
por Rebeca Ruiz
Estabilidad. Es lo que, según la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, necesita la educación en esta comunidad. Carmen Martínez Urtasun se desplazaba este lunes a Jaca para dar a conocer el Pacto Social por la Educación, un documento que pretende convertirse en una hoja de ruta para marcar el desarrollo y las mejoras educativas en la región y para evitar que este ámbito quede a merced, como sucedía hasta ahora, de los cambios de color político en la Administración.
El informe elaborado pone el énfasis en la igualdad de oportunidades, la calidad educativa, apoyo y desarrollo de la escuela rural y valores frente a conocimientos, como resumen de este embrión del nuevo pacto social para la comunidad educativa aragonesa que se presenta, por primera vez, en Jaca.
Más adelante, el Pacto Social por la Educación se dará a conocer, en otras ciudades, al resto de Consejos Escolares Municipales de la comunidad. En la provincia de Huesca, todos los grandes núcleos de población ya tienen constituidos estos órganos (proporcionalmente, en mayor porcentaje que en Zaragoza o Teruel), si bien se optó por Jaca ante la disposición y el interés de la ciudad altoaragonesa por conocer el pacto y su desarrollo.

Martínez Urtasun y Ana Celia Hermosilla, miembro del Consejo Escolar de Aragón, acudían acompañadas al Palacio de Congresos por José Antonio Fau, jefe de la Oficina del Gobierno de Aragón en Jaca, a la reunión extraordinaria del Consejo Escolar Municipal convocada para dar a conocer el pacto.
Martínez Urtasun explicaba a Jacetania Express, poco antes del comienzo de la reunión, que tenía lugar en el Palacio de Congresos, qué es el Pacto Social por la Educación en Aragón: “Es el texto que nos encargó la consejera de Educación porque su aspiración era intentar conseguir un pacto educativo, que diera estabilidad legislativa y presupuestaria”. Para ello, se pensó que partiera “de la base social, no de la base política”. Ahí entra en juego el Consejo Escolar, dónde están representados todos los que tienen algo que decir en materia educativa, y de cuyo seno ha salido este guión, por definirlo de algún modo, que marcará el futuro de la educación en Aragón.
En estos momentos, el proceso está a medio camino. El texto fue entregado para su ratificación a las Cortes el pasado mes de diciembre, y se espera que en las próximas semanas se comience a trabajar sobre el documento.
La propuesta “recoge un análisis basándonos en cifras de diez años de educación en Aragón”, para el que se realizó “un informe de diagnóstico”. A partir de ahí, explica la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, se elaboró un texto con 249 acciones que, a ojos de los expertos, son las que hay que tener en cuenta como base para este pacto educativo. Será la base “para lograr aprobar un texto que será ya el pacto social y político”, tras lo que llegaría “un desarrollo legislativo para poder llevar a la práctica la mayor parte de esas medidas”, señala Martínez Urtasun.
El Pacto Social será la “hoja de ruta de la educación”, explica la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, quien puntualiza que “no marca medidas concretas; abre caminos: caminos de la igualdad, de la calidad, de la planificación, de la participación,…”. Tanto los documentos referentes a las 249 medidas del pacto como el análisis de diagnóstico de la educación aragonesa se pueden consultar ya en la página web de Educación del Gobierno de Aragón y en la del Consejo Escolar.
DIAGNÓSTICO
Para la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, la educación en esta comunidad “es buena, porque sus niveles de promoción y titulación están por encima de la media nacional en casi todos los informes”, aunque reconoce que queda mucho trabajo por hacer: “Se repite mucho, la atención a la diversidad no llega al cien por cien, hay que cuidar más a la escuela rural –porque es la manera de darle futuro a muchos pueblos–,…”. Por eso, se hace mucho hincapié en el documento en la escuela rural, en la igualdad de oportunidades, en la calidad educativa o en la educación en valores frente a los resultados académicos. En este sentido, Martínez Urtasun señala que “tenemos que formar personas íntegras”. También se aborda la planificación, las infraestructuras o el currículo, en ocasiones demasiado amplio y que no permite el desarrollo de otro tipo de educación, más basado en los valores y menos, en los conocimientos .
Del análisis que ha realizado el Consejo Escolar se deduce que la educación en Aragón sigue teniendo asignaturas pendientes. “Hay que trabajar en infraestructuras; a pesar de que la población está descendiendo en toda la comunidad autónoma, seguimos teniendo necesidad de plazas escolares; y hay que modernizar las infraestructuras existentes: no puede ser que haya escuelas de hace 50 años con problemas de frío, de conexiones,…”, señala su presidenta. También hay que mejorar la formación del profesorado (“alumnos digitales frente a profesores analógicos”, define Martínez Urtasun).

PARTICIPACIÓN
La participación de las familias es otro obstáculo en el momento que atraviesa la educación aragonesa, globalmente, algo que se percibe tanto desde los propios centros como en los núcleos familiares. Y es que, como se reconoce desde el propio Consejo Escolar de Aragón, trabajar en Educación no es fácil.
“Lo necesario es sentarse, acordar, pactar, ponerse de acuerdo, porque la educación en Aragón no está mal, aunque todo es susceptible de mejora; pero, lo que es importante, es dejar de legislar cada vez que se cambia de gobierno o tirar todo lo construido y volver a empezar de la nada”, señala la presidenta del Consejo Escolar de Aragón, quien considera “grotesco” que se den casos como el hecho de que se acaba de cerrar la Selectividad a apenas unos meses del examen, pensando cómo se titulan los alumnos de cuarto de Secundaria.
Por eso, desde el órgano se considera que lo que desean tanto los docentes como las familias es “estabilidad”, desde el pensamiento de que invertir en educación es una inversión y no un gasto (valga como ejemplo los recortes que ha sufrido este ámbito como consecuencia de la crisis, que han dejado una situación en la que costará mucho volver a los niveles anteriores). “Cuesta mucho construir, y muy poco destruir”, recuerda Martínez Urtasun, quien señala, optimista, que “la mejor noticia que podríamos tener es ser capaces de renunciar todos a algo para poder construir algo conjuntamente”.