El Ayuntamiento de Jaca impulsará nuevas excavaciones arqueológicas en el monasterio viejo de San Juan de la Peña, en cuyo entorno «existen indicios» constatados de que la masa forestal que lo rodea cubre importantes restos de valor incalculable para conocer la historia de un monumento emblemático para la ciudad y para Aragón. Para ello, a instancia de Aragoneses, pedirá al Gobierno de Aragón que inicie una nueva campaña que permita poner en valor este monumento, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2004. La concejala de Turismo, Lucía Guillén, ha presentado la iniciativa junto a José Luis Solano, que fuera guarda del monasterio durante casi 40 años, y una de las personas que mejor conoce San Juan de la Peña.

Nueva campaña de excavaciones arqueológicas en San Juan de la Peña

Lucía Guillén, concejala de Aragoneses-Plataforma Aragonesista en Jaca y responsable del área de Turismo, ha anunciado que el Ayuntamiento de Jaca instará al Gobierno de Aragón -previo acuerdo plenario- a plantear una nueva campaña de excavaciones arqueológicas. El objetivo es poner en valor este monumento «emblemático para Jaca y Aragón y para su historia». Y de paso, aprovechar todo su potencial turístico.

«Sepultura de los primeros reyes aragoneses, Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I», «cuna de reyes» e «importante centro religioso y benedictino de su época». Situado estratégicamente en el Camino de Santiago Francés y vinculado al Santo Grial. San Juan de la Peña es Sitio Nacional desde 1920, Monumento Nacional desde 1989 y Bien de Interés Cultural desde 2004.

Así lo ha definido Guillén, que ha recordado que las escasas intervenciones que se han realizado en los últimos 40 años en este enclave han estado enfocadas al acondicionamiento y mejora del monasterio. Y que una parte «muy relevante» de su patrimonio continúa oculta bajo el bosque y la carretera de acceso desde Santa Cruz de la Serós.

El patrimonio escondido en el subsuelo de San Juan de la Peña

Por su parte, José Luis Solano, que fuera guarda del monasterio durante casi cuatro décadas, repasaba las escasas intervenciones arqueológicas que se realizaron en la década de los ochenta en San Juan de la Peña.

El exguarda de San Juan de la Peña advierte que todavía queda mucho que descubrir en el entorno del monasterio: «A nivel de carretera, en una esquina de la iglesia prerrománica, salió a finales de los ochenta una trompa de 2,30 metros. Se bajó cuatro metros y medio, y no se logró encontrar el suelo de aquella habitación. Si hay una trompa, tendría que haber tres trompas más. Y es muy posible que debajo de la iglesia prerrománica exista algún otro tipo de construcción. Podría ser parte de alguna de las construcciones de aquel monasterio primitivo, a las que hoy no se puede acceder porque están cubiertas de tierra y vegetación». Extracto de la entrevista a José Luis Solano publicada por JACETANIA EXPRESS el 19 de diciembre de 2022

Indicios de que hay un importante patrimonio oculto en el entorno de San Juan de la Peña

Solano, junto a otros expertos reputados en la materia, mantiene que «hay indicios de que lo que no conocemos es mucho más que lo que sabemos hoy». No hay que olvidar que en las excavaciones de 1985 en el antiguo panteón real aparecieron, entre otros elementos, un dado de marfil y tres anillos de oro altomedievales cristianos. Están custodiados por el Museo de Huesca. No menos importantes son los capiteles, fustes y otros elementos arquitectónicos que sobrevivido al paso del tiempo.

Documentos históricos, restos arquitectónicos aparecidos en el entorno del monasterio viejo e investigaciones de arqueólogos e historiadores, así como los descubrimientos que salieron a la luz tras las prospecciones de hace cuatro décadas, avalan la teoría de que en el subsuelo del paraje que rodea el monasterio viejo se extienden las dependencias del monasterio original, del siglo X. Hoy, todo ello estaría cubierto de masa forestal. Especialmente, hay dos zonas importantes. Se trata del sendero que discurre frente a la taquilla de venta de tickets; y la parte situada justo debajo del claustro.

Apenas una pequeña parte de lo que fue el monasterio de San Juan de la Peña

Y es que lo que está a la vista, como explica Solano, es una ínfima parte de lo que se supone eran, en aquella época, los monasterios. Verdaderas comunidades organizadas como una ciudad en miniatura. Con todos los servicios y edificaciones. Y dependencias para decenas de personas cuyos restos hoy, en el caso de San Juan de la Peña, permanecerían ocultos a varios metros bajo tierra.

«Prácticamente en casi todo el valle en el que está situado el monasterio vemos ahora una arboleda que es espectacular. Antes era muy escasa, porque los monjes empleaban la madera desde la cuna hasta la sepultura. Árbol que tenían, árbol que podaban. Y había numerosas construcciones pertenecientes al monasterio que ocupaban toda esa zona. Falta la hospedería, el hospital, las estancias reales, la biblioteca, el refectorio, la enfermería, las cuadras,… Faltan muchísimas dependencias que tienen que estar ahí. Basta con pensar como es el monasterio nuevo para hacerse una idea de lo que era el viejo, que habría tenido mucha más importancia», repasa Solano. Extracto de la entrevista a José Luis Solano publicada por JACETANIA EXPRESS el 19 de diciembre de 2022

Las dificultades de actuar en un monumento y espacio protegidos

Lucía Guillén es consciente de la dificultad que entraña acometer este tipo de intervenciones. La protección con que cuenta en monumento y su entorno (forma parte del Paisaje protegido de San Juan de la Peña y el Monte Oroel) es un arma de doble filo. Porque, principalmente, impide que el Ayuntamiento de Jaca pueda iniciar cualquier tipo de actuación en el monumento y su entorno. Aunque esté encaminada, como es el caso, a poner en valor y a recuperar el patrimonio histórico y cultural del monasterio.

Como consecuencia, Jaca pedirá oficialmente al Gobierno de Aragón que de los pasos necesarios para «la investigación, la catalogación y el inventariado» de los indicios -avalados por expertos e investigaciones-. Y la puesta en marcha de una prospección que se convierta en el punto de partida de una nueva campaña arqueológica.

Por Rebeca Ruiz

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