno de los lugares más peligrosos del planeta por los vientos, los cambios de temperatura y las tormentasEl buque oceanográfico Hespérides de la Armada Española, cuyos buzos se preparan cada invierno en el lago helado del Balneario de Panticosa, lo cruza en repetidas ocasiones en cada campaña, constituyendo la garantía de apoyo a las bases españolas, tal y como informa el Ejército de Tierra.

LOS PINGÜINOS, ISLA DECEPCIÓN Y EL EJÉRCITO DE TIERRA

Cada año, al llegar a la Base Antártica Española Gabriel de Castilla, el Ejército de Tierra lanza la tradicional Campaña de apadrinamiento de pingüinos. Con ella se busca un compromiso con el cuidado del medio ambiente, ayudando de esta manera, simbólicamente, a que el pingüino apadrinado consiga sobrevivir y cuidar a los polluelos que nazcan en el continente antártico.  Además, este gesto tiene un matiz solidario, ya que se desarrolla en cada edición en colaboración con alguna ONG o asociación humanitaria. La última campaña tuvo como protagonista a Jaca lucha contra Duchenne.

Más información acerca de la Campaña Antártica en ESTE ENLACE

Por Rebeca Ruiz

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